En este fútbol sin descanso en el que estamos inmersos este curso, hasta la alegría por ganar en San Mamés, algo que no ocurre todos ... los días, se esfumó enseguida. Bastó un empate en casa tres días después ante Osasuna para que cierto pesimismo se haya instalado en el entorno de la Real, sobre todo a cuenta del estado físico de los jugadores. Un debate que a buen seguro se reabrirá mañana en Sevilla, donde es probable que Imanol presente una especie de unidad B, preservando a los titulares para el partido del miércoles de la semifinal de la Supercopa, en lo que no deja de ser una oportunidad histórica para el club, más allá de que este título no tenga el rango de la Copa o la Liga.
Mucho se ha presumido este curso del gran fondo de armario que tiene la Real, algo que se echaba de menos en años precedentes, por lo que es tiempo de nuevos actores y varios nombres vienen a la mente. Uno de ellos es Joseba Zaldua, que ha vuelto a entrenar con el grupo y al que urge poner a jugar en un lateral derecho en el que Gorosabel necesita rotar. Lo mismo pasa con Januzaj, aunque en ambos casos lo único que cabe esperar es cruzar los dedos para que no vuelvan a lesionarse, porque sanos garantizan buen rendimiento.
Otros futbolistas como Martín Merquelanz y Modibo Sagnan deben dar un pasito adelante. El de Irun está teniendo ya los minutos que pedía y, aunque ha jugado tramos a buen nivel, precisa de mayor regularidad. Y el central galo, una vez que ha entrado en la rotación pese a lesiones y alguna mala fortuna en goles encajados, debe también apretar los dientes en la salida de balón y la defensa del fuera de juego. Y luego está Asier Illarramendi, que podría volver hoy por fin a una convocatoria. Tras un año y cuatro meses sin jugar, no es a él a quien corresponde ahora tirar del carro, pero puede ser un elemento más que interesante en los próximos meses.
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