Monreal firma un bautizo perfecto

Mucho ha llovido ya desde el último encuentro del zaguero internacional en el torneo doméstico. Un lejano 27 de enero de 2013 fue el último día en el que Monreal vistió la camiseta del Málaga para partir rumbo a Londres y ponerse a las órdenes de un mito de los banquillos como Arsene Wenger. Ayer, Imanol le dio la oportunidad de estrenarse como titular y con el '20' a la espalda en su nueva casa y ante su nueva afición, que le brindó una sonora ovación cuando sonó, por primera vez, su nombre en megafonía.

Formó la línea defensiva con Zaldua en el flanco derecho, Aritz, y Llorente a su vera, con el que conectó algunas veces para ayudar a sacar el balón limpio desde atrás. Su primera acción de juego le define bastante bien como jugador: balón peligroso templado al área y Nacho, que así es como le conocían en Inglaterra, se cuela entre los atacantes del Atlético para despejar de cabeza el peligro. Para muestra, otro botón. En el minuto 3 acudió raudo y veloz al centro del campo para cortar, mediante una falta y con mucho oficio, un contragolpe que estaba siendo liderado por Vitolo.

Al ex de Osasuna se le vio también comprometido a la hora de apretar al equipo arbitral, algo que no se suele ver mucho por aquí. Es lo que tiene tener 33 años y llevar 14 temporadas en la élite, los colegiados te miran de otra forma.

El excapitán 'gunner' aterrizó en la capital guipuzcoana para reforzar una zaga bisoña y con falta de carácter. Lo demostró entrando con todo en balones divididos y ganando por arriba disputas aéreas, algo que terminó secando el primitivo fútbol que predica Simeone. Ayer, además de aportar ese plus en la defensa, se prodigó en ataque e intentó ayudar a un Oyarzabal omnipresente siempre que la oportunidad se lo permitía. Se van a llevar bien.

Tan enchufado se le veía al lateral criado en Tajonar que se animó hasta a marcar gol, desatando la algarabía de una grada entregada en el minuto 60. Es su diana número 18 desde que debutase como profesional en agosto de 2006 en una previa de Champions League ante el Hamburgo. Monreal recogió un rechace de Oblak en el área pequeña y fusiló las redes rivales sin contemplaciones. El fondo de la Aitor Zabaleta, justo detrás, parecía que se derrumbaba por momentos. Curiosamente, el último tanto que marcó en Liga fue en su despedida como jugador malaguista, aquel 27 de enero de 2013 ante el Mallorca en Son Moix.

Mientras la Real se merendaba a un Atlético desconocido y perdido en el verde, la última incorporación realista siguió a lo suyo. Cerrando correctamente el flanco izquierdo en el que anuló a Vitolo y haciendo de vez en cuando incursiones ofensivas para no permitir que el contrario, ya desquiciado en el último tramo del encuentro, se viniese arriba y creyese en la remontada.

Si el veterano defensor internacional había estado soñando estas últimas noches con su estreno con la histórica camiseta realista, parece complicado creer que hubiera imaginado un debut tan redondo como el que tuvo ayer. Titular, triunfo de prestigio ante el líder y un gol. La perfección.