Primer gol en liga... y nada más
El portugués se estrena de penalti casi siete meses después para maquillar con su tanto otro partido para olvidar
Dice la Biblia en el Génesis que el séptimo día Dios terminó lo que había hecho y descansó. Entonces, lo bendijo y lo declaró ... día sagrado, porque en ese día descansó de todo su trabajo de creación. No siete días, sino casi siete meses ha habido que esperar para que André Silva obrara el mayor de los milagros desde que defiende la camiseta txuri-urdin. No hablamos de separar las aguas del mar Rojo ni multiplicar los panes y los peces. Marcar un gol, el primero en liga. ¡Aleluya!
Lo había hecho en la segunda ronda de la Copa del Rey ante el modesto Andratx, de Segunda RFEF. Pero en competición doméstica nada, cero. Hasta ayer. Tierney filtró desde la izquierda un balón a la espalda de Baldé para que el portugués, con un gran movimiento dentro del área del Sevilla, provocase el penalti por mano de Ramos que él mismo se encargó de transformarlo lanzándolo raso a la izquierda de la portería defendida por Nyland. La Real volvía a estar en el partido y André Silva, que pidió perdón a la grada del Sánchez Pizjuán por su fugaz pasado hispalense, maquillaba una primera parte para olvidar.
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Intrascendente Apenas tuvo incidencia en el juego y perdió varios balones peligrosos en campo propio. Gran movimiento en la acción del penalti, que transformó con sangre fría.
Hasta entonces, poco más en los primeros 45 minutos. Como era previsible, Imanol refrescó el equipo e introdujo hasta seis cambios respecto al equipo titular que el martes disputó la semifinal copera frente al Mallorca. Muchos cambios en la zaga y la medular, con las entradas, entre otros, de Pacheco, Aramburu u Olasagasti, y cambio de dibujo para jugar con dos delanteros arriba, con Sadiq y el propio portugués en punta. Una apuesta poco común del oriotarra, aunque para nada novedosa esta temporada. Ambos ya compartieron delantera frente al Rayo Vallecano en el Reale Arena en un encuentro que acabó sin goles.
Lo cierto es que apenas tuvo incidencia en el juego y le costó entenderse en el ataque con su compañero. Mientras el nigeriano se fajaba con los centrales locales, el ariete luso pudo entrar más en contacto con el balón pero su participación fue totalmente infructuosa. Incluso perdió un puñado de balones en campo propio que propiciaron sendos contragolpes del Sevilla que obligaron a la defensa realista a desempeñarse en demasía.
La cosa no mejoró tras el paso por los vestuarios e Imanol decidió relevarlo a falta de veinte minutos largos por delante, con el equipo perdiendo 3-1 abajo y la necesidad de meter piernas frescas para un último arreón final que no le alcanzó a la Real para volverse de la capital andaluza con algún punto debajo del brazo.
Por ver la botella medio llena, en un momento delicado de la temporada en el que el equipo va cuesta abajo y sin frenos en Liga y se ha quedado sin la final de Copa, no se ha perdido ningún partido desde mediados de enero y acumula ya 518 minutos esta temporada. Hasta entonces, apenas llegaba a los 200 tras un inicio de curso marcado por las continuas lesiones.
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