Un gol, una mirada, un milagro
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1
La Real vuelve a evidenciar sus males
No por sabido es menos doloroso. La Real llega, la Real genera, la Real remata, pero la Real no marca. Que el Madrid te va ... a golpear es evidente pero si tú no eres capaz de dar una respuesta, si no eres capaz de intimidar, de hacer dudar a tu rival, es muy difícil aspirar a grandes gestas.
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2
25 tiros entre los dos equipos y ¡diez paradas!
Que la Real llegó y remató lo evidencian sus 11 disparos, seis de ellos a puerta. El Madrid tiró 14 veces, cuatro a puerta y uno al larguero. Remiro realizó cuatro paradas y Lunin, seis. Los dos estuvieron de sobresaliente y evitaron que el marcador fuese mucho más abultado.
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3
Un gol evitable y surrealista
Que el gol del Real Madrid se genere de una recuperación de Vinicius al borde de su área tras perseguir 30 metros a Zubimendi es de coña. Que nadie encime a Bellingham cuando realiza el pase en largo y que Zubeldia no se percate de la entrada de Endrick a su espalda son dos errores que costaron caro.
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4
Las miradas del sibilino Sánchez Martínez
No cometió errores graves pero como buen árbitro que es sabe condicionar un encuentro con esas pequeñas decisiones que poco a poco te van minando. Y luego está su gestualidad. Dialoga hasta la extenuación con Vinicius o Ceballos y marca con su mirada a cada realista que intenta dialogar con él. Se lo dijo Zubimendi aún sobre el césped: «Es una falta, luego otra, otra, otra. A mí este fútbol ya no me gusta».
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5
¿Hay eliminatoria?
El 0-1 deja a la Real más allá que acá. ¿Puede resucitar dentro de un mes en el Bernabéu? Rozaría el milagro. Cuestión de fe.
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