Las lesiones vuelven a debilitar los laterales

En la banda derecha, Álex Sola sintió unas molestias en el muslo izquierdo en el calentamiento del amistoso contra el Eibar el viernes día 5 que no acaba de superar. Figuraba como titular en la hoja de alineaciones aquel día pero acabó jugando en su lugar Jokin Gabilondo. La semana pasada realizó trabajo personalizado al margen del grupo, el lunes se le vio ejercitándose en el campo siete de Zubieta en compañía de uno de los readaptadores y ayer tampoco participó de la práctica colectiva.

El donostiarra es uno de los canteranos llamados a cambiar la cara a la banda derecha por su potencia y capacidad para profundizar en ataque. En la primera mitad de este 2022 marcó tres goles con el Sanse y dio dos asistencias, pero de momento está en el dique seco con el contratiempo que ello supone. En los últimos años no ha tenido suerte con las lesiones, por lo que algunos vieron con preocupación que el club se desprendiera de Zaldua mandándolo al Cádiz.

Desde Anoeta se justificó la decisión por que, además de Gorosabel y el propio Sola, también estaba Aritz para jugar de lateral, aunque prácticamente toda su carrera profesional la ha desempeñado como central. El año pasado, sin ir más lejos, jugó 31 partidos de titular y 28 de ellos en el eje de la zaga.

Estos dos contratiempos se unen al hecho de que la pasada temporada la posición fue de las más flojas del equipo, en parte porque Gorosabel no logró igualar el excelente nivel que ofreciera en el curso 20/21, al menos en el apartado ofensivo. Tampoco en pretemporada parece haber convencido a Imanol porque en la primera jornada, con Sola lesionado, el técnico prefirió adaptar a un jugador de otra posición como Aritz antes que apostar por un especialista como él. Algo que pocos esperaban.

El beasaindarra, competitivo donde los haya, cumplió. Le costó ajustar la presión en los primeros minutos pero después fue creciendo protegiendo el segundo poste en los centros laterales desde la banda contraria y sirviendo un buen balón a Merino en la segunda parte. Ahora vuelve a partir por delante de Gorosabel para jugar ante el Barça y parece que lo que otros años fue un recurso puntual para determinados momentos puede convertirse en algo recurrente.

La lesión del burgalés es la tercera que sufre desde que fichó hace un año por la Real. El parte médico no establecía plazos de recuperación, como es habitual, pero varias semanas no le quita nadie. A su favor juega que, como hasta el 8 de septiembre no arranca Europa, no se perderá tantos partidos como si se disputaran semanas con doble compromiso, liguero y europeo.

El lateral zurdo notó un pinchazo en el muslo derecho tras un despeje en el partido de Cádiz que se ha traducido en una lesión del bíceps femoral derecho. Desgraciadamente está acostumbrado y sabe los pasos a seguir para volver a los campos.

Hace un año, el 10 de agosto de 2021, se rompió el aductor derecho en un entrenamiento a cinco días de que empezara la Liga en el Camp Nou. No reapareció hasta el 28 de octubre en Balaídos y por el camino se perdió 13 partidos oficiales: diez de Liga y tres de Europa.

El jugador confesó en abril en una entrevista a este periódico que ese percance le impidió arrancar en condiciones. «Entre que estuve dos meses parado, conocer a los compañeros y adaptarme a un club nuevo, me costó bastante coger confianza».

Después tuvo continuidad durante cuatro meses en las que fue elevando su nivel pero en el partido de Leipzig el 24 de febrero volvió a lesionarse, en esa ocasión en el bíceps femoral de la pierna izquierda. Se perdió cuatro partidos de Liga y la vuelta contra el conjunto alemán en Anoeta, pero se recuperó en tres semanas y pudo jugar a buen nivel los dos meses finales del campeonato en el que fue uno de los destacados.

El fútbol es tan caprichoso que el lateral de Etxauri vuelve a aparecer como salvavidas de nuevo, apenas un año después de que el club le abriera la puerta de salida porque no contaba con él tras el fichaje de Rico. Pero la lesión de Monreal era más grave de lo que parecía, el propio Rico se rompió y Aihen tiró del carro en solitario los tres primeros meses de competición. Ahora, después de quedarse en el banquillo en Cádiz, volverá a ser de la partida frente al Barcelona.

Su trabajo diario en Zubieta, honestidad y oficio le hicieron ganarse en diciembre la renovación hasta 2024. Este verano volvieron a surgir rumores acerca de su posible marcha que él mismo se encargó de desmentir en redes sociales con un comunicaco en el que afirmaba que «nadie está más feliz que yo en esta Real».

Ahora que le toca volver a la palestra lo hace respaldado por la confianza que le da saber que siempre que se le ha necesitado ha cumplido. En la campaña 18/19 fue capaz de sentar en el banquillo a Theo Hernández, hoy figura del Milán, cuando tenía 21 años y ficha del Sanse.

En la 19/20 y 20/21 vivió a la sombra de Monreal pero pudo irse a los 1.500 minutos en competición oficial, la primera de esas temporadas gracias a la Copa del Rey y la segunda, a los partidos europeos. La campaña pasada, con 2.207 minutos, es la que más jugó, ya que durante varios tuvo la condición de titular. Y al equipo no le fue mal, ya que en Liga la Real era colíder con 24 puntos con el Real Madrid cuando regresó Rico tras el partido de Balaídos y en Europa se clasificó con solvencia tras golear al PSV Eindhoven siendo titular los seis partidos de la fase de grupos.

El domingo volverá a tener una nueva prueba de fuego contra el Barcelona. No será seguramente el mejor de la plantilla pero sí de los más regulares. Saber sus limitaciones le hace potenciar otras facetas del juego que le permiten ofrecer siempre un buen rendimiento.