Oyarzabal, Fernández y Barrenetxea se quedan como referentes arriba
Con el 1-4-3-3 Cho sería el único recambio del primer equipo, por lo que no se descarta volver al rombo para aprovechar mejor la plantilla
Imanol tendrá que hacer encaje de bolillos hasta el partido del Celta en Balaídos del día 20, ya que a las sabidas bajas de ... Sadiq y Kubo en ataque se le une ahora la de André Silva. Hasta entonces tiene por delante los encuentros del Málaga en la Copa el domingo, el derbi de San Mamés del sábado 13 y la ronda de octavos de Copa en la semana posterior al clásico vasco en caso de ganar en La Rosaleda.
El oriotarra nunca piensa en los ausentes y sí en los presentes, por lo que andará pergeñando la forma de mantener la competitividad de un equipo que en las últimas semanas tampoco anda sobrado de gol. De hecho, llevaba 411 minutos sin marcar hasta que Zubimendi superó el martes en el descuento a Sivera con un disparo ajustado al palo. El anterior goleador había sido Kubo en Villarreal el 9 de diciembre, cuando anotó el 0-3 antes del descanso.
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Si opta por mantener el esquema de este curso, el 1-4-3-3, la alternativa más lógica sería la de situar como referente más adelantado a Carlos Fernández con Oyarzabal en la derecha y Barrenetxea en la izquierda. La pega es que el sevillano lleva dos meses y medio sin ser titular, desde el día del Mallorca en Anoeta, y que el donostiarra viene de reaparecer después de un mes de baja por un esguince de tobillo.
Además, tendría escaso margen de maniobra en el banquillo porque solo le quedaría disponible de la primera plantilla a Momo Cho, que únicamente ha jugado en Liga como titular en Mestalla. Eso sí, del Sanse podría echar mano de Magunazelaia y de Fiabema. El primero ya sabe lo que es jugar con la Real y el segundo ha ido convocado una vez.
Otra opción con este dibujo sería la de colocar a Zakharyan de extremo y no volante, pero cuando ha utilizado esta variante le ha puesto en la izquierda y ello supondría desplazar de su lugar natural a Barrenetxea, el hombre más desequilibrante en el mano a mano del equipo en ausencia de Kubo. No sería un buen negocio. Y al ruso cuesta imaginarle por la derecha porque no es rápido ni tiene regate. La consecuencia sería una Real muy plana.
¿Cambio de sistema?
Otra alternativa que tiene es variar el dibujo y pasar a jugar con un 1-4-4-2 en rombo como hizo en el tramo final de la campaña 21/22 y en la pasada temporada. El 21 de octubre contra el Mallorca ya jugó de esa manera para dosificar a Kubo y Barrenetxea, que se quedaron de inicio en el banquillo. Zubimendi fue el pivote, Merino y Brais los interiores con Zakharyan de enganche y arriba estuvieron Oyarzabal y Carlos Fernández. La apuesta no salió muy bien, porque a la Real le costó llegar a portería y no fue hasta que salieron los dos extremos cuando consiguió decantar el partido de su lado.
Pero no es una posibilidad nada disparatada, ya que aprovecharía mejor los elementos de su plantilla. En la zona ancha dispondría de seis hombres para cuatro posiciones –Zubimendi, Merino, Brais, Zakharyan, Turrientes y Olasagasti– y arriba tendría a Oyarzabal, Barrenetxea, Cho y Carlos Fernández en la pugna por dos plazas.
Roberto Olabe ha diseñado una plantilla amplia con jugadores versátiles capaces de jugar en diferentes posiciones y con distintos sistemas, y ahora tiene una prueba de fuego en este mes de enero. Eso en ataque, porque atrás también debe reemplazar a Traoré bien con Aritz o con Odriozola.
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