Formación y compromiso

Primera parte con una Real bien colocada y con un Madrid falto de puntería en un tramo donde ha brillado la ausencia de oportunidades claras. Lo más significativo de la sensación de superioridad del Madrid, ha sido ver a Ramos en puestos de ataque asiduamente. Superioridad que no se ha visto recompensada por falta de claridad a partir de tres cuartos de campo. Innumerables pérdidas de los jugadores txuri-urdin. Causas que hacen bajar las espectativas de dominio en su campo. Con su consiguiente sensación de apatía.

Posición más adelantada de la Real en la segunda parte. Presión que ha generado cierta incomodidad en la salida de balón del Madrid. Destacar el debut tanto de Silva como de González de Zárate.

Partido oscuro tirando a gris pero lleno de oficio en el aspecto defensivo que utilizaré como argumento en la posterior disertación:

Escucho a varios referentes hablar de que la motivación está sobrevalorada. Este tipo de partidos parten con la convicción del propio jugador. Pero qué ocurre cuando la diversión se acaba... O cuando estamos obligados, en circunstancias adversas, a recurrir a efectivos no tan comunes. Todo mi reconocimiento para 'ESTOS' que se encargan de metodología y formación. Los que se dedican a establecer una seña de identidad propia. Las circunstancias obligan a veces a tomar decisiones para los que están a un peldaño de poder convertirse en jugadores del primer equipo. Y para esto sí que se necesita a un entrenador valiente (normalmente un gran conocedor de la casa). En este caso Imanol y Labaka han apostado por canteranos como Guevara, Barrenetxe (titulares ayer), González de Zárate, Bautista (salieron al final), Roberto López, Navarro, Pacheco o Blasco (convocados ayer en un partido contra el Real Madrid ni más ni menos). Estas apuestas están dando frutos y marcan un camino bien definido en el club.

Consolidarlos se convierte en algo capital. El paso adelante que están dando algunos es innegable. Para los que sabemos que es estar en esa situación de estar cerca pero no terminar de dar el paso, mucho ánimo y a currárselo. El trabajo no te asegura jugar, pero te acercará más al objetivo. Se da la disyuntiva de los jugadores establecidos y que no juegan tanto. Para estos: humildad, entusiasmo y, sobre todo, el compromiso que aparece cuando la diversión se acaba.