Ver 56 fotos
A la Europa League por la puerta grande
Una Real práctica y efectiva da primero con un golazo de Brais y sentencia después con Merino su pase a la Europa League tras un ejercicio de supervivencia en la primera parte
No sé cómo sería el silencio en el Maracaná cuando Ghiggia marcó para Uruguay en el Mundial de 1950 sumiendo a Brasil en la conmoción ... más absoluta, pero el que experimentó el Villamarín cuando Merino hizo el 0-2 antes del descanso fue el mayor que uno ha vivido en un campo de fútbol. Al menos en los últimos tiempos. La bombonera de Heliópolis, con 58.000 enfervorizados béticos empujando como si les fuera la vida en ello, entendió en ese momento que la sexta plaza iba a ser txuri-urdin y que otro año más iban a quedarse por detrás. La Real hizo de gala de esa puntería que tanto ha echado en falta en otras ocasiones para asestar un golpe definitivo en el momento de la verdad y conseguir el objetivo de ir a Europa League sin jugarse nada en la última jornada.
Imanol ha vuelto a llevar la nave a buen puerto después de encadenar dos victorias seguidas en cuatro días ante dos rivales directos a los que les ha dejado con las ganas. En Sevilla, con todo en contra y sin aficionados blanquiazules en la zona visitante más allá de unas entradas de cortesía, apareció ese equipo maduro al que tanto poso le ha dado su experiencia europea en el último lustro para ganar con merecimiento, porque no solo acertó cuando tuvo que hacerlo sino que sufrió para salir vivo cuando el rival fue mejor. Aquel conjunto que hace unos años solía vivía del balón demostró una vez más que también sabe ser fuerte en defensa y abrir la puerta de la Europa League después de coleccionar dos porterías a cero seguidas con Remiro de héroe parando el penalti a Abde para evitar sufrimientos de última hora.
De nuevo piernas frescas. Para esta semana de tres encuentros Imanol volvió con acierto a refrescar el once con el objetivo de mantener la chispa después de una temporada tan cargada. De esta manera dio cabida a seis jugadores que no fueron titulares ante el Valencia, ya que Traoré y Aritz entraron por Odriozola y Pacheco atrás, Brais lo hizo por Zakharyan en el enganche y arriba Becker, Oyarzabal y Galán sustituyeron a Kubo, André Silva y Barrenetxea. Sorprendió ver al extremeño de extremo como en los inicios de su carrera. El objetivo era plantear un partido largo y apostar por un banquillo que podía ser determinante ante un Betis que podía andar más justo en ese apartado después de las lesiones en los últimos días de Guido e Isco que le obligó a jugar de inicio con Carvalho y Fekir, pero lo cierto es que con el tanto tan tempranero el guion cambió.
Noticias relacionadas
Brais quita las telarañas. La entrada de la Real al partido no pudo ser mejor porque se puso por delante nada más empezar. Una falta forzada por el gallego cerca del área la ejecutó de forma brillante batiendo por la misma escuadra a Rui Silva, que no pudo hacer nada. Un chute de confianza muy apreciable.
Pero curiosamente el gol, lejos de espolear a los blanquiazules, les hundió en su campo porque les costó mucho frenar el juego combinativo bético. Con Willian José como boya arriba para dejar de cara a la segunda línea, el conjunto de Pellegrini comenzó a carburar a partir de sus hombres interiores, como Fekir, Fornals y Cardoso, dejando a Sabaly y Ayoze como extremos por fuera. La Real no emparejó bien las marcas y perdió esas referencias que le obligó a perseguir rivales más de lo aconsejable.
Ejercicio de supervivencia. Pasado el minuto diez vivió una media hora en la que sufrió de lo lindo con las oportunidades acumulándose en las inmediaciones de Remiro, que anduvo rápido y certero para desbaratar la doble ocasión de Ayoze y Fornals. Tierney también tuvo que bloquear un disparo a bocajarro dentro del área de Ayoze y el meta navarro sujetó después dos disparos de Willian José y Fekir. El canario era el verdiblanco más desequilibrante y en el minuto 29 dejó atrás a Traoré y Aritz para terminar rematando al lateral de la red. La Real sobrevivía de la solidaridad defensiva de sus jugadores y la acumulación de efectivos en un repliegue muy marcado con el que intentaba capear el temporal. Parecía increíble que el marcador fuese favorable cuando se acercaba el descanso.
Del larguero de Riad al 0-2. El minuto clave fue el 40 cuando el central bético soltó un zurdazo desde fuera del área que dejó temblando el larguero de Remiro. El Villamarín se desesperaba ante la colección de ocasiones desaprovechadas por el suyos. Lo que nadie podía suponer es que en la siguiente acción fuese a llegar el segundo gol realista. Merino, que hasta entonces llevaba un partido más que discreto, rascó un balón en campo contrario a Fornals que le permitió hacer una transición ideal por su cercanía a la portería contraria. El navarro se apoyó en Oyarzabal y sacó ventaja de la devolución del capitán para con un control orientado largo plantarse ante Rui Silva y batirle por el palo corto. Un gol psicológico que terminó por hundir al Betis.
Cambio de dibujo. Tras el descanso Imanol se plantó en el campo en 1-5-4-1 con línea de cinco atrás para contrarrestar mejor al contrario. Galán se colocó de carrilero, Tierney de central izquierdo, Oyarzabal se situó en la banda y Becker fue el referente más adelantado. De repente, escampó y salió el sol, porque la segunda parte fue bastante tranquila para la Real más allá de dos jugadas puntuales, las del penalti de Traoré y el gol anulado a Ayoze por mano.
Pero ahí emergió Remiro para detener la pena máxima a Abde y dar tranquilidad a la recta final de un choque donde debutó Jon Martín con solo 18 años, entraron Olasagasti, Aramburu y Barrenetxea y la Real acabó jugando con siete de casa. Ahora queda el partido del Atlético para cerrar con un buen sabor de boca una temporada en la que se ha brillado en Champions y en la Copa y en la que se ha vuelto a conseguir el objetivo en la Liga. Cinco años seguidos jugando las dos primeras competiciones continentales es algo al alcance de muy pocos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión