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Una de cal y una de arena. El partido de Takefusa Kubo iba de menos a más, pero una tarjeta amarilla condiciona el balance de su partido. Sobre todo porque no era necesaria, no hacía falta y el daño causado es enorme.
A la vuelta de vestuarios, con una Real que buscaba el gol de la tranquilidad, Kubo ha aparecido en el pico del área para demostrar la calidad que tiene. El balón ha llegado a sus pies cuando estaba escorado en la banda derecha y poco a poco, a veces a trancas y a barrancas, se ha ido desprendiendo de jugadores rivales para disparar y poner el 2-0 con un golazo.
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La noche pintaba perfecta, pero una segunda internada del japonés ha terminado en la mencionada amarilla. Corría el minuto 58 y en su disputa con Renato Tapia ha habido contacto, que el árbitro no ha entendido como suficiente para pitar pena máxima. Ante las protestas de ambos jugadores, que incluso se han encarado y enzarzado en el clásico 'qué, qué', Hernández Maeso ha tomado la salomónica decisión de 'amarilla para ti y para ti'.
En el caso de Kubo cumple ciclo, por lo que no podrá ser de partida ante el Barcelona. Tampoco estaría Aguerd en caso de recuperarse de sus molestias, ya que ha visto amarilla por protestar una decisión arbitral. No parece, eso sí a que se recupere.
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