También hay un fútbol sin balón
La Real se encontró con los goles antes que con el juego y luego trabajó duro en defensa para que el Betis no se metiese en el partido, cometiendo el triple de faltas que el rival
Miguel González
San Sebastián
Lunes, 2 de diciembre 2024, 00:22
Seguro que ha habido partidos más brillantes que han acabado con peor resultado. Incluso contra el Betis en Anoeta, que llevaba cinco partidos seguidos sin ... perder y en varios fue ayudado por la diosa fortuna. Esta vez fue al revés. La Real se valió de un autogol de Llorente y de un penalti que tuvo que advertir el VAR para adquirir dos goles de ventaja a la media hora y después apostó por lo que demandaba la situación: nadar y guardar la ropa. Venía de ganar al Ajax hacía 72 horas y tampoco se le podía pedir más brillantez. Así que se puso el mono de trabajo y rozó la perfección en ese otro fútbol que no se ve: el de sin balón. Supo tapar todas las vías de ataque del Betis para no dejarle entrar en el partido y recurrió a las faltas para cortarle el ritmo. Lo que tocaba.
-
1
El Betis, obligado a iniciar el juego en largo
Los dos equipos gustan de sacar el balón jugado desde atrás, por eso desde el principio trataron de impedirlo para que el rival se encontrase incómodo. En el caso de la Real fue a presionar arriba al hombre en los saques de meta de Rui Silva dejando a Aramburu, Zubeldia y Aguerd atrás con Abde, Roque y Jesús Rodríguez para adelantar a Aihen con Sabaly. La consecuencia fue que el meta portugués no tuvo más remedio que iniciar el juego en largo y esos balones los dominaron Zubimendi y Aguerd, lo que impidió al Betis posicionarse de cara en campo contrario para atacar. A la Real le pasó algo parecido, porque los de Pellegrini calcaban la misma maniobra en el área contraria con idéntico objetivo, lo que pasa es que le sonreía el marcador desde muy pronto y se veía favorecido por el contexto, ya que el que tenía que exponer era el conjunto andaluz.
-
2
Los recogepelotas también juegan
Los goles llegaron antes que el juego, porque el 1-0 pilló a todos por sorpresa cuando los dos equipos andaban tomándose la temperatura. Sin embargo, es verdad que la Real presionaba mejor en campo contrario y encontró petróleo en una jugada sin aparente peligro. Una buena acción defensiva sobre Sergi Altimira obligó a éste a ceder un saque de banda en terreno propio que el recogepelotas de la zona supo leer a la perfección. No tardó un segundo en darle el balón a Aihen para que montase un dos contra uno con Barrenetxea. La banda izquierda a la que hizo debutar Imanol en su primer año en 2019 evocó épocas pasadas para que el de Etxauri pusiera la pelota al corazón del área en ese lugar que es complicado de defender por un central. La presencia de Oyarzabal terminó por hacer que Llorente la introdujera en propia puerta. Tantas veces alabando a los recogepelotas de otros campos y esta vez los nuestros fueron claves en el 1-0. Que Bartra se picara con uno de ellos al borde del descanso revela la importancia que tuvieron en esa jugada.
-
3
Turrientes interpreta mejor la segunda altura
El beasaindarra se ganó el jueves el puesto de titular ante el Betis con una segunda parte brillante. Imanol le dio la alternativa y se notó su presencia porque cose más el centro del campo. Las alturas aparecen más diferenciadas y sabe interpretar posicionalmente mejor el juego que cuando están ahí Sucic y Sergio Gómez, dos talentos que todavía están asimilando el estilo de la Real. Turrientes ayuda a Zubimendi en salida de balón al descolgarse y recoge multitud de balones sueltos por su buen posicionamiento. Sus conducciones ante Guirao se agradecieron en los momentos iniciales en los que se echaba en falta un faro en ataque. No es casualidad que cuando fue sustituido la Real no mejorase sus prestaciones en la zona ancha, a pesar de que Marín aportó presión. Pero su temple y pausa se agradecen para hacer correr al rival.
-
4
Kubo y Barrene, muy implicados por dentro
Con el marcador a favor los dos extremos interpretaron a la perfección que les tocaba correr hacia atrás para defender la renta, firmando uno de sus mejores partidos sin balón. Lo que pasa es que se les mide por lo contrario y seguro que no se les tendrá tanto en cuenta la labor de anoche. Los dos cerraron bien por dentro y eso permitió que Zubimendi pudiera controlar a Lo Celso, el jugador más desequilibrante del Betis y al que no se le vio. El japonés se pegó a Perraud y supo duelarse en defensa con Abde cuando éste se metió al pasillo interior. Barrenetxea hizo lo propio en la banda contraria, ayudando por dentro con una jugada que ilustra esta situación en el minuto 50 en la que llega a realizar un corte dentro del área por la derecha ante Abde cuando Aramburu y Kubo habían quedado rebasados. Con los extremos tan comprometidos en defensa, la Real se hizo fuerte en defensa y resultó imposible meterle mano.
-
5
El recurso de las faltas para frenar al contrario
El partido acabó con 28 faltas de la Real y 10 del Betis, casi el triple que el contrario. No es el blanquiazul un conjunto duro pero supo frenar el inicio del juego verdiblanco con faltas que evitaron que progresase en ataque y llegara con el balón controlado en zonas más comprometidas. Ese otro fútbol es necesario para competir en temporadas tan cargadas de partidos. Son tres partidos en casa ganando con la portería a cero y eso no es casualidad.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión