La mejor campaña de Imanol
El oriotarra está explotando bien las posibilidades de una plantilla rejuvenecida a la que va revalorizando para el futuro
Sabido es que los resultados pondrán las notas en junio, pero en mi opinión está siendo la mejor temporada de Imanol. Y lo digo sabiendo ... que restan tres meses exigentes por delante y que lo normal es que tanto Real Madrid como Manchester United nos ganen las eliminatorias de Copa y Europa League, lo que puede llevar a hacer una lectura catastrofista dentro de un mes cuando aspirar a ser séptimos en Liga nos sepa a poco.
Construir cualquier proyecto en un fútbol cortoplacista no es fácil. Y ése precisamente está siendo su mérito con una plantilla que nada tiene que ver con la de los años anteriores y que va a jugar más partidos que nunca. Si preguntamos cuál ha sido la mejor temporada del oriotarra muchos se quedarán con la 19/20 que supuso la clasificación para una final 32 años después y marchaba a ritmo de Champions hasta que se cruzó la pandemia en el camino. Otros se quedarán con el cuarto puesto de 2023 que permitió disputar la mejor competición continental por quinta vez en la historia. Sin embargo, ambas situaciones no se pueden comparar con la de ahora por mucho que en el fútbol los acontecimientos se sucedan tan rápido que no nos dejen percibir los cambios.
En la temporada 21/22, hace tres años, la Real juntó en su once a Le Normand, Merino, Silva, Sorloth e Isak. Casi nada. Cinco futbolistas extraordinarios que marcan las diferencias en Europa y a cuya marcha se ha sabido sobreponerse para seguir peleando por objetivos ambiciosos. Si a ellos se añade a Remiro, Zubeldia, Zubimendi y Oyarzabal, entra dentro de lo previsible lo que ha conseguido el club desde 2020 habiendo acertado con el entrenador y el director de fútbol.
La Real está forjando un equipo con talento tan joven que Kubo y Barrene nos parecen veteranos con 23 años
En estos cinco años Imanol apostó por estirar su guardia pretoriana hasta que el cuerpo les aguantase, adquiría un buen botín de puntos al inicio del campeonato y con un buen 'rush' final en Liga certificaba plaza europea. Dicho así parece fácil pero no lo era. Tenía su mérito, aunque era una estrategia diferente a la de ahora.
Este año, además de competir, está revalorizando una plantilla en la que todos son protagonistas y con la que uno se frota las manos al pensar cómo pueden rendir la próxima temporada los Aramburu, Sucic, Óskarsson, Marín, Sergio Gómez, Javi López, Zakharyan y compañía. Talento joven cociéndose a fuego lento. Todos por debajo de los 24 años. Por no hablar de Turrientes y Pacheco o de Marrero, que ha demostrado que puede competir con Remiro en la portería. Si hasta Kubo y Barrene nos parecen veteranos con 23 años...
Victorias como la lograda el domingo pasado ante el Leganés pasan desapercibidas escudándonos en que es un rival pequeño sin reparar en que ha ganado al Atlético y al Barcelona y que Imanol formó con siete jugadores que no llevan dos años en el equipo. Y jugando una primera media hora de muy buen fútbol.
La Real no es un club que pueda resolver las marchas de jugadores clave con fichajes de impacto. Tener una economía ordenada no significa disponer de talonario. Si ganó la Copa en 2021 fue porque juntó a canteranos de calidad como Zubeldia, Zubimendi y Oyarzabal, apostó por Remiro, Merino e Isak cuando nadie creía en ellos, anduvo hábil para anticiparse al Leverkusen en la cesión de Odegaard y convenció a Monreal para que cerrase aquí una carrera brillante.
Ahora vuelve a estar en construcción con la misma filosofía de siempre: ganar cada partido pero sin descuidar el mañana. En ese contexto se está viendo al mejor Imanol, aunque me da pena que ligue su continuidad a los resultados de estos dos meses y al pulso que tome entonces al entorno cuando seguramente sea mucho mejor entrenador que cuando llegó en 2019.
Históricamente la Real vivía estas etapas de transición en la segunda mitad de la tabla con el único objetivo de llegar tranquila a junio cuando ahora compite en tres frentes cada tres días ante cualquier rival. ¿Que le falta gol? Sí. Es una evidencia, pero hay que valorar más lo que se tiene. Partidos como el del Real Madrid no deberían entenderse desde un enfoque negativo. Aunque se haya perdido.
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