Manzano, no guindo
Todo lo que el árbitro tuvo que interpretar, lo hizo en contra de la Real deliberadamente, ni mano negra ni casualidad: 15% de victorias con el pacense
Dedicar este novedoso txoko a una actuación arbitral estaba a mil millas de las previsiones del arriba firmante, entre otras cosas porque vive con una ... mezcla de estupefacción y ganas de desternillarse por el mensaje que lanzan los foros más afines al Real Madrid denunciando una cruzada arbitral. Son los pájaros disparando a las escopetas, las ovejas que asustan a los lobos, la digestión de las manzanas podridas sabiendo que lo están. Pero tras semejante atropello de Gil Manzano no queda sino poner el foco en algo que parece inverosímil que suceda en la época del VAR.
Vaya por delante que en esta sección nadie cree en manos negras ni en contubernios judeo-masónicos arbitrales contra la Real. Eso son paparruchas. Pero tampoco creemos en las casualidades. Si la Real sólo ha ganado cuatro veces en 77 partidos ligueros en el campo del Real Madrid no es casualidad, ni azar. Algún robo a silbato armado ha habido, pero normalmente ganaron los merengues porque fueron mejores. Con Gil Manzano, la Real presenta su peor porcentaje de victorias en Primera, con sólo un 15%, tres de 19 ¿Casualidad?
Su arbitraje en Sevilla volvió a ser tendencioso. Todo lo que tuvo que interpretar, lo hizo en contra de la Real. Todo comenzó con un error tan clamoroso como pitar un fuera de juego a un jugador (Oyarzabal) que partió de campo propio y terminó por ni siquiera revisar un posible penalti por arrollamiento de Adrián a Jon Martín en la última jugada. Y en medio, pequeñas y grandes decisiones que mermaron a la Real hasta hacerla desistir del triunfo. Más hiriente que la injusta expulsión a Zubeldia en el 20' fue no someter al mismo castigo a Antony tras su agresión -una patada- a Javi López sin balón, por frustración. Fue capaz de cargarse el partido antes de llegar al primer cuarto del mismo echando a un defensa que zancadillea a un rival que se dirige hacia el córner a 30 metros de la portería con tres compañeros en paralelo, pero no de revisar una acción controvertida con el juego detenido.
Al manzano no se le pueden pedir peras, pero sí justicia y equidad. Y parece que el txuri-urdin, por lo que sea, no es su equipo del norte favorito. Es el árbitro que dejó a la Real sin la final de la Copa del año pasado, con aquel gol no señalado a Tierney en ese balón que atravesó la línea de gol. Aquí la peña ya no traga al llamado peñista. Tres victorias en 19 partidos de un equipo muy ganador en las últimas campañas. Las cosas caen por su propio peso, como Antony ante Aihen y las manzanas -se supone que del manzano- a la cabeza de Isaac Newton para que descubriera la gravedad.
No hay que obviar la realidad paralela. La Real ha perdido cuatro de sus últimos cinco partidos de Liga, es el segundo equipo que menos goles mete tras el desahuciado Valladolid, no remonta un partido desde hace un año, falló con estrépito Aguerd, su principal baluarte, antes de la primera roja, Oyarzabal sigue sin carburar...
Sin embargo, en Sevilla fue demasiado evidente, muy tendencioso, como la retransmisión televisiva, muy afín a la causa bética, como si los clientes de Lezo o Bidebieta no pagaran lo mismo que los de Triana o los de Coria del Río. Faltó que al final el cuarteto arbitral y los comentaristas del partido canonizaran a Antony.
Quizá contra el Betis chocáramos contra un manzano, pero no nos hemos caído de un guindo.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.