Real Sociedad - Mirandés de Copa: cita con la historia en el Reale Arena

Ha llegado el día más importante de los últimos 17 años en la historia de la Real Sociedad. Ese marcado en rojo que puede acercarnos a una final de Copa por primera vez desde 1988. Ha llovido tanto que es difícil que los que estén por debajo de los cuarenta lo recuerden. Sus mejores momentos irán ligados al tercer puesto con Krauss en 1998, al subcampeonato de Liga de 2003 en el que se rozó la gloria o a la Champions de 2013 con Montanier. También al ascenso en 2010, aunque aquello era una obligación más que un orgullo. Ahora, pelear por un título está más cerca que nunca pero antes hay que hacer los deberes, porque a estas alturas no hay enemigo pequeño. Por mucho que esté en Segunda División.

Imanol y los suyos deberán gestionar el papel de favorito, lo que no significa que acudan confiados. Pero esa ansiedad por sentir algo tan próximo hay que saberla llevar para que no te impida hacer un buen partido, clave para coger ventaja. El oriotarra tiene a su disposición a toda la plantilla, menos al lesionado Illarramendi y al sancionado Gorosabel, por lo que podrá presentar el equipo de gala, que no diferirá mucho del formado por Remiro; Zaldua, Aritz, Le Normand, Monreal; Zubeldia, Merino, Odegaard; Portu, Isak y Oyarzabal. Por si acaso, y para ocultar sus bazas, dará hoy la convocatoria.

La Real Sociedad se ha tomado muy en serio el torneo y eso ha sido clave para llegar tan lejos, porque ya desde verano era un objetivo prioritario para el club. Se demostró en las eliminatorias contra el Becerril y el Ceuta, dos rivales de Tercera ante los que Imanol sacó dos onces reconocibles que endosaron ocho goles a los palentinos y cuatro a los ceutís. Y cuando estás enchufado en una competición desde el principio es mucho más fácil estar mentalizado cuando llegan los partidos de verdad.

El bombo no fue benévolo después, ya que en dieciseisavos le tocó una de las dos eliminatorias con rivales de Primera. Pero superó al Espanyol (2-0) tras un peleado partido y luego hizo lo propio ante Osasuna (3-1) cuando todavía había equipos que se medían a rivales de inferior categoría. Vencer esas dificultades fue fortaleciendo el grupo, por eso cuando le tocó jugar en cuartos en el Bernabéu nadie dio la eliminatoria por perdida. Esa mentalidad ganadora se reflejó en el 3-4 de la semana pasada y estará hoy presente contra el Mirandés. Porque todo lo conseguido hasta ahora no tendrá valor si no se remata la faena.

No es casualidad que en la primera temporada con el Reale Arena terminado la Real Sociedad esté cerca de la final de Copa y a tres puntos de la Champions en Liga. Ha sido un cuarto de siglo perdido en una casa inhóspita en la que el aficionado no podía participar del juego por su lejanía al campo. En cuanto ha podido hacerlo, el ambiente que se ha generado está llevando en volandas a los suyos demostrando que era verdad aquello de que las pistas nos quitaban puntos. Hasta Jesús Zamora, historia viva de este club, reconocía que el ambiente de ahora le recuerda mucho al que se vivía en Atocha, que rugía con fuerza en las grandes citas. Hoy es la más importante en la corta vida del nuevo campo y el público tiene mucho que decir. Porque el partido de hoy se antoja determinante en la eliminatoria.

El Mirandés llega a esta eliminatoria con la moral por las nubes, como lo demuestra que lleva doce partidos oficiales sin perder. Desde el 14 de diciembre ha enlazado siete triunfos y cinco empates. Las victorias han sido contra el Huesca (2-0), Coruxo (4-5), Girona (0-3), UCAM Murcia (2-3), Celta (2-1), Sevilla (3-1) y Villarreal (4-2), y los empates frente a Racing (0-0) y Rayo (0-0) en casa y a domicilio contra Cádiz (3-3), Málaga (2-2) y Sporting (2-2). A eso hay que añadirle que ha eliminado a los tres reseñados equipos de Primera de la Copa y que en este tiempo ha conseguido un promedio de dos goles y medio por partido. Para rematar, su delantero en esta competición, el brasileño Matheus, es el segundo máximo artillero con 5 goles, solo superado por Isak con 7.

Sin embargo, no se encuentra como hace dos meses. El cansancio le está pasando factura a una plantilla que se ha quedado con apenas 18 efectivos tras perder a seis de ellos en el reciente mercado de invierno, ya que al no jugar apostaron por cambiar de aires. Iraola trata de rotar lo que tiene y en Anduva se ha encontrado muy protegido en eliminatorias que se le han puesto de cara. Pero jugar ante un equipo como la Real en un estadio de las dimensiones del Reale Arena tiene que notarlo. Principalmente porque en la retaguardia está muy justo de gente tras las lesiones de sus dos laterales, Carlos Julio y Franquesa.