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El autobús de la Real, rodeado por sus aficionados a la entrada de Anoeta. ÍNIGO ROYO
Histórico recibimiento a la Real Sociedad

Apoteosis realista

La afición realista responde en masa al llamamiento del club y depara un recibimiento histórico al equipo a su llegada a Anoeta

Miércoles, 26 de febrero 2025

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La afición de la Real ha respondido en masa al llamamiento del club de acudir con antelación al estadio para recibir al equipo en su último partido en casa en Copa, antes de la vuelta en Madrid y, tiene por seguro el pueblo blanquiazul, de la final de Sevilla el 26 de abril, 44º aniversario del título de Liga de Gijón.

Entre importantes medidas de seguridad y un férreo vallado, el giro del autobús realista bajando de hospitales a las 19.44 horas hizo ondear las bufandas en la zona familiar. El autocar pasó rápidamente entre los aficionados para bordear el miniestadio.

El ambiente era muy distinto al otro lado. El autobús se tuvo que detener ya junto al velódromo, en un mar de bengalas y aficionados animando. Subieron los decibelios muchos grados, con el autocar avanzado al paso para que los jugadores sintiesen desde dentro todo el apoyo de sus seguidores. Las bengalas y la pirotecnia, que tampoco faltó, envolvieron en humo al autocar, del que apenas se distinguía el rótulo iluminado de la parte frontal donde se leía 'Real Sociedad'.

Varios aficionados con tambores fueron autorizados a entrar en la zona restringida para marcar el ritmo de la animación, acompañados por grandes banderas ondeadas al viento. 'Hemen dago Bultzada, zurekin batera...' Imanol y los jugadores se acercaban a la parte delantera del autocar para ver mejor a una marea humana entregada en pos de un objetivo común, otra final de Copa.

A paso lento, el autobús avanzó sin ningún problema entre su gente y a las 19.52 entró en el parking subterráneo de Anoeta.

Minutos antes de la llegada de la Real hizo su aparición en Anoeta el autobús del Madrid, con todos sus títulos rotulados en la carrocería, un mensaje con indudable voluntad intimidatoria. Carlo Ancelotti, sentado en primera fila, mascaba chicle.

El autocar del conjunto blanco fue conducido a las tripas del estadio por la entrada habitual, junto a la boca del Topo, con lo que esquivó al grueso de la afición de la Real, que esperaba a su equipo en la zona de la casa de cultura Ernest Lluch y en el velódromo. A las 19.39 horas, el Real Madrid llegaba sin contratiempos al estadio, donde le esperaba un grupo reducido de aficionados blancos y algún realista. Pocos pitos y pocos aplausos, lo importante estaba en el otro lado del estadio.

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