Con estos pelos a Sevilla

De todas formas, y dentro del oscuro túnel en el que nos ha metido esta sonrojante goleada, no estaría de más poner las cosas en su sitio. A falta de diez jornadas la Real Sociedad es quinta, ocupa puesto de Europa League y tiene una final que disputar.

La Real Sociedad no afrontó el partido con buen feeling. Basta con echar un vistazo a las bajas para darse cuenta de ello: Silva, Monreal, Zaldua, Aritz, Guridi y Aihen, el último en caer, que hizo que Imanol cambiara de dibujo y ubicara ahí a Merquelanz como carrilero. El de Etxauri arrastraba molestias en los últimos días y se descolgó de la lista ayer mismo. Con Monreal también fuera de combate hubo que hacer de la necesidad virtud en el peor día, con un Barcelona enrachado que contaba sus partidos por victorias fuera de casa en este 2021. Y la torta le salió un pan.

El técnico optó por colocar atrás una defensa de tres hombres con Zubeldia, Zubimendi y Le Normand, dando los carriles a Gorosabel y Merquelanz. Guevara y Merino quedaron como mediocentros, con Portu en la derecha, Oyarzabal en la izquierda e Isak arriba. La intención era manejarse en 1-5-4-1 en bloque bajo y perseguir hombre a hombre en campo contrario cuando tocara presionar la zona de iniciación del rival. Todas las ideas son buenas si son realizables, pero daba la sensación de que la Real no tendría la consistencia necesaria atrás para contener a un rival en plena racha.

La Real no lo hizo mal en los primeros 37 minutos, en los que no solo cerró bien los espacios al Barcelona sino que le pilló con peligro un par de veces a la contra. Los de Koeman repitieron el mismo once y esquema que en París contra el PSG, con tres centrales y De Jong incrustado entre ellos, dos carriles largos, dos mediocentros y su tridente mágico arriba: Messi, Dembélé y Griezmann.

No obstante, las dos líneas retrasadas blanquiazules se le atragantaron de inicio porque sin velocidad en la circulación la Real se encontraba cómoda en ese repliegue. Además, gracias a la habilidad de Isak para manejarse de espaldas, conseguía enlazar alguna contra de peligro o forzar amarillas como la de Busquets.

En el minuto 23 el sueco tuvo una oportunidad clarísima tras robar en banda a De Jong, conducir, encarar a Mingueza dentro del área y disparar fuerte y abajo para la parada de Ter Stegen, muy bien colocado.

Después Portu e Isak pillaron dos contra dos a De Jong y Mingueza, pero el murciano eligió mal y encima el holandés cortó con la mano sin que Munuera Montero pitara nada. Isak, justo después del 0-1, también dispuso de otra gran ocasión en una interceptación alta de Merino al pase de Ter Stegen, pero el meta alemán volvió a lucirse para desviar el remate del realista. Solo el trallazo de Barrenetxea consiguió superarle.

Pero el problema de la Real estaba en las esquinas. En la derecha, más por la habilidad de Jordi Alba que por demérito de Gorosabel. Y en la izquierda, porque Merquelanz nunca había jugado ahí. Con Messi como lanzador, el partido quedó encarrilado para el Barça en seis minutos antes del descanso.

En el primer gol la clásica combinación entre Messi y Alba dejó a éste en línea de fondo y Zubeldia no anduvo listo después, porque ni tapó pase ni cubrió al rematador. Dembélé disparó a bocajarro a Remiro, éste salvó con una gran parada pero Griezmann rebañó el rechace. En el segundo gol Busquets filtra a Messi por dentro y Dest gana la espalda de Merquelanz para aprovechar la asistencia del argentino.

En la reanudación Alba se fue de Gorosabel y se metió hasta la cocina en el 0-3, lo mismo que en el 1-6 de Barrenetxea con la colaboración de Riqui Puig. Con la nave haciendo aguas, el golazo de Barrenetxea y la mala leche de Carlos Fernández sirvieron de consuelo para soportar semejante repaso.