La amenaza fantasma
Desde mi córner ·
Imanol Alguacil empleó a Oyarzabal y Portu como falsos extremos en ataque y el Alavés nunca pudo detectar el peligro txuri-urdinCómo defender lo que no existe? ¿Cómo cerrar el paso al aire? ¿Cómo cubrir a un fantasma? La impotencia que debieron de sentir los jugadores ... del Alavés durante los noventa minutos de partido ante la imposibilidad de ver llegar a los que vestían de azul y blanco fue de época. La primera vez de Asier Garitano en el Reale Arena fue traumática, como si aún le persiguieran los malos espíritus del Anoeta que dejó hace poco menos de un año. Imanol Alguacil le ganó la batalla táctica sin apenas oposición, como si el ejército alavés se hubiera entregado antes siquiera de comenzar la contienda.
Los cinco primeros minutos de juego fueron premonitorios para averiguar lo que vendría después. El conjunto babazorro aguardaba en su campo el momento de saltar y correr. La Real era dueña de la posesión y movía la pelota al compás que ordenaban Merino y Guevara, y que se aceleraba cuando así le pedía el cuerpo a Odegaard. Alguacil estaba satisfecho con lo que veía, pero quería más. Por eso llamó a Monreal antes del minuto 10 para que le hiciera llegar a Portu una instrucción que cambiaría el posicionamiento de los jugadores de banda.
La Real dejó de jugar con extremos puros en fase ofensiva para hacerlo con dos fantasmas (Portu y Oyarzabal) que nunca esperaban a recibir el esférico en los costados. Se convirtieron en dos espectros indetectables para la defensa albiazul, mientras los dos laterales donostiarras (Gorosabel y Monreal) aparecían como carrileros casi siempre en posiciones muy adelantadas, enfrentados a los laterales rivales. Los jugadores de Alguacil siempre realizaban superioridades. Pero, ¿dónde se metían Portu y Oyarzabal para pasar desapercibidos?
El concepto de movilidad del murciano y el eibartarra no se puede comprar. Se tiene o no. Son dos jugadores que llegan al espacio cuando deben. No esperan en el hueco, el hueco les espera a ellos. Los dos jugadores buscan la abertura y casi siempre la encuentran. Así sucedió en el primer tanto de Oyarzabal y también en el segundo. El capitán txuri-urdin recibió la pelota de Monreal en la banda, llegando desde dentro, arrastrando así al central derecho del Alavés, Ely, y creando otro vacío en el centro de la defensa que lo aprovechaba Willian José. Los visitantes nunca supieron reaccionar ante los movimientos de los jugadores de arriba de la Real. Persiguieron sombras una y otra vez.
Y Asier conoció a Martin
Si a esa movilidad de los hombres de arriba le unes la inteligencia espacial de Martin Odegaard el resultado es lo que se vio ayer. En la previa del partido se especuló de lo mucho que podría conocer Asier Garitano a sus exfutbolistas. El noruego le obsequió con una carta de presentación a la altura de los bendecidos de este deporte.
La Real no solo dio continuidad a lo mejor de Cornellá, aquella primera parte, sino que además lo prolongó durante todo el encuentro. Las entradas de Remiro, Gorosabel y Guevara en el once no alteraron un ápice el juego de los guipuzcoanos y la retaguardia apenas sufrió algún que otro susto aislado. Ahora toca viajar a Sevilla y comprobar si el equipo andaluz podrá detectar la amenaza blanquiazul que se esconde en cualquier rincón de su ataque.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión