Josean Arruza: «A veces creen que están por encima del bien y del mal»

– ¿Le sorprende que haya tantos casos en el fútbol como el de De Pedro?

– No sé si hay muchos casos. Yo, desde luego, entre los deportistas con los que he trabajado y los que conozco, la verdad es que no hay muchos, pero no sé concretamente si el fútbol es un espacio donde aumenta ese porcentaje porque yo conozco poca gente. En el caso de De Pedro, pues bueno, también es un poco especial en el sentido de que hace muchos años que jugó y la trayectoria tras colgar las botas ha sido un poco anómala. Es reincidente en lo que estamos hablando. No es la primera ni la segunda.

– ¿Qué razones hay?

– Se pueden conjugar varias cosas. La primera es que si cuando están en la época más alta de su carrera deportiva no lo concilian con otra cosa ya sea, con una formación universitaria o con otro tipo de formación… Si solo hacen una actividad es un elemento bastante importante. Luego también si con el dinero que han ganado las inversiones que han hecho han sido decisiones equivocadas y se han arruinado, ese es otro factor importante. El hecho de que no admitan que en un momento determinado dejan de ser protagonistas o dejan de tener fama y la gente se va olvidando de ellos. Si tienen esa serie de elementos más alguno relacionado con su propia personalidad pueden desembocar en cualquier cosa.

– ¿Es más frecuente ahora?

– Yo creo que hay más atención a este tipo de cosas desde el Consejo Superior de Deportes (CSD). Hay algún programa relacionado con la transición a la vida profesional desde el punto de vista de la vida deportiva. Pienso que de los que yo conozco, que pueden ser unos 500 deportistas de alto nivel, el porcentaje es muy bajo, no llegan al 1% que hayan desbocado su vida personal en unas situaciones de este tipo, que son, por cierto, bastante tristes.

–¿Tiene que ver la fama y el dinero?

–Claro. El estilo de vida que llevas cuando estás en lo mejor de tu carrera deportiva no tiene nada que ver con el estilo de vida que vas a llevar a posteriori. Si no eres consciente de eso, te va a pasar factura.

– Están los casos de Dani Alves y Greenwood, por ejemplo. ¿Es un problema del fútbol o es algo generalizado en la sociedad?

– Yo creo que pueden ser dos cosas que se mezclan. Por un lado eres un poco agresivo y por otro lado a veces creen que no les va a pasar nada, que pueden hacer lo que quieran, que están por encima del bien y el mal. En otras profesiones también pasa porque hemos visto directores de cine, actores o gente muy importante que ha he hecho algo parecido también... ¿no? Se creen por encima del bien y el mal y generan agresión sexual, violencia de género, etc. Piensan que pertenecen a un grupo especial de personas que pueden hacer lo que quieren.

– ¿Por dónde pasa la solución?

– Lo más importante es buscar ayuda profesional. Buscar gente que les oriente y que les haga ver que la vida real no tiene nada que ver con lo que ocurre cuando están en un equipo profesional jugando la UEFA o la Champions. Aquellos que han recurrido a la ayuda profesional, en la mayoría de los casos, han reconducido su vida. Me estoy acordando en este momento por ejemplo del nadador Michael Phelps, que cayó un poco de picado y a través de la ayuda profesional le dio la vuelta. Es conveniente que le ayuden. Es la mejor manera de reconocer sus hábitos y sus comportamientos porque tampoco se entiende cómo este tipo de personas llegan a hacer ese tipo de cosas.

– ¿Ha tenido que tratar con deportistas en situaciones semilares?

– No, porque yo cuando cuando viene algún deportista con la psicología clínica o el equipo de modificación de conducta lo derivo a expertos en ese ámbito. Yo me limito a tratar problemas estríctamente del ámbito deportivo, nada más.