Kote Pikabea: «Me alegro mucho por Imanol Alguacil y ojalá que gane la Copa con la Real Sociedad porque se lo merece»

– ¿Usted ascendió al primer equipo junto a Imanol Alguacil?

– Bueno, podría decirse así. Yo lo hice concretamente con Estéfano y Zabala. Imanol, Imaz, Alkiza, Luis Pérez y Guruzeta lo hicieron un poco antes. Fue un sueño hecho realidad, tenía 17 años cuando llegué a la Real.

– ¿Cuántos años coincidieron?

– Bastantes, primero en el juvenil, luego en el Sanse y después en el primer equipo cinco o seis temporadas hasta que se fue al Villarreal. Nos llevábamos muy bien, ahora difícil localizarle.

– Salvo cuando había regatas en La Concha...

– Imanol es muy de Orio y en aquellos tiempos yo no era muy forofo de Hondarribia. Ahora sí que les sigo más que antes. Había algo de pique, pero sano.

– ¿Hace mucho tiempo que no se ven?

– Antes quedábamos una vez al año todos los de aquella hornada, pero ya no. Aún así, mantenemos contacto.

– ¿Pensaba que algún día llegaría a ser entrenador del primer equipo?

– No me sorprende. Comenzó en los juveniles del Zarautz y decía que no se veía más allá, pero ha ido pasito a pasito hasta llegar arriba. Le llegó la oportunidad y está sabiendo aprovecharla. Le veo super consolidado en el puesto de entrenador. Está dando oportunidades a los chavales de la cantera y estos le están respondiendo. Me alegro un montón por él, ojalá que la Real gane la Copa porque se lo merece.

– ¿Le gusta esta Real?

– Mucho, me gusta mucho. Aunque no veo muchos partidos, están jugando fenomenal. Los amigos de la cuadrilla me comentan que también están encantados con el juego que despliega el equipo, incluso cuando pierde. Les da igual las derrotas con tal de verles jugar así. El año pasado cuajaron una gran temporada, se clasificaron para la Europa League y la final del Copa. Y esta temporada también están incluso cerca de la Champions.

– Como defensa central que ha sido, ¿cree que se nota la baja de Llorente?

– No, era un buen jugador, pero los que están jugando ahora en esa posición lo están haciendo más que bien. Le Normand, Aritz y Zubeldia están cumpliendo con creces. Son de casa y eso tiene un plus añadido. Lo que me ha sorprendido es el rendimiento de Zubeldia. Me está gustando mucho como central a pesar de ser pivote. Pensaba que era pequeñito para el puesto, pero su manera de colocarse en el eje de la defensa es una garantía.

– ¿Y Sagnan?

– Hay que tener paciencia con él.

– En su etapa en activo no existía el VAR, ¿cree que condiciona a los jugadores?

– En mis tiempos había de todo. Yo era formal, de las 'madres' como decían algunos. Eso habría que preguntárselo a Bixio o a Gajate, que estaban acostumbrados a jugar en el barro, con aquellos tacos del dos. También existían forcejeos en las áreas, pero no hay que volverse locos. Cuantas más cámaras y más vigilancia haya, mejor, pero hay normas como las de ir con las manos pegadas al cuerpo para obstaculizar un disparo del rival que son de toda la vida. Todos los años aparecen cosas nuevas, pero, en mi opinión, tampoco hace falta inventar tanto.

– ¿Qué sensaciones le provoca la final ante el Athletic?

– Veo un partido igualado y una final bonita aunque no se pueda ir a Sevilla. Este año todo es diferente por la pandemia. La Real está jugando mejor, pero el Athletic es muy peligroso. Se crece en las finales, como ya lo hizo ante el Barcelona en la Supercopa tras eliminar al Real Madrid, pero quiero que gane la Real. A un partido no me fío de nadie, y de estos menos. Siempre están ahí, al acecho.

– ¿Tiene dudas?

– No, porque la Real tiene un equipazo. A una final no se llega todos los días y es muy difícil conseguirlo. Han pasado 33 años del último título de Copa, pero ya nos queda poco.

– ¿Qué supondría para la afición después de todo lo que está pasando con el coronavirus?

– Sería una alegría tremenda, un subidón de moral y además contra el Athletic. Estuve en la final de Zaragoza contra el Atlético de Madrid. Acababa de fichar por el juvenil de la Real y nos invitaron a todo el equipo a ir a La Romareda. Fue algo increíble, una experiencia única. Se lo recomendaría a todo el mundo.