Asier Illarramendi multiplica las opciones en el centro del campo hasta final de curso
El rendimiento del capitán el domingo le coloca en la pugna por la titularidad junto a Merino, Zubeldia, Zubimendi, Guridi, Guevara, Rafinha y Silva
Imanol tiene recursos de sobra para confeccionar el centro del campo en los trece compromisos que le restan al equipo. Nadie tendrá que jugar tocado, ... fatigado o en bajo estado de forma en la sala de máquinas, ni siquiera el mismísimo Mikel Merino. El pulmón realista garantiza la mejor oxigenación hasta final de temporada. La irrupción de Illarramendi el domingo, con un nivel de rendimiento más que aceptable durante los 70 minutos que permaneció sobre el césped, no suma sino multiplica las opciones en el centro del campo.
Las cualidades del mutrikuarra le permiten jugar en distintas alturas de la medular. Aporta un recurso valioso en la contención por su instinto de buena colocación y una garantía en la iniciación por su calidad técnica y visión de juego. Si sus minutos de competición ante Osasuna equivalen al suelo de nivel que puede deparar en las próximas semanas –por aquello de la adquisición de ritmo con el paso de los partidos–, el capitán se puede convertir en el revulsivo para el último tercio liguero.
La Real no suma un simple jugador a su departamento de centrocampistas. Illarramendi contribuye como cualquier otro, con su despliegue físico y su propuesta con balón, pero también habilita que otros futbolistas puedan desempeñar otros roles o descansar cuando no podían hacerlo hasta hace escasas fechas. Clásico centrocampista al que no le quema el balón, incorpora el don de la buena ubicación y la virtud –no tangible pero clave– de hacer mejores a quienes juegan a su lado.
Y la nómina de candidatos es amplia. Después de Merino, con 2.614 minutos acumulados, Zubimendi emerge como el pivote con más presencia (2.323). El donostiarra, al igual que el navarro, ha tenido que arriesgar en más de una ocasión con molestias físicas y la entrada en la ecuación de un Illarramendi entonado permite seleccionar mejor los momentos en los que cada cual puede dar su cien por cien.
Zubeldia, sustituto natural de Illarramendi en su día, ha tenido también que salir al rescate en partidos con un parte de bajas importante como fue el de la eliminatoria contra el PSV. El overbooking en la medular orienta su posición hasta final de curso hacia el eje de la zaga, donde Aritz y Le Normand pueden necesitar relevo y Pacheco presentó el domingo sus credenciales.
Guevara y Guridi, a la espera
Guevara tuvo sus oportunidades en distintas fases del curso pero tras cuatro titularidades consecutivas en enero fue sustituido en el descanso del duelo copero contra el Betis el 3 de febrero y no ha vuelto a jugar. El gasteiztarra ejerce eminentemente de pivote –como Zubimendi e Illarramendi–, aunque ha solido jugar en las otras dos alturas del centro del campo, por lo que aporta a Imanol un valioso comodín a la hora de pensar no solo en el once sino en los recambios disponibles en el banquillo.
En similar circunstancia se encuentra Guridi, todoterreno capaz de presionar arriba y ofrecer llegada a área un día y formar parte del dique de contención delante de la defensa al siguiente. El azpeitiarra solo ha jugado 221 minutos –una larga lesión le ha tenido varios meses en el dique seco– y el equipo puede agradecer su frescura en la recta final del campeonato.
Rafinha y Silva, sobre todo el canario, miran más hacia arriba pero están igualmente obligados a mantener un equilibrio en el centro del campo que varía en función del perfil de los jugadores elegidos. Illarramendi ya es uno más. Nunca es tarde si la dicha es buena.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión