Con Diego Rico renovado, ¿ahora qué?

El último este domingo en La Cerámica, donde Aihen, con personalidad, pudo dar continuidad a los buenos minutos sumados contra el colista Elche antes del parón por selecciones. Eléctrico desde el pitido inicial, el de Etxauri se mostró incansable y su derroche físico fue para enmarcar. Imanol le pidió adueñarse por completo de su banda y lo cumplió a rajatabla pese a mostrarse inconsistente por momentos. No hay más que recordar la acción del minuto ocho en la que presionó a Foyth en tres cuartos de campo. Él parecía el atacante más que el defensor.

Noticia Relacionada

El camino va a ser muy largo

Poco después, de nuevo en campo rival, otra proyección ofensiva suya supuso una recuperación alta tras un mal despeje de Reina. En este caso, Aihen combinó con Silva para tratar de poner un centro que precisamente Foyth evitó con su pierna que encontrara destino. Eso en ataque, porque a los pocos segundos ya estaba dando guerra atrás. Sobre todo en la primera parte, cuando sujetó como pudo a Chukwueze, uno de los hombres más desequilibrantes de la competición que no se lo puso fácil.

De hecho, en el veinticuatro de juego, el futbolista nigeriano le superó en un uno contra uno y a punto estuvo de marcar al ejecutar un disparo que obligó a Remiro a realizar una estirada. El continuo sube y baja terminó limitándole y le cogieron la espalda varias veces, aunque todas las acciones fueron invalidadas por fuera de juego. Ya en la segunda parte, aunque se le vio menos, se atrevió con algún centro al área.