Real Sociedad
David Silva, el canario más guipuzcoanoRenovación ·
El próximo curso afrontará su cuarta temporada como realista y este jueves ha celebrado su renovación junto a su familia en el Restaurante RekondoLa Real Sociedad está de enhorabuena y no solo porque acaricia, diez años después, volver a disputar la Champions League. David Silva, a ... sus 37 años, ha decidido continuar dando lecciones de fútbol al menos una temporada más. Los aficionados y los amantes del balón sonríen a más no poder. De hecho, el canario, que cumplirá su cuarta temporada como realista, ha comido este jueves junto a su familia en el Restaurante Rekondo para celebrar la renovación. Felicidad plena dentro del staff técnico de la Real, pero también en la afición que quiere disfrutar del maravilloso himno de la Champions League en el Reale Arena con David Silva como buque insignia del ataque. La temporada no ha terminado, pero el curso 23/24 ya ilusiona.
No es para menos, el mago de Arguineguín está en un brillante momento de forma, tanto física como deportivamente. El hecho de sentirse pleno en lo deportivo se mezcla también con su vida en Donostia, uno de los principales motivos por los que descartó la opción de la Lazio en aquel verano cuando tenía un acuerdo con el conjunto italiano. Silva y su familia es feliz en San Sebastián y aunque los resultados deportivos no pueden ser mejores su día a día entre donostiarras también ha tenido su peso en la decisión de continuar un año más.
Quizás David Silva sea el canario menos canario. Reservado y sin ese carácter isleño, el centrocampista lleva una vida tranquila junto a su pareja, Yessica Suárez, y sus dos hijos, Mateo y la donostiarra Adriana que en agosto cumplirá un año. La vida, en cambio, le puso una piedra importante en el camino en 2017 con el nacimiento prematuro de su primer hijo. Siendo futbolista del Manchester City a las órdenes de Pep Guardiola estuvo a caballo entre Mánchester y Valencia para cuidar de su hijo, nacido con menos de 28 semanas de gestación. Él mismo relató que esa etapa le hizo más fuerte después de que el bebé permaneciera ingresado durante cinco meses en el Hospital Casa de Salud de Valencia luchando por su vida y teniendo a su familia con el corazón en un puño por su estado de salud.
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«Fue el periodo más complicado de mi vida. Estaba constantemente en la carretera, viajaba mucho, comía mal, no dormía lo suficiente, no entrenaba y, si lo hacía, lo hacía mal. Estaba totalmente fuera de mi rutina», declaró en su día un Silva que creció como persona e incluso dejó de lado el fútbol para estar junto a su familia. El canario se perdió ocho partidos como 'citizen', aunque también admitió que el fútbol le sirvió para abstraerse. «El fútbol es lo que más me ayudó. Los 90 minutos que estuve en el campo fueron los únicos momentos en que podía olvidarme de las cosas». Pegado al balón incluso en los peores momentos.
Por suerte, Mateo salió adelante y su estado de salud es bueno. Silva ha saltado al césped del Reale Arena más de una vez junto a su hijo y Adriana mientras que junto a Yessica coge regularmente el coche para desplazarse hasta la Clínica Universidad de Navarra en el que Mateo recibe diferentes seguimientos para comprobar que todo está correcto. Atrás queda esa etapa tan dura para la familia, que sin duda dejó huella en ambos. De hecho, el propio Silva quiso inmortalizar de alguna manera ese periodo. Tiene tatuado la imagen de su hijo junto a un balón y el mensaje «never surrender –nunca te rindas–» que besa cada vez que marca un gol. «Significa mucho para mí», declaró por aquel entonces, cuando también se rapó el pelo al cero pensando en su primogénito.
David Silva, ejemplo desde la distancia
Si en su vida privada David Silva es un tanto discreto y reservado, tampoco destaca en un vestuario muy familiar como es el de la Real. El centrocampista, campeón de Europa y del Mundo que prácticamente lo ha ganado todo en el fútbol, no se siente más que nadie y cumple a rajatabla en todos los entrenamientos. Es quizá esa una de sus principales virtudes. Con 37 años y en el ocaso de tu carrera no es fácil mantener la competitividad que Silva demuestra a diario en Zubieta. Muchos de sus compañeros destacan en comparecencias públicas la implicación y ganas con las que trabaja a las órdenes de Imanol. Eso sí, la mayoría de sus colegas de profesión admiran a Silva como cualquier guipuzcoano más que se puede cruzar con él por la calle; desde el respeto y la distancia.
El último en poner en valor la figura de David Silva ha sido Ander Barrenetxea. El donostiarra, en declaraciones al medio Jijantes, se ha deshecho en elogios al ser preguntado por el centrocampista. «Es de esos futbolistas que dan consejos, pero desde la distancia. Es una persona muy reservada a la que no le gusta estar nunca en el foco», cuenta Barrenetxea. Cuando el balón echa a rodar, en cambio, aparece el Silva profesor. No queda otra que ver, oír y callar. «Cualquier cosa que vea en el campo en lo que te pueda ayudar va a por ello y te lo dice. Pero es que además te dice algo, y luego se cumple lo que dice. Silva es otro nivel a todos los sentidos», amplía un Barrenetxea desde la absoluta admiración a uno de los mejores futbolistas de la historia de la Real.
La victoria ante el Real Madrid en el Reale Arena sacó las mejores sonrisas de Silva, acostumbrado a ser un tipo más serio que dicharachero. A su manera, se acercó a la grada Aitor Zabaleta a agradecer el apoyo del público. Cuando todos cantaban y daban palmas junto a la grada Silva estaba en la última fila del grupo. Se acercó entonces a Zubeldia. «Igor, ¿qué tal, te has roto?», le preguntó al azkoitiarra, sustituido con una dolencia muscular. También tuvo cariño para el mencionado Barrenetxea, encargado de cerrar el partido con otro golazo.
Los dos postearon en redes la misma imagen en la que se veía a Silva dando un sentido abrazo al canterano añadiendo el siguiente mensaje. «Crack!». También acompañaba el emoticono de un diamante y es que así ve Silva a un Barrenetxea que solo tiene 21 años. «David Silva es... otra cosa, otro rollo. Cuando le ves orientarse en un entrenamiento y controlar un balón con la izquierda, flipas. Se nota que está en otra liga», apostilla el potrillo.
Afincado en la zona de Ondarreta, Silva estará cerca de renovar el contrato de alquiler. Se queda en Donostia una temporada más. La decisión tomada de abandonar Mánchester, descartar Roma y decantarse por Donostia no ha podido salir mejor. Acostumbrado a pasear por la playa, dar una vuelta con la familia y tomarse un vino en bares como el Antzara del Antiguo, es más que feliz. Y los aficionados realistas, encantados, claro.
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