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REAL SOCIEDAD

El regreso de Illarramendi, una operación muy difícil para la Real Sociedad por la presión de otros clubes

El conjunto txuriurdin afrontará el fichaje más caro de su historia sin tener que salirse de los márgenes de su presupuesto ordinario

P. SOROETA/M. GONZÁLEZ

Domingo, 30 de agosto 2015, 06:43

La Real Sociedad acometerá el retorno de Illarra sin tener que rebasar los límites de su presupuesto ordinario, que se verá favorecido por el incremento experimentado por los ingresos televisivos a partir de esta misma temporada. En ese sentido, es una operación bajo control, que se sitúa, eso sí, al límite del esfuerzo económico que puede realizar ahora mismo un club como la Real Sociedad sin dependencia de ingresos extraordinarios. Es un fichaje extraordinario que no puede repetirse cada año, pero que arroja un saldo positivo neto por un jugador que en dos años habrá generado en la Real Sociedad un retorno de algo más de 15 millones de euros a cambio de dos años de ausencia del club blanquiazul y permanencia en el Madrid.

El regreso de Illarra a la Real Sociedad ha sido posible por la conjunción de un conjunto de circunstancias entre las que han jugado un papel determinante la tenacidad y perseverancia del presidente blanquiazul, Jokin Aperribay, la determinación del jugador de priorizar la vuelta a su club de origen si abandonaba el Real Madrid, y la disposición abierta del club presidido por Florentino Pérez de ofrecer a la Real Sociedad la posibilidad de presentar una oferta que sería valorada por el Madrid antes de comprometer un traspaso con cualquiera de los clubes europeos que estaban interesados en la contratación del jugador.

Antecedentes

La marcha de Illarra al Madrid hace dos años dejó en la Real la huella de una frustración que no quedó atemperada por el ingreso de 32,1 millones de euros (IVA aparte) en las arcas del club realista. Por contra, el club blanco cerró aquella operación con un indisimulado malestar ante la firmeza exhibida por la Real Sociedad en una negociación en la que exigió hasta el final el pago de la cláusula de rescisión contemplada en el contrato. La entidad blanquiazul no tenía otra alternativa a escasas semanas de una eliminatoria previa de la Champions en la que había en juego entre 15 y 20 millones de euros, pero la operación abrió una brecha en la relación entre ambos clubes que se pudo reconducir poco a poco con el paso del tiempo.

Primera piedra

Durante el pasado mercado de invierno el Athletic no consiguió formalizar el fichaje de Illarra a pesar de haber presentado una atractiva oferta cercana a los 26 millones de euros. La renuencia del jugador a vestir de rojiblanco jugó un papel determinante a pesar de que el Real Madrid estaba dispuesto a un traspaso que le hubiera permitido recuperar buena parte de la inversión realizada año y medio antes. Este desenlace se convierte así en la primera piedra del camino de regreso de Illarra a la Real Sociedad.

Pista de aterrizaje

Al compás de las conversaciones entre diferentes clubes sobre la comercialización de los derechos de televisión, se produjo durante la pasada primavera un contacto directo en Madrid entre Jokin Aperribay y Florentino Pérez, que sirvió para cerrar la herida abierta que había dejado la marcha de Illarra al club blanco. Con la perspectiva que proporciona el tiempo transcurrido, este contacto sirvió para que cada parte justificara las razones que empujaron a mantener una tensa negociación en la marcha de Illarra al Madrid y la buena sintonía mutua quedó restablecida. En aquel momento, Jokin Aperribay solicitó a Florentino Pérez que tuviese en cuenta a la Real Sociedad en el caso de que el club merengue decidiera abrir la puerta a la marcha del jugador y que antes de acordar cualquier traspaso con otro club tuviese en cuenta la oferta que estuviera en condiciones de presentar la Real Sociedad.

Disposición del jugador

Illarra ha tenido encima de la mesa de sus representantes suculentas ofertas durante el último año, entre las que han destacado las presentadas por Liverpool, Tottenham, Inter y Juventus. Todas ellas muy tentadoras en lo económico y especialmente en lo deportivo. El jugador ha optado en todo momento por manejar la situación con máxima prudencia. No se ha pronunciado nunca en público sobre su suplencia en el Real Madrid y ha renunciado en todo momento a presionar al club blanco para forzar su salida. La marcha de Ancelotti y la llegada de Rafa Benítez al banquillo madridista iban a condicionar de manera determinante su futuro. Si el nuevo técnico merengue hubiese contado con Illarra, su salida del club hubiera resultado una quimera. Había que esperar a culminar la pretemporada para conocer los planes del nuevo técnico, pero su apuesta por el regreso de Casemiro y el fichaje de Kovacic en el centro del campo dejaban claras sus intenciones. A partir de ahí, Illarra sabía que su futuro profesional estaba más lejos que cerca del Real Madrid.

La puerta se abre

El viernes de la semana pasada la Real Sociedad tiene conocimiento oficial de que la puerta de salida del Real Madrid se había abierto para Illarra y el club blanco confirma su disposición a estudiar una oferta blanquiazul por el jugador antes de comprometerse a traspasarlo a cualquiera de los clubes europeos que pretendían contratar al centrocampista guipuzcoano. Siguiendo un guión estudiado de antemano, Jokin Aperribay decide no esperar a los últimos días anteriores al cierre del mercado, convencido de que en ese escenario incontrolable sería muy difícil impedir que otro club europeo, más poderoso económicamente, se llevara al jugador. La apuesta para intentar anticiparse en la negociación era arriesgada por la gran presión que podrían provocar el conocimiento público de las negociaciones o algunas filtraciones informativas interesadas, pero esperar hasta el final era una opción casi suicida porque la agitación del mercado muy a última hora hubiera echado por tierra muy posiblemente el regreso de Illarra a la Real Sociedad.

Primera oferta de la Real Sociedad

Jokin Aperribay y Florentino Pérez compartieron una cena el sábado pasado en Madrid en la que el presidente blanquiazul tuvo la oportunidad de presentar una primera oferta por el jugador, que se situaba muy por debajo de las pretensiones económicas del club blanco, que se situaban en una cifra semejante a la que el Athletic había ofrecido en el mes de enero. En ese momento, y a tenor del interés ya confirmado por cuatro clubes europeos poderosos, la posibilidad de un regreso de Illarra a la Real Sociedad se antojaba casi imposible. No obstante, a pesar de la gran diferencia existente, quedó abierta la puerta a que ambos clubes siguieran negociando en las horas siguientes. En paralelo, las conversaciones con la representante del jugador avanzan, topándose eso sí con la dificultad de las atractivas ofertas que Liverpool, Tottenham, Inter y Juventus principalmente habían puesto ya encima de la mesa. No obstante, Illarra se muestra dispuesto desde el primer momento a priorizar su regreso a la Real Sociedad, en el caso de que el club blanquiazul y el Real Madrid fuesen capaces de llegar a un acuerdo, que en los primeros compases de la negociación, parecía muy improbable por los diez millones de distancia que existían entre las cantidades iniciales propuestas por ambos clubes en el arranque de la negociación.

Acelerón en la negociación

Tras un domingo condicionado por el debut liguero del Real Madrid en El Molinón, las conversaciones se reactivan por la mañana entre ambos presidentes y el lunes entre negociadores autorizados de ambos clubes, sin intervención directa de los presidentes. Es en el transcurso de ambas jornadas cuando quedan fijadas las bases para intentar culminar un día después un acuerdo definitivo. Según fuentes próximas al club madridista, el Real Madrid fija el lunes un umbral posible de acuerdo cifrado en 20 millones de euros, distribuidos en 17 fijos y 3 más en concepto de variables (internacionalidad, participación en Europa, etc), además de un porcentaje sobre un hipotético traspaso futuro. El argumento que defiende la entidad merengue al establecer este listón es que ya en ese momento está en condiciones de traspasar al jugador a dos clubes europeos que están dispuestos a pagar 22 millones de euros en efectivo. A tenor de estas condiciones, la oferta de la Real Sociedad resultaba aún claramente insuficiente para satisfacer las pretensiones madridistas. No obstante, la apuesta del jugador por volver a la Real Sociedad había condicionado ya una rebaja inicial de las expectativas iniciales del Real Madrid y mantenía al mismo tiempo vivo el interés de la Real Sociedad por culminar la negociación lo antes posible, tratando de evitar que algún otro club se descolgara con una oferta irrechazable para la entidad merengue y para el propio Illarra.

Desenlace

Una conversación telefónica entre Florentino Pérez y Jokin Aperribay permite el martes encauzar definitivamente el acuerdo final para un contrato de seis temporadas, cuyo anuncio oficial quedaba pospuesto para el miércoles, tras el preceptivo reconocimiento médico. La Real Sociedad renuncia por el momento a confirmar o desmentir las cifras con las que se ha especulado en distintos medios sobre la cuantía final del traspaso, debido a una cláusula de confidencialidad contractual. No obstante, según fuentes próximas al club madridista, el resultado final de la operación contempla el compromiso de pago de una cifra de 17 millones de euros en concepto de traspaso, además de un 20% sobre una hipotética transferencia futura del jugador a otro club. Sin embargo, el acuerdo firmado no recoge ningún pago de una cifra variable adicional en función de partidos disputados, internacionalidad o participación en competiciones europeas. En paralelo al acuerdo entre los dos clubes, el visto bueno oficial de los representantes del jugador se confirma el mismo martes. De esta manera, Illarra pasará a formar parte del grupo de jugadores mejor remunerados de la plantilla blanquiazul. El hecho de que su contrato tenga una vigencia de seis temporadas permitirá distribuir durante ese periodo más largo de tiempo las cantidades que tenía comprometidas con el Real Madrid para los cuatro años que aún le restaban de cumplir en su contrato.

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