Protesta hacia los despachos antes de la máxima reivindicación futbolística

La Real Sociedad obtuvo ayer una importantísima victoria en casa del Atlético de Madrid (0-1). Un triunfo clave y que supone un golpe encima de la mesa ya que se produce después de la sanción de tres puntos impuesta por la RFEF. Con estos tres puntos, logrados en el último suspiro, las de Natalia Arroyo, a la espera de lo que dictaminen los órganos judiciales, se asientan en la segunda posición y aumentan la brecha frente al Atlético de Madrid, tercer clasificado.

Esta victoria era probablemente una de las más difíciles de lograr. Ambos equipos son los gallos de la categoría, sin contar al Barcelona, y el duelo que le esperaba a la Real no era nada sencillo. La última vez que las realistas se llevaron los tres puntos frente a las colchoneras a domicilio fue en la temporada 2011/12. Desde entonces, han perdido todos sus encuentros. Hasta ayer.

De este modo, las de Natalia Arroyo han sumado sobre el césped 24 puntos frente a los 18 de las colchoneras. No obstante, la Real tendría 3 puntos menos por la sanción impuesta por la RFEF a la espera de lo que dictaminen los órganos judiciales.

Precisamente por dicha sanción, las jugadoras de la Real realizaron un parón de 30 segundos como protesta al inicio del encuentro, espacio durante el cual se taparon el logo de la Federación que esta vez sí figuraba en sus camisetas. Tanto la Real como el Levante y el Villarreal habían sido precisamente sancionados con la reducción de tres puntos por no lucir dicho distintivo en sus equipaciones hasta ahora. Esta cuestión no tiene carácter legal, según entiende la Real, ya que solo están obligados a llevarlo en las competiciones no profesionales y la Primera División Femenina es considerada profesional desde el pasado 15 de junio por el CSD. El club blanquiazul ya ha anunciado un recurso.

Así las cosas, Real y Atlético llegaban igualadas en la clasificación. La Real se plantó en Alcalá de Henares con la intención de recuperar, como mínimo, la ventaja ganada dentro de los campos. El dibujo táctico fue un 4-2-3-1 muy atrevido, en el que Nuria Rábano ocupó todo el carril izquierdo. En la banda contraria, Amaiur Sarriegi actuó de extremo. La posesión le correspondió al Atlético, pero sin apenas profundidad. De hecho, las locales solo fueron capaces de crear peligro al contragolpe con la velocidad y la superioridad física de Ludmila, la cual no tuvo su día de cara a gol. Tampoco crearon muchas ocasiones las txuri-urdin en esta primera parte a pesar del poder de Sarriegi y Rábano por sus respectivas bandas. Iris Arnaiz y Gaby García realizaron sendos disparos desde fuera del área, que la guardameta rival cogió sin problemas.

En los primeros minutos de la segunda parte, las colchoneras, salieron mejor que las realistas. No obstante, las de Natalia Arroyo, muy bien en defensa, evitaron cualquier susto. El conjunto donostiarra con Lete bajo palos repelió todos los intentos de las locales. Superado el vendaval del Atlético del primer cuarto de hora, las realistas ganaron metros y, sobre todo, posesión. Buscando dejar menos espacios atrás que en el primer tiempo, amasaron más el balón las visitantes y sin conceder espacios.

Cuando el encuentro apuntaba al empate sin goles y estando el Atlético en inferioridad numérica por lesión de Guagni una vez agotadas las tres ventanas de sustituciones, llegó la jugada determinante del partido. En el minuto 91, Franssi se internó dentro del área y chocó con la central Van Dongen.

La colegiada castellano y leonesa Suárez González no apreció infracción en el momento y señaló el pertinente saque de puerta, pero su asistente le comunicó vía pinganillo la existencia de pena máxima, de la cual se encargó la capitana Nerea Eizagirre, que no perdonó desde los 11 metros. Octava victoria de la Real en la temporada que continúa segunda en la tabla y tres puntos de prestigio ante uno de los rivales más complicados.

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