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Al norte de Londres o a Mánchester. A la casa de Danny Blanchflower o a la de George Best. La Real conocerá este viernes (13. ... 00 horas) a su rival en los octavos de final de la Europa League y solo hay un resultado posible: salir al encuentro de la historia del fútbol. Tras eliminar a un equipo danés, un ser o no ser hamletiano: Tottenham o Manchester United.
La Real persigue desde hace varios años un lugar propio en Europa, es el objetivo estructural del club y, como toda empresa ambiciosa, llega el día en que debe afrontar la gran prueba. Siempre llega ese día. Tottenham o Manchester United, dos nombres tan grandes como el fútbol.
La última vez que la Real visitó las Islas fue el 8 se septiembre de 2022, cuando jugó precisamente en Old Trafford frente al Manchester United. Es casi un derbi, tantas veces se han enfrentado últimamente. Sería la cuarta casi seguida, dos en Champions y dos en Europa League. Pero el United nunca se agota, siempre es un gigante, siempre un honor acudir a aquel campo, a la casa del gran George Best, el que confesó que «en 1969 dejé las mujeres y la bebida; fueron los peores 20 minutos de mi vida». Fue tan bueno que nadie le discutió la condición de 'quinto Beatle', ganó dos ligas, una Copa de Europa y el Balón de Oro en 1968 con 22 años.
Norirlandés, forma parte de la 'santísima trinidad' del Manchester United junto con Bobby Charlton y Denis Law. Fue un ídolo de la cultura popular, guapo, arrogante, con éxito arrollador entre las mujeres, rico, rebelde extravagante y con una calidad futbolística inabarcable. Nadie que viera jugar a George Best ha podido olvidarlo.
El de Belfast fue el símbolo del renacimiento del club tras el desastre de 1958, cuando el avión que traía al gran Manchester United de los 'Busty Babes' se estrelló en el aeropuerto de Múnich.Fallecieron 23 personas, ocho de ellos, futbolistas. Uno de los que sobrevivió fue Jackie Blanchflower. Salvó la vida, pero no pudo volver a jugar.
Era el hermano pequeño de Danny Blanchflower, figura máxima del Tottenham e icono intocable. Centrocampista exquisito y norirlandés como Best, Blanchflower estableció el canon que sigue vigente en White Hart Lane, donde lo primero es la elegancia y todo lo demás se puede discutir. Un gigante como el club del norte de Londres –se gastó más de mil millones en su nuevo campo, por ejemplo– no gana la Liga desde 1961, con Blanchflower.
El Tottenham atrae a los jugadores con más clase del fútbol británico y en ello radica su prestigio. Culto y punzante, dejó varias frases para la historia: «La gran mentira es que el fútbol solo consiste en ganar. No es cierto. Lo que cuenta es la gloria, hacer las cosas con estilo y emoción, salir al campo para imponerse al rival, no para matarle de aburrimiento».
El Tottenham bebió de las fuentes del gran fútbol húngaro de la primera mitad de siglo XX. Instauró su célebre estilo de 'push and rush' (toco y me voy) frente a 'kick and run' (juego largo y a correr) dominante en el fútbol inglés. Ese buen gusto está en el ADN de los del norte de Londres.
La generación liderada por Blanchflower escribió la época dorada del Tottenham entre 1960 y 1963, con el doblete Liga y Copa de la temporada 1960/61, la defensa del título de Copa en 1962 y el hito de convertirse en el primer equipo británico en ganar una competición internacional al conquistar la Recopa de Europa en 1963. Tras el título de liga se unió a la causa Jimmy Greaves. Lógico, tratándose de uno que «marca los goles con la misma suavidad con la que se cierra la puerta de un Rolls Royce». En realidad, el equipo de White Hart Lane (ahora Tottenham Hotspur Stadium, pero está en el mismo sitio) nunca se ha recuperado de tanta belleza.
Han vestido su camiseta blanca Glenn Hoddle, Chris Waddle, Osvaldo Ardiles, Luka Modric, Gareth Bale... Su último gigante, Harry Kane, les dejó hace dos años, pero el Tottenham está muy por encima de los problemas mundanos.
Toca sorteo. ¿A dónde irá la Real? ¿A casa de Danny Blanchflower o a la de George Best? Bendito dilema.
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