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Fin a una semana tétrica y llena de terror en la Real Sociedad. El equipo fue superado por un buen Getafe, que endosó tres goles sin hacer demasiado en ataque para que los donostiarras aumenten sus dudas y prolonguen las horrorosas sensaciones. La Real no ... está cómoda y le faltan muchas cosas. Lo primero, confianza. Un equipo que está vivo en las tres competiciones no puede demostrar semejante hundimiento en una semana en la que ha perdido tres partidos en siete días en tres encuentros en los que fue ampliamente superado por el rival. A este equipo ahora mismo también le falta juego. La Real depende de las genialidades de Kubo, del saber estar de Zubimendi o de los goles esporádicos de Oyarzabal. ¿Y el resto? Tendrán que dar un paso adelante.
Y sí, a este equipo le falta gol, centímetros y muchísima contundencia en los duelos cuando no hay energía. En el momento en el que el tanque está cerca de agotarse, sufre, como es normal. Veintiún partidos y solo 17 goles anotados en Liga. Solo el Valladolid, con unos guarismos mucho más pobres, ha visto menos puerta. Cuando no marcas y encima concedes pues pasa lo que pasa. Un equipo candidato al descenso volvió a pintar la cara a una Real blandísima en área propia. Si como equipo no estás compacto y además cometes errores individuales por falta de pundonor, el resultado es el de ayer. La dirección deportiva, que ha dejado salir a tres futbolistas, tiene hasta el 3 de febrero para arreglar todos los problemas pendientes para hacer frente a una temporada que, pese a todo, debería seguir siendo ilusionante al estar inmerso en tres competiciones. Imanol reconoció ayer que no ha pedido fichajes y defendió a ultranza a su plantilla, como es normal, pero para que él pueda ayudar a los jugadores a él también le tienen que echar una mano. Hay que reaccionar ya y de manera urgente. La Real ha recibido seis goles en seis días cuando en los catorce partidos anteriores solo le metieron cinco. Cuidado.
Real Sociedad
Remiro; Aramburu, Zubeldia, Pacheco, Aihen (López, m.50); Zubimendi, Turrientes (Brais, m.46), Olasagasti (Marín, m.82); Kubo, Oyarzabal (Óskarsson, m.69) y Gómez (Barrenetxea, m.69).
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Getafe
Soria; Iglesias, Duarte, Alderete (Berrocal, m.87), Rico; Milla (Yellu, m.82), Djené, Sola (Pérez, m.46), Uche, Coba; y Yildrim (Mayoral, m.61).
Goles 0-1 min 72: Uche empuja a la red un despeje de Remiro a remate de Mayoral. 0-2 min 74: Carles Pérez gana un duelo tras centro a Javi López y marca a placer. 0-3 min 85: Carles Pérez se vuelve adelantar a López y no tiene piedad.
El árbitro Cuadra Fernández, del comité madrileño, asistido en las bandas por Guadalupe Porras y Alejandro Estévez. Iglesias Villanueva fue el árbitro VAR. Amonestó a Turrientes, Kubo y Aramburu en la Real y a Milla, Yildrim, Alderete, Yellu, Berrocal y Coba en el Getafe.
Incidencias 30.004 espectadores en Anoeta. Miles de personas se marcharon con el 0-2 del Getafe.
Durante los noventa minutos no sucedió nada que el aficionado no supiese. Hay que ser un auténtico valiente para ver el Real-Getafe de ayer sin ser hincha de ninguno de los dos equipos. Y tener pocos hobbies, claro. Domingo a las 16.15 horas, peligro porque se cierran los ojos. Los dos equipos demostraron bien pronto porqué son los dos clubes que peores cifras ofensivas cosechan en Liga junto a Valladolid, claro candidato a descender en el mes de abril. Bordalás plantó un centro del campo físico que se impuso en los duelos de la primera mitad al Zubimendi-Turrientes-Olasagasti. El pivote de Ulia tuvo que sujetar, corregir, robar, dirigir y además generar juego. Demasiada tarea incluso para un fuera de serie como él.
Pese a esa medular con mucho más músculo, el Getafe manejó mejor la pelota durante la primera media hora. Con más criterio, al menos. Los de Imanol fueron incapaces de rebasar el centro del campo con balón hasta que por fin se calmaron las aguas, revueltas cada vez que el Getafe juega un partido de fútbol. Hay que reconocer que tiene que ser desesperante y que no debe ser sencillo salirse del encuentro, más si cuando el quien tiene que impartir justicia echa más leña al fuego en vez de apagarlo de inmediato. Meritorio, cuanto menos, no perder la cabeza. El técnico metió piernas frescas con Olasagasti, Turrientes, Gómez e incluso Oyarzabal y Kubo, que solo jugaron una parte en Roma. No se notó ante el descansado Getafe de Bordalás. Pocos equipos compiten tan bien con tan poco. La Real comenzó a despertar del letargo gracias a Kubo. Los japoneses no echan la siesta. Tan solo el desequilibrio y la no vergüenza del nipón a fallar dio alas a los realistas. Rico necesitó la ayuda de Milla, pero ni por esas.
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Una jugada por la derecha ante ambos generó la primera ocasión, pero Gómez dejó pasar el centro. En el córner posterior el catalán se encontró con el cuerpo de Uche. Era un buen remate de primeras. Soria se tuvo que esforzar dos veces para frenar el primer tanto txuri-urdin. A testarazo limpio y ambos con el mismo remitente. Kubo puso buenos balones a Oyarzabal y Zubeldia, pero Soria estaba colocado en las dos acciones. Al descanso el Getafe dominaba la posesión, pero la Real, por poco que fuese lo generado, ya había hecho lo suficiente como para ir por delante.
Si en la primera mitad la Real mereció ponerse por delante, todo lo contrario en el segundo acto. El Getafe mejoró aún más su plan de partido y venció con total merecimiento a un equipo plano, insulso y endeble en área propia. Bordalás tenía el partido donde quería. Primero anestesia, luego tres sopapos en la cara. El dolor estaba ahí pese a la inyección. Cuadra Fernández se empeñó en prolongar la semana interminable pitando un penalti inexistente de Olasagasti sobre Rico, que giró como una peonza cuando el donostiarra se acercó a su posición. Penalti en directo, nada de nada en diferido.
Pero apareció Mayoral como si fuera el destino. Parece que su rodilla está mejor para hacer aún más daño. El delantero de Parla cambió por completo el guion del partido también porque si Zubeldia y Pacheco estaban aguantando medianamente bien a Uche y Yildrim estaba vez sí que los duelos fueron siempre azulones. El azkoitiarra estuvo blando en un balón caído del cielo y Mayoral remató a puerta, Remiro metió la mano como pudo y entonces apareció Uche como un tren de mercancías. Tampoco Zubimendi y Pacheco pudieron frenar al potente centrocampista. Pero de nuevo una jugada a balón parada. El Getafe marcó el 0-1 desde un triste saque de banda.
Y se repitió la historia de Roma. En dos minutos se recibió dos goles para tocar fondo en el partido. Esta vez fue Javi López el que permitió el 0-2 a un Carles Pérez que hizo sus dos primeros tantos con la camiseta del Getafe. ¿Por qué estas cosas siempre le pasan a la Real? Diego Rico puso un centro perfecto, el extremo se anticipó a López y superó a Remiro sin problemas. Zubeldia incrementó las dudas en el tercero estando frágil en el despeje, pero López volvió a demostrar que ahora mismo no es aquel lateral interesantísimo del Alavés. Lo mejor es que ya es lunes y no se va a repetir una semana como la superada. Es imposible.
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