A 'Le Petit Diable' le siguen esperando en el Camp Nou
La incompatibilidad con Messi, el sistema, el estilo de juego, la falta de estabilidad en el banquillo... Griezmann no encuentra su sitio
En Barcelona esperan al mejor Antoine Griezmann (Macon, 1991), al que se destapó en la Real y se consolidó después en el Atlético de Madrid. ... Desde entonces, desde que aterrizó en el Camp Nou hace dos temporadas, poco, muy poco. Es la sombra de lo que fue. Sus movimientos sin balón, su visión de juego, su derroche en labores defensivas, su facilidad para combinar y generar ventajas... En Barcelona, unos dicen que la presencia de Messi le impide brillar, otros lo achacan al estilo de juego, al sistema, a la falta de estabilidad en el banquillo... Todos coinciden en que no está aportando lo que se esperaba de él.
Los números podrán respaldarle –15 goles y cuatro asistencias en los 48 partidos que jugó la pasada temporada y cinco en los quince de la presente–, pero su incidencia en el juego del Barcelona es menor de lo que podría ser. Recibe y pasa. Eso es todo lo que hace o le dejan. Casi nunca en posiciones peligrosas y muchas veces donde no hace daño. No hay rastro del jugador que se adueñaba de los espacios y que encaraba a sus pares. Aquello pasó a la historia. En los últimos meses sólo su gol en Nápoles y un partido decente en Turín han recordado que sabe ser determinante. Su último gol lo marcó el día 2 de este mes en el campo del Ferencváros.
Mejor en la mediapunta
Por detrás del nueve, de Braithwaite, es como han llegado sus mejores momentos esta temporada. El problema es que para ubicarle en la mediapunta, con libertad de movimientos, hay que restarle protagonismo a Messi. Es ahí donde surgen los problemas. Ni en Barcelona están satisfechos con Griezmann, ni él está contento con lo que aporta. «Reconozco que no se está viendo al mejor Griezmann pero a veces se pasan un poquito. Soy una diana fácil», confesaba recientemente en una de sus contadas entrevistas a Jorge Valdano.
Su primera llamada de atención fue en octubre cuando se marchó con su selección. Se descolgó con unas declaraciones en las que afirmaba que en Francia sí que entendían su juego y sí lo ubicaban en una posición más acorde a sus características. Antoine forma pareja en Francia desde hace años con Giroud, y el azulgrana rinde a un nivel superlativo. Esta dupla ha sido titular en los dos últimos grandes torneos internacionales, logrando una final de Eurocopa y un Mundial.
Esas palabras fueron rebatidas por Koeman, que confió en él en el partido siguiente pero que lo sentó poco después en el clásico ante el Madrid tras el desacierto del francés cara a gol.
Más tarde, coincidiendo con otro parón internacional, su nombre volvió a estar en boca de todos por las críticas vertidas por su tío y por su exrepresentante en torno al poder que ejerce Messi dentro del Barça y cómo esa influencia va en detrimento del rendimiento de Griezmann.
No hace mucho, en una de sus contadas apariciones en los medios de comunicación, Griezmann se confesó ante Jorge Valdano. Sobre su rendimiento, puso contexto. «En año y medio tuve tres entrenadores y una pandemia. Así es difícil», indicó.
Y sobre su relación con Messi, Griezmann dijo sentirse respaldado. Negó fricciones: «Me dijo que le 'jodió' cuando rechacé la primera –en alusión al día en el que decidió quedarse en el Atlético–, pero que una vez estoy en su equipo, iría a muerte conmigo y así lo siento».
Pero lo cierto es que ni por esas. En Can Barça viven tiempos convulsos, con elecciones de por medio, y no hay manera. A Griezmann le esperan por si acaso. Siempre hay que hacerlo con los genios.
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