El factor Carlos Fernández tranquiliza a la Real Sociedad

La Real Sociedad puede celebrar dos buenas noticias en torno al exjugador del Sevilla. La primera, que va a arrancar la pretemporada en plenas garantías físicas, como uno más, y conociendo la manera de trabajar del cuerpo técnico. Sobran adaptaciones. Y la segunda, que puede actuar en distintas posiciones de ataque por su polivalencia, pudiendo llevar peligro a la portería rival como punta, desde la tercera altura del centro del campo, incluso escorado a la banda.

El andaluz ofrece a Imanol Alguacil varias soluciones en el plano ofensivo, pudiendo optar por unas u otras en función de cuál sea el resultado que arroje el balance final del mercado. Por eso el factor Carlos Fernández tranquiliza a la Real Sociedad en este periodo estival.

Tuvo un aterrizaje algo precipitado en invierno. De tanto querer demostrar, pagó la larga inactividad que arrastraba desde Sevilla en forma de molestias musculares. La ansiedad le brotó en los minutos que tuvo y la maquinaria realista estaba ya engrasada, dificultando la incorporación de un nuevo elemento. Pero tuvo un mes de abril prometedor con cuatro titularidades y actuaciones versátiles. Se peleó como punta contra el Athletic, hizo de Silva en Mestalla, se movió con destreza entre líneas contra el Sevilla –día en el que marcó su único tanto de txuri-urdin– y fue el jugador más desequilibrante desde esa misma posición de mediapunta contra el Celta, justo el día en el que se lesionó. No andaba sobrado de efectivos la primera plantilla por aquel entonces y con el de Castilleja de Guzmán la Real pudo jugar a diferentes cosas. Eso es algo que tranquiliza mucho en Zubieta de cara a las contingencias que pueda sufrir el equipo en el mercado, si es que sufre alguna.

Carlos Fernández está teniendo unas vacaciones plácidas, sabiendo que a la vuelta el equipo que le repescó en la ventana de invierno –10 millones pagó el club txuri-urdin por él, convirtiéndose en el cuarto fichaje más caro– cuenta con él. Se encuentra bien físicamente tras recuperarse de la contractura en el glúteo izquierdo sufrida contra el Celta el 22 de abril. De hecho, estuvo disponible en el último partido contra Osasuna, en el que llegó a jugar 17 minutos. Arrancará el curso en igualdad de condiciones que el resto de integrantes de la primera plantilla.

La Real, por su parte, se frota las manos sabiendo que a partir del 8 de julio va a haber un extra de competitividad en el ataque, por mucho Alexander Isak, Mikel Oyarzabal, Adnan Januzaj o David Silva que merodeen por Zubieta. El hambre y la agresividad son dos de las características inherentes al futbolista sevillano, cualidades que complementan bien las virtudes que ya había en el equipo.

También tranquiliza a la dirección deportiva el hecho de que Carlos Fernández es el mejor antídoto a un hipotético exceso de relajación que pudiera llegar a Alexander Isak, en horas dulces ahora. El sueco llegó en su día para que Willian José no se durmiera y acabó pasándole por encima en rendimiento y resultado. El club espera que el sueco tenga todavía sus mejores días de fútbol por delante en la Real, pero el empuje que puede ejercer por detrás Carlos Fernández se valora de manera muy positiva.

¿Qué pasará con las estrellas realistas en el mercado? La Real no descarta actuar en consecuencia, pero respira tranquilo con el comodín de Carlos Fernández en la mano.