Imanol dejará la Real a final de temporada

Imanol no seguirá en la Real la próxima campaña. Así lo anunció este jueves el club a través de sus canales oficiales mediante un comunicado oficial en el que, además de darle las gracias por todo lo que ha conseguido en estos seis años y medio, recoge que el técnico le había transmitido «su decisión de no continuar dirigiendo al equipo la próxima temporada» y que «dejará de liderar el cuadro txuri-urdin una vez finalice el presente curso». En la misma nota se recuerda que «antes de que llegue ese momento hay mucho por lo que luchar. El sexto billete europeo y acabar esta maravillosa historia merecen un esfuerzo final de todos. Eskerrik asko, Imanol».

Los hechos se precipitaron en la mañana de este jueves cuando el entrenador blanquiazul se reunió con Jokin Aperribay para comunicarle que no iba a seguir al frente del equipo, algo que transmitió después a la plantilla en Zubieta. Por lo que ha podido saber este periódico en su decisión no han influido las derrotas sufridas en las últimas semanas ante el Mallorca y el Alavés, por muy dolorosas que hayan sido. En principio, no hay prevista ninguna rueda de prensa ni acto de despedida alguno, ya que la prioridad tanto de Imanol como del club es la focalizar la atención y las energías en las cinco jornadas que restan para entrar en Europa, empezando por el próximo partido contra el Athletic en Anoeta del domingo 4 de mayo. Hasta el martes, cuando se retomen los entrenamientos en Zubieta, Imanol descansa con su familia en Andalucía.

El de Orio había manifestado ante la prensa en reiteradas ocasiones su postura de esperar a finales de abril para arrojar luz sobre su futuro, ya que necesitaba sentirse con la misma energía de siempre y comprobar el crecimiento de un grupo más joven que nunca. En definitiva, quería ganarse la renovación.

En la rueda de prensa previa al encuentro ante el PAOK de Salónica, el 29 de enero, admitió que tenía una oferta de renovación del club desde agosto y que no quería «seguir agarrado a esta silla por el pasado y lo que he hecho. Ahora mismo podría subir al despacho del presidente y firmar por dos o tres años. Pero no quiero seguir aquí de cualquier manera. Si el equipo crece, mejora y yo me voy satisfecho de esta temporada, renovaré».

Sin embargo, no ha sido así y el desgaste de un año tan complicado ha terminado siendo importante. En verano pasado perdió a dos piezas básicas en su esquema, casos de Le Normand y Merino, y ha tenido un equipo muy joven para afrontar la campaña más cargada de la historia del club, que se va a ir hasta los 57 partidos entre Liga, Copa y Europa League.

El curso nació torcido desde el principio porque los internacionales no pudieron casi hacer pretemporada, unos por tener más vacaciones tras jugar la Eurocopa y otros por participar en los Juegos. Además, Zubeldia y Brais tuvieron que parar por sendas lesiones, Aguerd y Óskarsson llegaron el último día de mercado y Traoré se rompió el cruzado en septiembre. A pesar de todo, la Real se ha mantenido siempre cerca de los puestos europeos en Liga y en Europa llegó hasta octavos de final, donde entre el Manchester y el malísimo arbitraje de Benoit Bastien en Old Trafford le mandaron a la calle.

La mejor versión del equipo se vio en la Copa, donde en el minuto 170 de la eliminatoria de semifinales contra el Real Madrid estaba en La Cartuja. Pero el partido se fue a la prórroga y un gol de Rüdiger en un córner acabó con el sueño de vivir una final con público 37 años después.

Desde esa gran noche en el Bernabéu han pasado 24 días y la sensación es que la Real se ha desinflado, con dos derrotas ante Mallorca y Alavés y un agraciado empate en Villarreal en las tres últimas jornadas. En el ambiente también se percibía una cierta tensión que la incertidumbre sobre su futuro no rebajaba. Los pitos a Sucic en el encuentro ante el Mallorca en Anoeta o los gestos del aficionado en Mendizorrotza hacia Oyarzabal no son habituales en una afición acostumbrada a vivir en perfecta comunión con su equipo. La desilusión por las eliminaciones en Europa y la Copa, así como el adiós de Olabe y el de Imanol ahora confirmado llegaba a un aficionado necesitado de certezas a las que agarrarse. Ahora, al menos, sabe que habrá cambio en el banquillo.

La decisión de Imanol no ha pillado a contrapié al club, que como es lógico trabajaba también con el escenario de que no continuara. Ahora debe decidir en quién deposita su confianza para la próxima temporada, la segunda del nuevo libro y la primera sin Olabe ni Imanol.

Después de seis años brillantes en lo deportivo, pretendientes no le van a faltar al banquillo, uno de los más atractivos de la Liga, por lo que la Real no va a tener dificultad en encontrar entrenador. Pero primero debe decantarse por el perfil que quiere y si apostar por alguien de fuera, como hizo en su día con Lasarte, Montanier y Eusebio, o dar la confianza a alguien de casa como ocurrió con los casos de Jagoba Arrasate y el propio Imanol.

La diferencia respecto a cuando tomó esas decisiones es que el proyecto deportivo es mucho más sólido que entonces. Por poner un ejemplo, cuando llegaron Eusebio en 2015 y el propio Imanol en 2019 la Real estaba cerca de los puestos de descenso, mientras que ahora está en la pelea por Europa y cuenta con una plantilla joven, de calidad y con contratos largos.

Es cierto que el verano puede ser largo con jugadores cotizados como Zubimendi y Kubo en caso de no entrar en Europa, pero también hay cedidos que lo están haciendo muy bien, casos de Urko (Espanyol) y Gorrotxategi (Mirandés), y un plantel joven con futuro que tiene por delante los mejores años de fútbol. Aramburu, Jon Martín o Pablo Marín se han revelado como futbolistas más que interesantes entre los que han dado el salto desde el Sanse, y de los que han llegado de fuera hay mucha confianza en Sucic, Sergio Gómez, Zakharyan y Óskarsson, a pesar de que aún no se hayan mostrado muy regulares en su etapa en Donostia.

El secreto de Imanol consistió en desarrollar y llevar más allá la idea de la etapa de Eusebio, su predecesor, de desplegar un buen fútbol basado en defender alto y hacia adelante con una presión individual en campo contrario. A ese estilo atractivo, Imanol le confirió una solidez desde la intensidad en el trabajo diario que ha hecho de la Real un conjunto competitivo incluso en momentos en los que le ha fallado el fútbol como ahora, porque un buen ataque gana partidos pero una buena defensa gana campeonatos, como ocurrió con la Copa conquistada en 2021. Ahora, lo lógico sería dar continuidad al trabajo realizado en los últimos años por el oriotarra con alguien que aporte su propio sello y una nueva mirada.

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