Caer bien está sobrevalorado

Clubes de solera del continente europeo como el Tottenham, Benfica, AEK de Atenas o el Anderlecht sucumbieron ante el cuadro azulón en la UEFA. En cuartos de final llegó la bestia alemana. El Bayern de Múnich. Tras conocer el emparejamiento, una institución del conjunto muniqués como Franz Beckenbauer soltó una de esas bravuconadas que suelen provocar efectos devastadores en uno mismo: «Tendré que buscar en el mapa donde está esa ciudad». El Káiser acabó por situarla una vez terminó la eliminatoria.

La ida se jugó en el Allianz Arena y el 'Eurogeta' consiguió un valioso empate a uno. El resultado causó conmoción en la capital de Baviera. La vuelta fue quizás el partido más dramático de aquel curso. Luca Toni en los últimos cinco minutos de la segunda parte de la prórroga despertó del sueño a los madrileños. Una leyenda de la portería alemana como Oliver Khan, en su último año en activo, reconoció que «nunca había sufrido tanto». Oliver Khan y el Getafe.

Días después el equipo madrileño cayó derrotado en la final de Copa ante el Valencia y esa simpatía hacia el conjunto que dirigía Michael Laudrup no hizo más que crecer. Aunque no se ha mantenido en la actualidad. José Bordalás no tiene la presencia ni el pasado deportivo del danés. De acuerdo. Pero su Getafe, de momento, se ha cargado al Ajax y amenaza al Inter. La vieja guardia del continente regresa al coliseo del sur de Madrid.

La historia se repite, dicen, aunque ese afecto hacia el Getafe no haya vuelto. Normal. Bordalás ha convertido al Getafe en un equipo ganador. De los que van sin piedad a por los tres puntos. Sin cordialidad ni reservando patadas. Y los resultados le avalan. Al entrenador alicantino no le quita el sueño caer mal mientras su equipo continúe ganando.

El Getafe no es la Real. Ni por estilo de juego, ni por filosofía. Pero ahí está. Cuenta con un instinto depredador que no se observa en los jugadores realistas. Quizás no llegue a jugar al nivel que puede hacerlo la Real, pero lo disimula con una intensidad y un carácter decidido. Para ellos el gol se esconde en un balón en largo o en un saque de banda. Al final esto se trata de ganar.