Real Sociedad- Real Madrid: Estrada ofende la dignidad txuri-urdin

La venganza se sirve en plato frío y Rubiales se está poniendo las botas en este regreso del campeonato. No quedó conforme por cómo se resolvió el asunto de la final de Copa, en el que siempre fue por detrás de la Real Sociedad, y ahora se está cobrando la factura. Ante Osasuna, con un penalti a Le Normand en el que éste es empujado previamente por un rival. En Vitoria, con un gol del Alavés en fuera de juego, y anoche con tres decisiones graves que condicionaron el resultado. La primera, un penalti para Vinicius por una caída ante Llorente en la que éste no da la sensación de hacer nada. Luego anuló el 1-1, un golazo de Januzaj desde lejos por fuera de juego posicional de un Merino que se quita de la trayectoria del disparo. No hay más que fijarse en la reacción de Courtois, que se queda impotente en el suelo sin reaccionar, para saber que el navarro no obstaculizó su visión. Y en el 0-2, al dar validez a un gol en el que Benzema baja la pelota con el brazo. Los secuaces del mandamás de la Federación se están ensañando con el cuadro realista y el miércoles llega Prieto Iglesias con Mateu Lahoz en el VAR. Ahora, además, sin público en las gradas, los atracos se producen a plena luz del día y sin ningún tipo de pudor. Esto es el fútbol.

Empiezo esta vez hablando del árbitro porque en las dos ocasiones anteriores, contra Osasuna y Alavés, preferí centrarme en los errores propios al valorar el encuentro -ahí está la hemeroteca-, pero ahora se hace complicado sin tener presente esta circunstancia. ¿La Real? Pues ahí sigue. Sin conectarse a la Liga y a un punto de quedarse fuera de Europa. Porque en ocho días la Champions ya es historia y no parece que el próximo curso vaya a viajar por el continente. Como casi siempre, vamos, en casa y centrados en dos competiciones. Una pena, porque una temporada que iba encaminada hacia la gloria va a terminar en la mediocridad, con todo lo que ello implica en prestigio, dinero e ilusión.

Seis cambios en la alineación. A pesar de las bajas de Illarramendi, Guevara, Sangalli y Barrenetxea y la sanción de Zaldua, Imanol se las arregló para refrescar un 60% de los hombres de campo al introducir seis cambios respecto al encuentro de Mendizorrotza con un once que guardó muchas semejanzas con el que jugó en el Camp Nou el 7 de marzo. Con referencia a aquel día repitieron nueve futbolistas, con las variaciones de Zubeldia por Guevara y Oyarzabal por Barrenetxea. En relación al jueves pasado en Mendizorrotza, las novedades fueron las entradas de Gorosabel por Zaldua, Le Normand por Aritz, Monreal por Aihen, Merino por Zurutuza, Portu por Januzaj e Isak por Willian José. El internacional sueco no había sido titular en las tres últimas jornadas de Liga, en las que jugó el brasileño. Un cambio de registro para tratar de voltear los resultados de los dos partidos anteriores.

Primera parte de tanteo. Con partidos cada tres o cuatro días los equipos regulan mucho sus fuerzas, los grandes confiando en las opciones que les da tener hasta cinco posibles sustituciones de nivel para poder cambiar el guion del juego. Por eso la primera parte fue un estorbo para los dos, que confiaron en reducir el duelo a los 45 minutos finales sin que pasara nada antes del descanso. Y ahí se impuso el Real Madrid.

La Real, a diferencia de los dos compromisos anteriores, se aplicó en una presión más adelantada, también porque el contrario sí quiso jugar desde atrás, algo a lo que Osasuna y Alavés renunciaron. Odegaard acompañó a Isak en el acoso a los centrales, Zubeldia persiguió a Kroos y Merino se emparejó con el otro centrocampista que el cuadro blanco dejaba descolgado. La maniobra, con una zaga adelantada, dificultaba la iniciación del adversario pero faltaba intensidad para recuperar balón en campo contrario con el que poder contragolpear. Por eso la Real no tuvo ninguna oportunidad en el primer tiempo.

El Real Madrid, llegando a posesiones del 60% pero a un ritmo bajo, conseguía tener al cuadro blanquiazul controlado y empezar a desgastarle con la velocidad de Vinicius frente a un Gorosabel que pronto se cargó con una merecida amarilla. El brasileño firmó las tres llegadas con cierto peligro del primer acto: un remate arriba tras centro de Valverde y dos disparos que repelió un Remiro bien colocado. Un aviso de lo que sucedería nada más arrancar la segunda parte.

Reacción tardía. Vinicius cogió la moto en el minuto 48 y dejó atrás a Gorosabel y a un Llorente que no acertó en la ayuda. El brasileño cayó dentro del área sin que el realista diera la sensación de hacerle nada, pero las ganas de pitar de Estrada Fernández le llevaron a los once metros.

Con el marcador en contra fue cuando la Real reaccionó, ayudada por la salida de un Januzaj enchufado que marcó el 1-1 injustamente anulado. Después Benzema haría el 0-2 ayudado con el brazo y cuando el partido parecía sentenciado Merino dio algo de picante a los últimos minutos, que sirvieron para que Roberto López y Zubimendi dejaran una grata impresión. Así acabó la historia porque este equipo, ahora mismo, tampoco está para remontarle un partido al líder.

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