La Federación quiere público en la final de Copa y los gobiernos vasco y central se oponen

El anuncio velado se produjo apenas dos horas después de que el presidente de LaLiga, Javier Tebas, pusiera fecha aproximada a la vuelta escalonada de público a los estadios: «Estamos preparados. Llevamos un año, hemos aprendido, y esperamos que en la tercera semana de abril podamos empezar a tener un porcentaje en los estadios».

En esta nueva pugna entre Federación y LaLiga por ver quién es el primero que consigue llevar público a los campos de fútbol, la apuesta de Rubiales por ser él va camino de quedarse en agua de borrajas porque tanto el Gobierno Vasco como el Ejecutivo de Sánchez se posicionaron ayer en contra de esa posibilidad.

Como ya habían repetido en las últimas semanas, ambos entienden que no es el momento de abrir las puertas de los campos de fútbol cuando la ciudadanía ya se ha resignado a pasar la Semana Santa confinada ante el lento descenso en el número de contagios y quién sabe si a las puertas de una cuarta ola. «No creo que sea el mejor momento para invitar al público a un partido de fútbol», advirtió el portavoz del Ejecutivo vasco Bingen Zupiria. «Ningún estado europeo de los que nos rodean está pensando convocar público a eventos deportivos», por lo que la decisión que se pudiese adoptar «no es positiva», añadió.

En el mismo sentido se posicionó la ministra de Sanidad, Carolina Darias, quien apostó por poner freno a las concentraciones masivas. Así se lo hizo saber a los consejeros de su misma materia en Andalucía y Euskadi, y abogó por trasladar un mensaje de contención a la sociedad. «Quiero ser clara y contundente. No es adecuado. No es oportuno y no es conveniente. Esta ministra va a trabajar intentando buscar el consenso para que esa asistencia de público no se produzca», insistió a la conclusión del consejo Interterritorial. «Estamos en una zona valle, casi estancados. Hemos bajado un punto cada día respecto al anterior en la incidencia acumulada. Por ello, tenemos algunas comunidades que inician un ligero ascenso, no sabemos si es algo puntual o estamos ante un posible cambio de tendencia. Por tanto, máxima prudencia».

Ante este escenario nada propicio a que la final vasca sea el partido que marque un antes y un después, la Federación convocó ayer de urgencia a todas las partes implicadas (Ministerio de Sanidad, Consejo Superior de Deportes, Junta de Andalucía y los clubes finalistas) para tomar una decisión a dieciséis días de que se ponga en juego el título.

El ente federativo quiere que sean en torno a 12.500 espectadores los que presencien el partido en directo en La Cartuja. El contrato que tiene firmado con la Junta de Andalucía para hacer de La Cartuja la sede de las finales de Copa y su compromiso con la productora Mediaset para ofrecer el partido en directo pesan también en esa apuesta por convertir el Real-Athletic en el partido que inaugure un nuevo tiempo.

Si se termina por ocupar el 20% del aforo de La Cartuja, algo que no parece, ningún aficionado residente en Euskadi podría presenciar el partido en directo por el confinamiento perimetral que rige en la fecha del encuentro. Nunca se podrá viajar a Sevilla, así que solo los residentes en la provincia de Sevilla tendrían esa posibilidad, según comunicó ayer el presidente de Andalucía, Juanma Moreno. Serían aficionados y peñistas de la Real Sociedad y el Athletic (tres tiene el conjunto txuri-urdin y 35 su rival) los que pudieran adquirir las entradas. Los afortunados deberían justificar su presencia en La Cartuja con la entrada física porque a la conclusión del choque se habrá superado la hora del toque de queda, fijada a las once de la noche. Así se hizo en el reciente partido de Copa que jugaron el Tomares de Tercera y Osasuna en La Cartuja con una presencia muy reducida de aficionados en las gradas.

La decisión final es competencia de la Junta de Andalucía, aunque fuentes de la consejería de Educación y Deportes confirmaron ayer a este periódico que «no se contempla» dar un paso al frente si no es con el beneplácito del Ministerio de Sanidad. Se entiende que en la Copa están involucradas las dos administraciones, los clubes y la Federación y hay que llegar a un consenso. «No contemplamos ni como hipótesis que la Junta dijera que 25.000 espectadores, el Estado que 0 y que no encontráramos una solución», dice una fuente del CSD.