Pizarro Gómez atraca a la Real Sociedad

Uno de los mayores en este siglo es el de Mestalla. El partido también acabó 2-2 y el rival vestía de blanco pero nadie se acordará de lo sucedido en el césped porque Valentín Pizarro Gómez borró cualquier atisbo de fútbol. Hacía tiempo que no presenciaba un arbitraje tan bochornoso y lamentable hacia el club txuri-urdin, algo que se va convirtiendo en una constante sin que nadie levante la voz ni haga nada.

El sábado pasado, en la conquista de la Copa del Rey, se pudo comprobar que la mano de Iñigo era dentro del área y que su expulsión era más que clara. Dos acciones en un partido tan igualado que pudieron decantar en sentido contrario un título. Y este domingo lo de Pizarro Gómez ha sido de traca. Preocupado más por tener bien puesto el pelo que por la dirección del juego se ha cargado de un plumazo el buen partido de la Real birlándole dos puntos que pueden ser determinantes en la lucha por la Europa League.

El penalti que pita a Carlos Fernández sobre Paulista cuando ha despejado el balón confirma que este tipo lo más redondo que ha visto es una lavadora. Pero incluso comprando semejante aberración como pena máxima, en el 79 Wass firma una acción más grave sobre Isak, al que llega a sacar la bota del pisotón. Ahí Pizarro Gómez, sabiendo muy bien lo que hacía, ha dejado seguir el juego.

Pero es que hay más. Porque Paulista, autor del 2-2, debía estar expulsado para entonces tras dar una patada en la boca del estómago a Carlos Fernández estando amonestado. Y en el córner del empate hay una falta previa muy clara de Guedes sobre Le Normand que no pita. Había mucho temor a este árbitro y los presagios se confirmaron. Ahora que González González e Iglesias Villanueva van desapareciendo de la escena arbitral, el madrileño toma el relevo como nuevo azote del realismo.

La de Valencia era una prueba de fuego para una Real Sociedad que llegaba con las bajas de cuatro hombres indiscutibles como Igor Zubeldia en el eje de la zaga y el centro del campo titular al completo: Martin Zubimendi, Mikel Merino y David Silva. Las lesiones de Aihen, Illarramendi, Guridi, Merquelanz y Moyá elevaban el número de bajas hasta casi la decena. Pero Imanol, como siempre, hizo de la necesidad virtud y salió del trance con buena nota.

Aunque con jugadores de otro perfil, ha mantenido el esquema y la idea básica de juego habitual, especialmente en ataque, donde siempre combate una presión alta del rival de dos delanteros con tres efectivos en la salida de balón. La gran novedad ha sido el debut como titular de Urko González de Zárate, el chaval de 20 años recién cumplidos que tan buena temporada está haciendo en el Sanse. Aunque en el filial juega de central, el oriotarra lo ha colocado de pivote en labores defensivas y lo ha metido atrás en iniciación.

De esta forma la Real se ha comportado en ataque en 1-3-3-2-2, con Aritz, Le Normand y Urko como centrales, Gorosabel y Monreal altos en campo contrario por fuera, Guevara como organizador y Carlos Fernández y Oyarzabal por los pasillos interiores, con Portu e Isak como delanteros para atacar los espacios.

El cuadro txuri-urdin, gracias a su mejor posicionamiento, ha jugado en posiciones adelantadas, sometía a su rival y ha tenido una media hora inicial tranquila gracias a su dominio del balón. Solo dos cabezazos de Diakhaby y Maxi Gómez en el balón parado han inquietado algo. Pero en las transiciones ofensivas llegaba con mucha gente y Portu y Oyarzabal han estado a punto de marcar en las dos primeras aproximaciones.

Después de un penalti fallado por Soler por una mano de Gorosabel, dos zarpazos en ataque han puesto una ventaja de dos goles para el descanso. En el 0-1 un balón ganado por arriba de Monreal a Wass, lo ha templado Urko para Oyarzabal y abrirle un pasillo para atacar. Un desmarque al espacio de Isak y un rechace que ha ganado el capitán han dejado a Guevara con tiempo para pensar en la frontal del área y el vitoriano ha hecho el resto con un buen remate de zurda.

Casi al descanso un pase de Paulista interceptado por Guevara ha sido la excusa perfecta para que Isak midiera en velocidad a Diakhaby, le dejara atrás y cruzara ante la salida de Jaume.

En la reanudación la Real ha seguido a lo suyo. Respaldada por el resultado y con mucha personalidad sobre el campo a pesar de su juventud, ha continuado dominando el partido. Imanol ha retirado a Urko, que estaba amonestado, y dado entrada a Sagnan. A falta de un futbolista que interpretara dos roles diferentes en función de la fase ofensiva o defensiva, con el francés el técnico ha apostado por un dibujo más fijo, que en ataque seguía siendo de 1-3-3-2-2, con Sagnan como tercer central y Oyarzabal y Carlos Fernández por dentro, pero en defensa el 1-4-4-2 lo interpretaba con Monreal por delante de Sagnan, que hacía de lateral.

Oyarzabal ha estado a punto de lograr el tercero en una buena acción individual antes de que en el 58 Pizarro Gómez se inventara penalti en un despeje del balón de Carlos Fernández ante Paulista. Wass ha hecho el 1-2 e Imanol ha sustituído a Januzaj por Portu para dar último pase a Isak, aunque éste en donde no ha podido marcar ha sido en un córner prolongado primero por Sagnan y que ha cabeceado después rozando el larguero.

Cuando Paulista tenía que estar expulsado por una patada a Carlos Fernández, ha empatado en un córner mal defendido en el que Januzaj no tapa el centro de Guedes y Le Normand se duerme en el marcaje viendo toda la jugada de cara. Del 0-3 se había pasado al 2-2 en un cuarto de hora.

Pero no era día para bajar los brazos con tanto en juego. Con Maxi Gómez expulsado desde el 78, la Real se ha lanzado a por la victoria. Han salido Roberto López y Bautista y el asedio sobre el área de Jaume se ha acentuado. Januzaj, de fuerte disparo, ha estado cerca de marcar, al igual que Bautista en un remate a la media vuelta dentro del área. Al final el cabreo ha sido importante por cómo volaron los puntos, aunque dadas las bajas y la derrota del Villarreal, el empate no era malo antes del partido.