Una Real maravilla
Los de Imanol Alguacil destrozan al Alavés con una actuación tan convincente como contundente
Tercera victoria consecutiva. Cuarta en seis partidos. Trece puntos de dieciocho posibles. Segunda posición en Liga. Números que dan licencia para soñar. Pero eso, con ... ser mucho, no es lo mejor. Ver al once realista en el campo es una delicia. Ayer volvió a jugar como los ángeles para destrozar a uno de los equipos menos goleados hasta el momento. Cayeron tres goles como tres soles, pero es que la goleada pudo ser de auténtico escándalo. En una primera parte espectacular, los de Imanol pasaron por encima de su rival en todas las facetas del juego. Por tierra, mar y aire, los blanquiazules se llevaron por delante al equipo de Garitano, desaparecido durante muchos minutos. Por arriba, por abajo, por dentro, por fuera, en las disputas, en la idea, en el juego, en la ambición... Y por supuesto, en la calidad, en el talento. En absolutamente todo la Real fue más y mejor. Por eso, el 3-0 al descanso no sorprendió a nadie que estuviera viendo el partido.
Esta vez con Remiro en portería, que no tuvo trabajo. Sin problemas en defensa, con Gorosabel por la derecha. Con un centro del campo en el que apareció un gran Guevara para mantener el nivel de juego, un Odegaard que impresiona y un Merino infalible. Y con tres puñales arriba, especialmente Oyarzabal, durante la primera parte la Real fue un torbellino futbolístico para deleite de una afición que se frota los ojos. Alguno me dijo en el intermedio que lo malo es que Aperribay va a tener que sacar la chequera para retener todo el talento que tiene esta Real. Puede ser, pero ahora vamos a disfrutar del momento, porque ser segundos empatados con el Atlético de Madrid después de seis jornadas, cuatro de ellas fuera, viendo lo que vemos, no puede ser por casualidad. Y lo mejor es que, además, Imanol tiene alternativas, tiene profundidad de banquillo y maneja distintas formas de juego, que los jugadores tienen bien asimiladas. Lo dicho. Una maravilla.
Disfrutar... y seguir
Esta tercera victoria consecutiva coloca a la Real en una situación privilegiada. Entiendo que es complicado que no se dispare la euforia después de lo que hemos visto de este equipo, de los recursos que tiene, de los argumentos futbolísticos que atesora, del talento de sus jugadores y del empeño que pone en todos los balones. La Real ha empezado pisando fuerte, pero esto no va a ser, en ningún caso, un camino de rosas. Sin ir más lejos, el domingo espera el Sevilla de Lopetegui, que tiene más de media plantilla nueva. Aquí no hay ni partido sencillo ni espacio para la relajación.
Repito que es lógico que entre los aficionados reine ahora un optimismo desmedido, y no es malo. Dentro del vestuario también es positiva la alegría y que se mire hacia arriba, pero a la vez hay que tener los pies en el suelo, seguir con humildad, paso a paso, ser ambiciosos y no renunciar a nada. Porque la verdad, si tengo que ser sincero, creo que estamos ante una gran Real. Pero esa grandeza solo se construye día a día, partido a partido. Van seis. Faltan 32. Pero disfrutemos.
-
Lo mejor: La Real es ahora mismo un equipo redondo difícil de parar, que hace todo con pasmosa facilidad
-
Lo peor: Una pena que no pudiera marcar Portu, que ya habló con Oyarzabal en el primer penalti
-
El dato: Imanol refrescó el equipo con tres cambios y el nivel de juego se mantuvo
-
La clave del partido: No hay otra que la superioridad blanquiazul en todas las facetas del juego
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión