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La Real se mantiene firme en su postura con Le Normand: no lo va regalar ni a malvender. Ni al Atlético de Madrid ni ... a nadie. Otra cosa bien diferente es que esté dispuesta a escuchar ofertas si el jugador le transmite personalmente su deseo de salir del club, algo que hasta ahora no se ha producido por mucho que la campaña mediática emprendida desde Madrid haya sido muy potente.
Fruto de las buenas relaciones existentes entre las dos directivas, en Anoeta son conscientes del interés colchonero por el francés desde un mes antes de que concluyera la Liga. Pero la Real no quería que nada le descentrase de su pelea por la Europa League y aplazó cualquier negociación al verano, una vez concluido el campeonato. Otra cosa es que Aperribay mantenga una buena relación con Gil Marín, propietario del Atlético, y que haya aprovechado algún encuentro para hablar del asunto.
El Atlético necesita reforzar su retaguardia, una línea que no ha mostrado la regularidad de otros años. Savic saldrá en este mercado y Mario Hermoso, que sigue sin renovar, tiene todos los boletos para hacerlo. Simeone ha pedido dos centrales y quiere que uno de ellos sea Le Normand, que figura en el primer lugar de sus preferencias. Pero una cosa es querer y otra poder, porque tiene contrato hasta 2026, es un pilar básico en la Real y su cláusula de rescisión es de 60 millones.
Desde la perspectiva txuri-urdin no hay urgencia por abrir las negociaciones. Primero, porque no tiene necesidad de vender. Segundo, porque cuenta con el bretión, como recordó Olabe la semana pasada: «Lo que nos gustaría es que los mejores jugadores sigan en la Real. Luego, a partir de ahí, que no se nos olvide que es una cuestión de todos, no solo de una parte». Y tercero, porque la Eurocopa es un escaparate perfecto para que se convierta en un jugador aún más cotizado. Además, a nadie se le escapa que es un central que por sus características se amoldaría bien a la Premier, donde los ingleses tienen el dinero por castigo.
El obstáculo para ver a Le Normand vestido de rojiblanco es el precio de la operación, ya que desde Madrid se desliza que no están dispuestos a hacer ninguna locura. Algo que choca frontalmente con los 60 millones de su cláusula, punto de partida al abrir cualquier negociación. Está claro que la Real no se va a enrocar en ella, pero es una primera referencia al sentarse a negociar.
La opinión del jugador es muy importante. Es diferente que esté abierto a cambiar de aires para dar un paso adelante en su carrera en un equipo con más aspiraciones, algo entendible, a que haya trasladado directamente al club que se quiera marchar como en su día hicieron Griezmann, Bravo o Iñigo Martínez, por citar algunos ejemplos. No olvida que debe su carrera a la Real y solo aceptará salir si el desenlace de la operación también es vista con buenos ojos desde Donostia.
Eso coloca en una buena posición a la entidad blanquiazul a la hora de negociar, que nunca ha cortado las alas a sus jugadores si se les ha presentado una buena oferta para progresar deportiva y económicamente. Sucedió en su día con Illarramendi y Odriozola, por ejemplo, y hace dos años con Isak cuando vino el Newcastle a por él y se le rebajó la cláusula en 20 millones para dejarle marchar. Que la Real no sea vista desde fuera como una cárcel de oro ha sido un factor importante para que muchos jugadores quieran venir a Anoeta. Pero para abrir la puerta, antes es necesario que el comprador ofrezca una cantidad en consonancia con el valor del jugador. Y aquí está la clave del asunto.
El internacional de La Roja tiene un precio de mercado que oscila entre los 30 millones en que lo tasa CIES Observatory Football y los 40 de Transfermarkt, cantidades altas para tratarse de un central. Como referencia, los dos fichajes del Atlético más caros en esa posición han sido Mario Hermoso, por el que pagó 25 millones en 2019 al Espanyol, y Felipe, que le costó 20 millones sacarlo del Oporto ese mismo verano. En esa horquilla entre los 30 y 35 millones podría haber acuerdo, pero se antoja una cifra importante a desembolsar por un defensa.
Lo que está descartado es que Javi Galán sea utilizado como moneda de cambio para abaratar la transferencia. En San Sebastián ha cuajado unos buenos meses, siendo indiscutible para Imanol, pero la Real nunca ha sido partidaria de mezclar operaciones. El lateral zurdo no entra en los planes de futuro de Simeone, por lo que en el Metropolitano no les importaría bajar el precio con él. Lo que pasa es que, desde el punto de vista realista, la situación es diferente a la que desembocó en su cesión a finales de enero.
Entonces fue un contexto de urgencia el que deparó su contratación producto de la rotura del cruzado de Aihen y la segunda lesión muscular de Tierney que dejaba sin efectivos a Imanol en el lateral izquierdo en el momento clave de la temporada. Ahora el margen de maniobra es mayor y aunque Galán gusta, hay más candidatos para reforzar esa posición.
Así las cosas, la operación de Le Normand no tendrá más condicionantes que el dinero que quiera poner encima de la mesa el Atlético. Si satisface a la Real y el jugador da el paso de salir, irá adelante, sino el bretón seguirá vistiendo de blanquiazul por séptima temporada consecutiva.
Mientras tanto, el conjunto colchonero anunció ayer la renovación del central Axel Witsel, de 35 años, por una campaña más. El belga ha sido uno de los hombres más regulares del equipo y Simeone ha preferido retenerlo aunque hace unas semanas parecía que iba a salir. En este momento, el técnico cuenta en el eje de la zaga con Azpilicueta, Giménez, el propio Witsel y Reinildo.
La última renovación de Le Normand en 2022 fue una de las más esperadas porque entraba en los dos últimos años de contrato cuando decidió extenderlo. Para entonces había roto su relación con Eric Olhats como asesor para firmar con AC Talent, la agencia que lleva a Lucas Vázquez, Kepa Arrizabalaga, Juan Miranda, Ivan Rakitic y Dani Parejo, entre otros futbolistas, amén de entrenadores como Xavi Hernández, Unai Emery, Rafa Benítez y Joseba Etxeberria. En su momento se interpretó ese movimiento como un intento de abrirse al mercado, aunque nada más lejos de la realidad porque renovó.
El club reconoció su relevancia dentro de la plantilla con un contrato importante por dos temporadas más de las que tenía firmadas, hasta 2026, ya que venía de ser el jugador más utilizado por Imanol en el curso 21/22 en el que se obtuvo la clasificación para la Europa League por delante del Villarreal. No se pudo estirarlo más en el tiempo, aunque al menos se subió la cláusula de rescisión de 50 a 60 millones de euros.
Hace dos años, en el momento de firmar, su nombre ya había sido relacionado con clubes como el Nápoles, al que Olabe citó en la comparecencia de la semana pasada, la Fiorentina y el propio Atlético, que ya le seguía sus pasos. Le Normand cumple 28 años en noviembre.
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