En Euskadi las cosas se hacen bien. De toda la vida. Echan la gabarra al agua y flota. No es una hazaña menor, teniendo ... en cuenta que no surca las aguas desde 1984. Un barco coreano de esos que se hacen ahora iba a flotar después de 37 años en el dique seco...
El Lehendakari (Toquero no, el otro) ha dicho que no viaja a Sevilla y el Gobierno Vasco prohíbe las celebraciones del título de Copa. Si eso no es una señal... Toque de queda, no vayamos a llevarnos un disgusto.
Ha empezado el folklore alrededor de la final y esa una buena noticia. El derbi sigue vivo después de un año terrible de pandemia, de desgastes personales y colectivos que han puesto a prueba todas las certezas de la gente. También el papel del fútbol en la sociedad, que sufrió un periodo de importante desgaste en su prestigio. Hasta los buenos aficionados tomaron distancia, por una cuestión estética. La frivolidad del juego y todo lo que le rodea, objetivo predilecto de los detractores del fútbol desde siempre, ha tomado cuerpo durante estos meses y no ha habido seguidor que no se haya hecho esa reflexión.
Cuando el Athletic echa la gabarra al agua para calentar el ambiente y que todo el mundo entre al trapo y la Real Sociedad presenta su camiseta como un monumento histórico que da fe del título, lo que se pone de manifiesto es que las dos grandes instituciones deportivas del país vuelven a cumplir su labor social. Una función que ha quedado redimensionada por la pandemia, acotando los excesos de tantos años.
Pero como vivir no es sobrevivir, es bueno que la final de Copa reactive los ánimos, caliente el pique y los aficionados y los no aficionados unan fuerzas en pos de un sueño. No sería lo mismo una final Real-Granada o Athletic-Celta. Nada mejor que un derbi para disfrutar de la madre de todas las victorias o llorar por el padre de todas las derrotas. No merece menos una situación así.
Del mismo modo que la primera camiseta del Athletic fue azul y blanca y su himno lo compusieron no uno sino dos guipuzcoanos (dato certificado por José Ignacio Ansorena, ni más ni menos), las gabarras tampoco son exclusivas de Bilbao, puesto que desde el siglo XVI hay constancia del transporte fluvial en el Urumea a cargo de estas embarcaciones, que transportaban el mineral de hierro río arriba hasta el puerto de Hernani.
A todo esto, el partido debe de ser el día 3, ¿no?
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