Es mejor frenar para marcar un gol
El portugués se estrena como goleador realista en su primer encuentro como titular marcando un gol de puro ariete, con arte de delantero
No es David. Es André. El apellido nos resulta familiar. Quién iba a decir el pasado 2 de agosto que el primer tanto de ... André Miguel Valente Silva (Gondomar, Portugal, 28 años) iba a ser en el Sa Plana, un campo de hierba artificial en segunda ronda de Copa del Rey un 6 de diciembre. «El primero de muchos», piensa el seguidor blanquiazul, que en el tránsito de la chancleta al zapato, del traje de baño a los vaqueros, de la crema de sol a la cazadora, pensaba que el ariete luso iba a ser la referencia en ataque de la Real. El jugador que llegaba en calidad de cedido a marcar las diferencias, firmó ante el Andratx su primera titularidad, su primer gol y suma hasta el momento 102 minutos con la elástica blanquiazul. Ha sido su cuarto partido con la Real. Y su gol significa el pase de ronda.
En resumidas cuentas, eso es lo que viene a hacer André Silva a la Real. Ser un tipo decisivo. Un jugador de un toque –acuérdense de Juanmi–. Pero un toque a donde no llegue el portero, como le ocurrió al guardameta del Andrax, Vicenç Sabater, que se estiró como el 'Inspector Gadget' pero el tiro del delantero realista era eso. El tiro. Saca a la Real del atolladero en un partido gris, y quién sabe si en cuartos, semifinales o la final de Copa nos acordamos de este gol. Dos tantos de la Real en Copa han significado dos pases a la siguiente ronda.
Gol académico
Su gol fue académico. De una sencillez inapelable y una efectividad incuestionable. Controló un balón de espaldas fuera del área. Dadíe se había metido por dentro dejando todo el carril para Álvaro Odriozola quien recibió de André Silva. Y el internacional con Portugal en lugar de acelerar le puso algo de pausa al momento. Algo que resultó vital para la Real, letal para el Andratx. Porque los cuatro defensas en una línea casi perfecta recularon para proteger la portería. André Silva sin embargo se paró y siguió la acción de Odriozola con la vista. Le creó una línea de pase perfecta. El donostiarra la vio como si tuviera un subrayador fluorescente y la puso tocada para que André Silva le pegara con su pierna derecha con la fuerza necesaria y la precisión exacta para que el cuero saliera cruzado, inalcanzable para Sabater. «A la barra», como solía decir Javi De Pedro. Donde el portero normalmente no llega.
Recibió un fuerte golpe en la rodilla en el minuto 59 y parecía que iba a ser sustituido por Sadiq, pero aguantó diez minutos más. Antes del gol, trató de aparecer y tuvo dos amagos de remate de cabeza tras sendos centros desde los costados. No brilló, pero hizo el gol y sí que apareció en algunas fases del partido. El luso jugó 69 minutos, y hasta ayer solo contabilizaba 33 como blanquiazul.
Ya ha caído el primero. Ahora solo falta celebrar muchos más. Carlos lleva tres goles, Sadiq, dos y André Silva se acaba de estrenar. Todos serán bienvenidos porque el ariete vive del gol.
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