De la Alhambra, a la plaza Mayor, territorio realista

No es un desplazamiento masivo pero se hicieron notar. Casi todos, el centenar de realistas, familiares y amigos de las jugadoras. Nos los encontramos por la zona de la plaza Mayor, allá donde hay que hacerse hueco para posar ante el Ayuntamiento entre grupos de turistas, junto a la catedral, en la universidad... Algunos con bufandas, otros con banderas, y todos con ganas de pasarlo bien. Quien más quien menos es consciente de la dificultad de la empresa que se le presenta a la Real, «el Barcelona es mucho Barcelona», dicen, pero ninguno de los que este domingo estarán en las gradas del Helmántico ha entregado la cuchara antes de tiempo. «También era difícil ganar el Atlético en la final de la Copa y...», advertían un grupo llegado de Zarautz que también estuvieron en Granada, donde la Real derribó una muralla y nos hizo tocar el cielo.

Bien abrigados porque la temperatura en Salamanca no pasó ayer de los doce grados y se espera que sea igual, la afición realista estaba ilusionada con la marcha de su equipo, con la alegrías que brinda en los últimos meses, y eso se nota en todo. La hermana de la irundarra Leire Baños, autora del gol de la semifinal, los padres de Nerea Izagirre, gente de Beasain o Zarautz... Hasta el técnico, Gonzalo Arconada, pudo disfrutar de sus nietos en la tarde libre que concedió el técnico. «Lástima que la Supercopa haya coincidido con el derbi en Anoeta», lamentaba la hinchada blanquiazul. Y es que los horarios de los partidos de la Supercopa los ha puesto el enemigo. La semifinal entre la Real y el Levante coincidió con las eliminatorias de Copa y lo mismo el cruce entre el Atlético y el Barcelona, prácticamente a la misma hora que la Real y el Real Madrid jugaban en el Bernabéu. «Así es difícil concitar el interés del aficionado», denunciaban.

Y no les faltaba razón. «¿A quién se le ha ocurrido organizar la Supercopa en Salamanca?», se preguntaban. «Cuatro equipos de cuatro ciudades los que participan en la Supercopa y el sitio elegido es una quinta. ¿Cómo se van a llenar las gradas así?», cuestionaban. El resultado, pocos aficionados. Eso sí, mayoría de realistas. ¿Dónde estaban los azulgranas?

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