Merecidas vacaciones

Pocas conclusiones se pueden sacar de partidos así, más allá de confirmar que Zakharyan tiene un futuro prometedor a sus 20 años, que Brais es un lujo de jugador, que Kubo y Barrenetxea necesitan descansar bien este verano, que Traoré debe cuidar mejor su espalda –la pierde en los dos goles– para tener continuidad en la Liga y que Remiro ha acabado la temporada a tope con dos buenas intervenciones a sendos disparos de Llorente.

Llorente rompe por la derecha. El Atlético entró en el partido con más garbo, señal de que quería limpiar el 1-4 que le infligió la semana pasada Osasuna en el Metropolitano. A ese interés se le añadió una disposición camaleónica en el campo, ya que los de Simeone aparecieron en ataque en zonas bien distintas a las que ocupaban en defensa. Vermeeren se situaba arriba como segundo delantero para fijar a Pacheco, Griezmann se descolgaba para generar superioridad en tres cuartos, De Paul caía a la posición de lateral y Llorente se estiraba como extremo. A la Real le costó detectar el dibujo de su rival y contrarrestarlo, y por ahí vino el tempranero gol colchonero. De Paul pudo lanzar con comodidad a Llorente por el flanco derecho y el centro del madrileño lo remachó en el segundo palo Samu Lino ganando la acción a Traoré. Asistencia de un carrilero y gol del opuesto.

Por la izquierda también había bastante desbarajuste con Azpilicueta proyectándose a campo contrario para que entre Lino y Correa entrasen como cuchillo en la mantequilla en la defensa txuri-urdin. El argentino remató desde dentro del área alto.

Zakharyan y Brais ordenan. Los dos peloteros locales más avanzados en el centro del campo empezaron a ganar balón y partir de ahí comenzó a tener algún problema Oblak. Al Atlético le costaba físicamente mantener esa doble versión defensiva y ofensiva porque le requería de un desgaste que a estas alturas es imposible mantener todo el partido.

Tras un córner Becker pudo empatar de cabeza de no ser porque Griezmann salvó debajo de los palos. Después Aritz cabeceó fuera una falta lateral colgada por Zakharyan y más tarde el ruso inició una buena jugada colectiva en la que también participaron Kubo y Barrenetxea y en la que Brais estuvo a punto de culminar de no ser porque Azpilicueta evitó que el balón entrara. Zakharyan también lo intentó en una falta directa esquinada a la corta que desvió Oblak. La Real rondaba el empate aunque fue Remiro el que tuvo que lucirse a disparo de Llorente en un libre indirecto antes del descanso.

Kubo, con la miel en los labios. En la segunda mitad siguió ese mayor dominio que le dio el balón en un 60% del tiempo, pero faltaba el último pase o acierto en el remate final. Giménez bloqueó de entrada un duro remate de Becker tras un rechace y a la hora de juego Kubo se soltó un jugadón que a punto estuvo de convertirse en el empate. Tras dejar atrás a Azpilicueta y Giménez buscó el palo largo pero Oblak se estiró para desviar a córner.

Imanol movió el banquillo y dio entrada a Oyarzabal y André Silva para tener más mordiente arriba. El capitán sujetó un balón para proyectar a Becker por la izquierda pero su pase lleno de intención fue cortado por Riquelme cuando Kubo afilaba el cuchillo. Turrientes también la tuvo con un disparo que le salvó Oblak en el primer poste.

En una especie de suerte que se ha repetido esta temporada, fue el rival el que hizo el segundo llegando menos. Morata había tenido una solo delante de Remiro aprovechando que la Real estaba volcada y filtrándose entre los dos centrales. Fue el aviso. Porque en la última jugada del partido Aritz salió tarde a por Riquelme, Pacheco perdió la espalda ante el propio Morata y Reinildo ganó la acción a Traoré.

La derrota no empañó la fiesta que siguió a continuación donde afición y equipo pudieron celebrar una temporada brillante en la que se rozó la excelencia en la Champions, la final en la Copa y se ha firmado una sexta plaza muy meritoria en Liga por delante de equipos como Betis, Villarreal, Valencia y Sevilla. Esta Real se ha hecho grande sin darnos cuenta y hay que seguir gozando de ella. Uno tiene la sensación de que no ha tocado techo y de que lo mejor está por llegar. Disfrútenlo mucho.