Urkullu avisa de la «tormenta» económica, pero aconseja no caer en el «catastrofismo»

Urkullu repasó las cifras que dibujan en positivo la actual situación en Euskadi, con una tasa de paro que descendió al 8,5%, un crecimiento del 4,3% de la economía en el segundo trimestre y una población ocupada que supera en 23.400 trabajadores a la cifra de hace un año. Además, las exportaciones y la economía vasca siguen creciendo a buen ritmo a pesar de la guerra en Ucrania, al tiempo que la industria, los servicios y la construcción mantienen un «comportamiento positivo».

Puso en valor que el plan de contingencia que el Gobierno Vasco ha enviado al Ejecutivo central ha sido calificado por la vicepresidenta Teresa Ribera como «robusto, con solidez argumental y procedimental por el Gobierno». Mientras, Euskadi trabaja en medidas que van a estar adaptadas a la propia realidad vasca.

En ese terreno, apuntó que el plan vasco, más allá del de Sánchez, «tendrá que ver el encaje» de la propuestas que la consejera de Desarrollo Económico enviará hoy y que desarrolla las medidas ya en vigor y se enmarca en las directrices europea y del propio Estado español. El lehendakari incidió en que, en todo caso, «el consenso es el camino correcto», porque es lo que hará positivo, la actuación coordinada de todas las instituciones, empezando desde la propia Comisión Europea, siguiendo por los gobiernos de los estados miembro «y también la gobernanza multivel de las comunidades autónomas, regiones o naciones sin estado».

Consciente de la incertidumbre sobre el futuro, que obliga a seguir de cerca la evolución de la economía, la situación actual y las previsiones de recaudación son positivas, dijo Urkullu. Y citó que esta realidad indica que, «incluso con las tensiones de gestión de gastos e ingresos previstos, estamos trabajando para disponer de unos Presupuestos para 2023 capaces de hacer frente a los retos planteados y dar respuesta a la mejora de las políticas públicas».

Dejó caer que todos los grupos parlamentarios tienen «una gran oportunidad» para el acuerdo presupuestos y así responder a tres prioridades: reforzar los servicios esenciales, especialmente salud, educación y protección social; impulsar el empleo y la reactivación económica; y aumentar la inversión en investigación y desarrollo tecnológico, en línea con el compromiso del Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030.

El lehendakari no ocultó su «preocupación» en relación al autogobierno y remarcó que en algunos casos, el Estado ha trasladado la intención de realizar un «análisis previo de viabilidad y adecuación al marco jurídico vigente». Mostró su malestar por la actitud de Sánchez que en el debate del estado de la nación en puso «en duda la adecuación constitucional del Estatuto de Gernika, cuando cada propuesta realizada tiene su fundamento en una competencia que Euskadi tiene en función del Estatuto». «Me llamó la atención y es lo que denuncio como lehendakari», subrayó, al tiempo que recordó los seis traspasos que integran el bloque actualmente en negociación, y que pese a la insistencia del Gobierno Vasco solo se ha abierto una interlocución bidireccional sobre los Ferrocarriles de cercanías. Sobre Meteorología, Fondo de Protección a la Cimematografía, Gestión del Litoral, Migración y Salvamento Marítimo no ha habido respuesta

El lehendakari requirió por ello que se produzcan reuniones bilaterales de los equipos negociadores para avanzar en las transferencias pendientes asumidas en el cronograma que acordaron con el Gobierno español en enero de 2020. «Vamos a seguir trabajando en el objetivo de lograr el autogobierno reconocido. Una prioridad del Gobierno y de la sociedad vasca. Sigo pensando que si hay voluntad el acuerdo es posible en esta legislatura», destacó.

Preguntado por las palabras de Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol, Urkullu esquivó el asunto y aseguró entender que las empresas energéticas defiendan sus intereses y, por tanto, que «ninguna empresa escriba a favor de que le suban los impuestos». El lehendakari aseguró que «un sistema que genere estabilidad y confianza» solo se puede conseguir con visión de largo plazo y desde el diálogo con las empresas afectadas.