La vida de Iñaki Alkiza en la Real Sociedad, en diez frases
Gran conversador, el expresidente de la Real Sociedad dejó durante las entrevistas concedidas los últimos años testimonios que sirven para dar un repaso a toda una vida de txuri-urdin
La trayectoria de Iñaki Alkiza en la presidencia de la Real Sociedad entre 1983 y 1992 dio para preparar al club para el futuro. ... Su labor no solo fue la de dar continuidad a la generación que hizo campeona a la Real al principio de los ochenta, sino también la de mirar hacia adelante y poner los primeros cimientos de la entidad que ahora triunfa y recoge éxitos por su modelo de club y la masa social que arrastra. A continuación, diez frases que bien pueden resumir el legado que deja Iñaki Alkiza.
«A los 26 años perdí un riñón y ya no me pude recuperar»
Iñaki Alkiza, antes de presidente, fue jugador de fútbol. «Jugaba en el Hernani, el Sanse no existía. Jugamos dos finales y en la última, ante el Eibar Urko, metí dos goles. Al día siguiente me llamó la Real, que ya andaban detrás de mí hacía un tiempo, pero yo no lo sabía...».
Jugó cinco temporadas en la Real Sociedad, en las que acumuló 73 partidos con la elástica txuri-urdin y marcó nueve goles. «En la Real siempre jugué en Primera. A trancas y barrancas, pero resistimos sin bajar. No dejé de trabajar ni un día. A las 8.30 iba al negocio familiar en Herrera y a las 9.45 me escapaba en moto para venir a Atotxa a entrenar. Comía en casa de mis tíos y por la tarde volvía a trabajar».
Hasta que tuvo que retirarse. «Caí enfermo. A los 26 años perdí un riñón y ya no me pude recuperar. Lo dejé en 1961».
«Orbegozo me presentó como nuevo presidente en Hamburgo sin yo saberlo»
Dijo que se olvidó del fútbol durante un tiempo, hasta que su faceta en la política le devolvió a la Real. «Yo estaba en el PNV y querían que nos metiéramos en la Real. Entré con Patxi San Sebastián. Fue un tema político. Pensé al principio que iba a ser presidente, porque José Luis Orbegozo había anunciado unos meses antes que lo iba a dejar. Me presenté solo a las siguientes elecciones, pero José Luis dio la vuelta y dijo que quería seguir y retiré de inmediato mi candidatura y las firmas y seguí con él como directivo».
Su salto a la presidencia fue inesperada hasta para Alkiza. «Estando en la semifinal de la Copa de Europa en Hamburgo (en 1983), él me presentó como nuevo presidente sin yo saberlo. Allí se movió mi candidatura».
«Todos dijeron que había sido una conversión modélica»
La Ley del Deporte de 1990 obligó a la mayoría de clubes de Primera y Segunda División a convertirse en sociedades anónimas deportivas, y a Iñaki Alkiza le tocó asumir ese proceso que posteriormente fue definida como «modélica», como recordaba hace ocho años en una entrevista con El Diario Vasco. «Todos dijeron que había sido una conversión en sociedad anónima modélica, porque la hicimos con mucha gente que se llevaba pocas acciones y estuvo muy repartido. Todos de casa y sin necesidad de recurrir a grandes compras. Toda la directiva trabajó estupendamente y en Madrid nos felicitaron y dijeron que éramos los mejores».
«Nadie se atrevía a fichar extranjeros»
Alkiza recuerda que «yo ya conocí a algunos extranjeros que jugaron en la Real», como el sueco Agnes Simonsson en la temporada 1961/62, pero el mirar más allá de estas fronteras empezó a ser recurrente con él en el cargo. «Loren se fue al Athletic y se lesionó Igoa, así que en agosto (de 1989) nos encontramos sin delantero. Hubo que buscar una alternativa y recurrimos a Inglaterra. Trajimos a Aldridge y por lo que hizo y lo que vimos en su reciente homenaje», el que se hizo en marzo de 2015, «se comprobó que fue una buena decisión».
«En Atotxa había berzas con hojas grandes»
Como el líder de dar el salto de dimensión que supuso dejar atrás Atotxa y aterrizar en Anoeta, el antiguo campo de Egia no tenía secretos para Iñaki Alkiza. «El campo tenía berzas», recordaba el altzatarra. «Berzas así de grandes», y abrió los brazos en la entrevista que concedió a este periódico en junio de 2018, cuando se recordaba el último partido disputado en Atotxa. «No había los medios que hay ahora para cuidar el césped, para cortarlo y preservarlo, y allí brotaba de todo. Cualquier campo de regional estaba mejor que Atotxa».
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De todos modos, eso no evitaba que «todos los rivales venían presa del pánico, no solo Madrid y Barcelona. Atotxa era un campo especial», recordaba, aunque apostillaba que «venían con mucho miedo y todo lo que se quiera, pero yo nunca gané al Madrid».
«McNeill nos recomendó a un joven que entrenaba en Portugal: era Toshack»
Alberto Ormaetxea, John Benjamin Toshack, Marco Antonio Boronat y Javier Expósito fueron los entrenadores que ocuparon el banquillo de la Real Sociedad durante el mandato de Iñaki Alkiza. El galés estuvo en dos etapas diferentes en su presidencia, y Alkiza explicaba así cómo se fraguó su fichaje. «Nos fuimos a Inglaterra a fichar a Billy McNeill, que dirigía al Manchester City y al que conocíamos porque entrenaba al Celtic cuando jugó contra nosotros en Atotxa, y nos gustó. Nos dijo que se venía, pero que estaban para subir a Primera y si ascendían se tenía que quedar. Ganaron y nos llamó para decir que no podía venir, pero nos recomendó a un joven que entrenaba en Portugal. Que era bueno, que le podíamos llamar. Era Toshack».
«Toshack me puso entre la espada y la pared, y dejé la Real»
Con Toshack ganaron la Copa de 1987, aunque también tuvo con el galés sus más y sus menos cuando su hijo Bittor Alkiza irrumpió en el primer equipo. «Toshack me estaba pidiendo que lo vendiera, que seguro que con la buena imagen que tenía podía conseguir un buen dinero. Yo creo que se obsesionó por traer al mexicano Luis García, que luego jugó muy poco, y todo venía por ahí. Toshack me puso entre la espada y la pared y dejé la Real».
Alkiza cedió la presidencia de la Real en 1992 y explicaba cómo fue la salida de Bittor al Athletic. «Sabía que algo iban a hacer con Bittor. Al año siguiente de dejarlo me llamó Uranga para decirme que lo habían vendido, que fuera a por él, que veraneaba en Yesa, y lo trajera. Pregunté entonces a qué equipo y me dijeron al Athletic. Si te digo la verdad, nos sorprendió que fuera el Athletic, pero le dije al chaval que visto el panorama, Toshack no lo iba a poner y que mejor era salir».
«No queríamos las pistas de Anoeta, tuvimos que pasar por el aro»
Llegó el momento de pensar en un nuevo estadio. «Un agente bilbaíno nos hizo un informe y nos dijo que si hacíamos un campo nuevo, de 15.000 socios fácilmente pasaríamos a 25.000». La ubicación final fue la que conocemos hoy en día del Real Arena, pero no es que se aceptara con gusto. «Más que aceptar Anoeta como lo proponían, fue una obligación. La única forma de sacarlo adelante era de la forma que se hizo. Después de mirar por todos los puntos de San Sebastián para buscar dónde hacer un campo, al final tuvimos que pasar por el aro. No las queríamos, pero las impuso el Ayuntamiento. Queríamos hacer algo como Atotxa».
«La gente no quería salir de San Sebastián»
Sin embargo, una de las ubicaciones planteadas para el nuevo estadio fue Zubieta, «pero la gente no quería, no quería salir de San Sebastián» a pesar de que «Orbegozo ya tenía los terrenos. Había gente que pensaba que Zubieta era bueno porque quedaba muy cerca de muchas partes de Gipuzkoa, pero aquello tampoco llegó a estar definido. Hubo un alcalde que incluso prohibió talar árboles en Zubieta. Algún directivo de entonces quizá sepa algo...».
«Hablaron de chinos que nunca vimos. El actual Consejo lo ha hecho bien»
Varias entrevistas realizadas a Iñaki Alkiza fueron después de pasar la oscura época de Segunda División. «Temí por el futuro del club cuando se bajó. Hubo gente que pasó de largo de la presidencia y eso no es bueno, acostumbrados como estábamos a unos cuantos años. Luego hablaban de chinos que nunca vimos». Sin embargo, con la llegada de la directiva liderada por Jokin Aperribay la estabilidad reina en la Real Sociedad. «El actual Consejo lo ha hecho bien, ya es otra cosa».
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