Real Sociedad
La falta de gol, ¿estructural o coyuntural?La Real no ha marcado en la mitad de los 18 últimos partidos y está pagando la falta de un 'nueve' que haga gol y las ausencias de Barrenetxea y Kubo en diciembre y enero
Los goles son la esencia del fútbol. No es nada nuevo. Sin ellos, todo lo demás carece de sentido. Por muy bien que jugara ... la Real en el Parque de los Príncipes, sin perforar la portería contraria es como nadar y morir en la orilla. Sin embargo, reconocer la puesta en escena de los de Imanol no es un consuelo sino un elogio al camino elegido para ser competitivo. Porque con millones es muy fácil fichar individualidades como el PSG que te marquen la diferencia, pero sin ellos hay que apostar por un trabajo colectivo para competir de tú a tú frente a rivales que superan tu presupuesto. Y en ese aspecto no hay novedades: la Real sigue haciendo bien la mayoría de las cosas pero su falta de gol empieza a parecer algo más estructural que coyuntural.
Goles
Tres meses con la pólvora mojada
Hasta ahora la temporada tiene dos partes bien diferenciadas antes y después del 29 de noviembre. Con anterioridad a esa fecha llevaba 33 goles en 19 partidos, a una media más que decente de 1,73 tantos por partido. Con el añadido de que en ese tramo jugó cuatro partidos de la Champions League, el primero del Inter en Anoeta, el de Salzburgo y los dos frente al Benfica, más los enfrentamientos contra Real Madrid, Atlético y Barcelona, los tres grandes de la Liga.
Del 29 de noviembre en adelante, que fue el partido de vuelta contra el Salzburgo en casa con rotaciones, la producción atacante se ha reducido a 0,72 goles por encuentro, quedándose sin marcar en nueve de los 18 partidos disputados desde entonces, entre ellos los cinco últimos de forma consecutiva. De hecho, hay que remontarse al 23 de enero para encontrar el último tanto txuri-urdin, marcado por Becker en Balaídos hace 474 minutos.
El declive ofensivo no vino por que Imanol planteara un once lleno de meritorios contra el Salzburgo sino porque tres días después se rompió Barrenetxea en Pamplona y la Real empezó a tener menos profundidad en el último tercio del campo. Desde entonces, todo ha sido diferente.
Extremos
Barrenetxea se lesiona y Kubo se va con Japón
En los dos últimos meses y medio Barrenetxea y Kubo apenas han coincidido sobre el campo. El donostiarra se perdió el mes de diciembre por una lesión en el tobillo y el japonés, el de enero al estar en la Copa de Asia con Japón. Además, Barrene tuvo que parar después de su regreso porque le seguía doliendo la zona afectada y hasta Girona no volvió a reaparecer hace dos semanas.
Ambos se han juntado en los partidos de máxima exigencia, el de semifinales de Copa en Mallorca y en el Parque de los Príncipes, y la Real ha cuajado buenos partidos. Barrenetxea aportó desborde en Mallorca y Kubo en París, pero ha faltado alguien que pusiera la guinda dentro del área a ese talento previo.
El cuadro txuri-urdin de este curso ha sido más peligroso por fuera que por dentro. La pérdida de Sorloth y un asistente como David Silva por el pasillo central le obligaron a reinventarse y ello pasó por aprovechar sus extremos para desbordar y dar el último pase. Cuando ambos coincidieron en su mejor momento, la Real fue un equipo imparable en octubre y noviembre, pero cuando se han ausentado o han bajado su nivel, el ataque se ha resentido porque su influencia en el juego es enorme. Para estar arriba se necesita hacer goles incluso cuando no estás inspirado y ahora da la sensación de que incluso jugando bien no le da para sacar resultados. Empató ante Girona y Mallorca siendo superior, perdió ante Osasuna sin ser inferior y el miércoles no hizo un partido para caer por dos goles de diferencia.
En la medida en que ambos extremos recuperen su mejor versión la Real irá mejorando, pero sin olvidar que dependerán de un tercero que culmine su trabajo. Kubo jugó el año pasado más centrado, como segundo delantero con Sorloth, y eso le hizo mejorar sus números como goleador, pero desde que fue reubicado en banda ha tenido una función más desbordadora que terminadora.
Delanteros centros
De Isak y Sorloth a Sadiq y André Silva en año y medio
En año y medio la Real ha pasado de tener arriba a Isak y Sorloth como delanteros a Sadiq, André Silva y Carlos Fernández. No ha sido algo buscado sino la consecuencia de un proceso que comenzó con la irrechazable oferta del Newcastle por el sueco. Sadiq, la apuesta para sustituirle, se lesionó nada más llegar y estuvo parado una temporada, y fue Sorloth, al que se prolongó su cesión para un segundo año, el que tiró del carro en el área contraria.
Si el recambio de Isak fue Sadiq, el de Sorloth ha sido André Silva, un delantero en teoría mejor pero que ha empezado a jugar hace unas semanas por sus problemas físicos. Si se le añade que Carlos acaba de pasar por el quirófano, la consecuencia lógica es que a la Real le esté costando mucho hacer goles.
Oyarzabal, que siempre había jugado en la izquierda aunque no sea un extremo, ha salvado los muebles por su inteligencia y facilidad en el remate. Doce goles le contemplan, una bendición en un año con tantos problemas arriba. André Silva está progresando y por ahí puede mejorar la Real en estos tres meses que le quedan de temporada y Sadiq solo puede ir a más, aunque se le ve más perdido que el portugués.
Los datos de los tres 'nueves' desde ese 29 de noviembre son bastante significativos. Sadiq ha marcado un gol en 651 minutos, el de Pamplona, André Silva solo vio puerta en Andratx en 589 y Carlos directamente solo ha acumulado 82 minutos.
Estrategia
Fragilidad atrás y dos meses sin marcar un gol en ataque
En situaciones con tantos problemas el balón parado suele ser un buen refugio para sortear problemas, pero en este aspecto del juego tampoco ha estado la Real muy inspirada. Hay que remontarse a la visita a Villarreal del 9 de diciembre para encontrar el último gol a favor en un córner botado por Kubo que Merino enganchó en el primer poste. Desde entonces no ha marcado en estrategia.
Por contra, ha visto la suya perforada más veces de las deseadas. El primer tanto del PSG, con prolongación de Marquinhos y remate de Mbappé solo en el segundo poste, hizo mucho daño porque puso cuesta arriba la eliminatoria. La Real lanzó siete córners en París y no hizo peligro en ninguno. El sábado pasado también se dejó la puerta abierta con ese gol que encajó de saque de esquina por Budimir y que le costó morder el polvo en vísperas de la Champions.
Es curiosa esta mala relación con el balón parado que arrastra ahora teniendo buenos lanzadores como Brais y Kubo y mejores cabeceadores, casos de Merino, Le Normand o Zubimendi. Una situación que contrasta con aquella del 11 de noviembre en Almería cuando anotó dos goles de córners tras ganar Aritz el primer poste y remachados en el segundo por Oyarzabal y Zubimendi.
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