La moto de Joseba Zaldua y Aihen Muñoz arrancó tarde
Sus incorporaciones al ataque levantaron al público del asiento y llevaron peligro pero llegaron demasiado tarde en la segunda parte
La acción del lateral llegando hasta línea de fondo para poner un balón en el área viene a ser para el fútbol como la ... vespa para el motociclismo. Todo un clásico. Un recurso elegante y, sobre todo, eficaz. Nunca falla. Pero la moto de Zaldua y Aihen arrancó demasiado tarde ayer sobre el césped del Reale Arena.
El donostiarra se metió hasta la cocina en el 75 de partido para terminar poniendo un centro que se envenenó. Sorprendió hasta al adversario, despistado ante un recurso de cuya existencia ni siquiera tenía conocimiento. Un par de minutos antes también se había estirado por su carril asociándose con Januzaj y sembró el desconcierto en los alemanes.
El de Etxauri, por su parte, levantó del asiento a toda la grada Aitor Zabaleta en el 80, al recepcionar una prolongación de Oyarzabal, apurar hasta el extremo del campo y picar el balón hacia la cabeza de Isak para que éste rematara en posición manifiesta de gol. La jugada no tuvo final feliz pero su desarrollo propició el aplauso del respetable, que por fin escucharía el rugir de las motos por los costados del campo.
Cuando Zaldua se estiró pilló desprevenidos a los rivales y pudo generar situaciones de peligro
Parecía el partido diseñado para sus aceleraciones, con los tres centrales cubriéndoles las espaldas y ellos dos ligeramente adelantados en el dibujo de la pizarra inicial. Tanto Zubeldia y Le Normand en su iniciación como, sobre todo, Zubimendi y Rafinha cuando bajaban para dinamizar el comienzo de la jugada, trataron de arrancar las motos una y otra vez. Inclinaban a izquierda y derecha el pesado vehículo txuri-urdin y pisaban fuerte el pedal de arranque para que el motor iniciara, pero durante una hora de juego no hubo manera. Ni por un carril, ni por el otro.
No era la gasolina
Zaldua y Aihen necesitaron apurar su punta de velocidad, pero hacia atrás, en parte por las acometidas del Leipzig y en parte por el temor a no ser sorprendidos por su letal verticalidad. Las veces que abrieron gas fue para tapar las internadas de sus homólogos de posición en el equipo rival.
Pudiera parecer que el fallo estaba en la gasolina, tema manido en los últimos tiempos en la Real, pero sus arreones finales descartan tal hipótesis. Cuando el tiempo se fue agotando y no quedaba nada que perder pisaron el acelerador y, ¡Eureka!, había vatios ahí dentro como para desatascar el juego realista, desperezar al aficionado de la grada y desesperar a los defensores rivales. Cuánto lo agradecieron Oyarzabal y Januzaj, a quienes se les abrió un nuevo horizonte de esperanza en el partido al ver aparecer por allí a sus compañeros.
Aihen llegó hasta línea de fondo en el 80 para recibir de Oyarzabal y poner un centro de gol a Isak
Con las incorporaciones de Zaldua y Aihen resucitaron el fútbol clásico, las aproximaciones al área y, por ende, las opciones de hacer que el balón merodeara por la portería contraria, aunque fuera por puro empuje. Ahí emergió el valor de dos voluntariosos canteranos para echarle los arrestos que tanto agradece el incondiconal. Ahí pudo estar la eliminatoria.
Nos venderán muchas motos en las próximas horas acerca de la dinámica de la Real. Motos sofisticadas y de última generación. Mejor mirar a las clásicas. Las de siempre. Si arrancan.
Ryan convive con la crítica y el halago de manera simultánea
Mathew Ryan se lo guisó y se lo comió todo en la noche de ayer. Como si el Leipzig no fuera suficiente equipo para ponerle a prueba, se fabricó errores de bulto que posteriormente solventó de manera brillante para demostrar su potencial. Tras salvar un gol para el tercer minuto, en el 10 regaló un pase al contrario dentro del área para enmendar la negligencia con otro paradón. Cogió después el cuero con la mano fuera del área y en la jugada del libre directo volvió a evitar el tanto alemán bajo palos. Convivió con la crítica y el halago de manera casi simultánea. ¿Que llego una décima de segundo tarde al pase en profundidad metido a Nkunku y provoco penalti? Pues lo paro. Firmó otra gran estirada en el 54 en un disparo de Olmo y no pudo hacer nada en el 0-2.
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