El Gobierno Vasco aprueba el plan anticrisis de 198 millones con Podemos y PP y deja fuera a EH Bildu

A pesar de los reproches al Gobierno Vasco por su «inacción», el tono predispuesto que emplearon todos los grupos parlamentarios durante la primera mitad del pleno -la sesión duró siete horas- hacía intuir un acuerdo puntual en algunas de las 180 propuestas de resolución que se registraron en la Cámara. Lo que los partidos no esperaban era que, durante su turno de intervención, el propio lehendakari desgranara punto por punto el plan anticrisis que aprobará el Consejo de Gobierno del próximo martes. Día en el que se dará vía libre para invertir de manera inminente casi 200 millones de euros en ayudas que estarán enfocadas principalmente al rescate social y económico de las empresas que se han visto directamente afectadas por una presión inflacionista desbocada y una subida de precios sin freno. Además, por supuesto, de atender el drama humanitario de los refugiados ucranianos.

Fue la manera de proceder del Gobierno Vasco, según las críticas de EH Bildu, lo que precipitó los acontecimientos y provocó un giro de 180 grados. A juicio de la coalición soberanista, Urkullu cortocircuitó cualquier posibilidad de acuerdo al presentar un plan ya tasado y sin apenas posibilidad de enmienda. «Ha dificultado el acuerdo y negociación al presentar un plan antes incluso de que registremos nuestras propuestas», le reprochó Maddalen Iriarte al lehendakari en un primer turno de réplica. Pero fue el duro tono empleado por su compañero de filas, Iker Casanova, lo que dinamitó cualquier tipo de acuerdo, según censuró después el PNV.

«No tiene derecho a engañar a la gente, dice que busca la unidad y no ha entablado ningún proceso sincero para buscar acuerdos», le espetó el parlamentario de EH Bildu, que acusó al jefe del Gobierno Vasco de haber «distorsionado el normal funcionamiento» del pleno y de haber asumido un discurso que es «la falacia del hombre de paja». Unas palabras que enfadaron a las bancada del PNV, que acabó por orillar junto al PSE a EH Bildu al votar 'no' a todas sus iniciativas -43 en total- después de tener ya apalabradas «algunas» transaccionales. Por contra, los partidos que sustentan el Ejecutivo sintonizaron con una decena de propuestas de Elkarrekin Podemos, y otras tantas de la coalición PP+Cs. «Ante la legítima crítica política, el PNV ha respondido con una pataleta que no es aceptable, por irresponsable, cuando lo que está en juego es la consecución de acuerdos para mejorar la vida de la gente», censuraron fuentes de EH Bildu. La coalición, que apenas hace cuatro meses respaldó los Presupuestos autonómicos, votó a favor de 22 de las 44 iniciativas de PNV-PSE.

El bronco debate final acabó por ensombrecer la inyección de 198 millones del Gobierno Vasco, que incluye toda una batería de medidas que serán complementarias al plan de choque anunciado por Pedro Sánchez, y se alinearán con las decisiones ya adoptadas por la Unión Europea. «Nuestra prioridad es reactivar la economía y el empleo; y no dejar a nadie atrás», manifestó el lehendakari.

De esta manera, Urkullu desveló que el 'fondo de rescate social' estará dotado con 15 millones. El objetivo: tratar de mitigar el impacto económico que sufren las familias más perjudicadas por la crisis. Además, parte de esa cuantía económica se destinará a ayudas sociales para la acogida de refugiados, y que se sumarán al plan de contingencia que el Gobierno aprobó el mes pasado.

En todo caso, la cuantía más voluminosa del paquete de 198 millones estará destinada al 'fondo de rescate económico', con 143 millones de euros destinados principalmente al tejido empresarial. Además, el Gobierno Vasco aprobará nuevas medidas complementarias de liquidez a través de avales y líneas de financiación con una dotación adicional de 40 millones de euros.

«Ahora lo urgente es proteger la economía, el empleo y nuestro tejido industrial; es proteger a las familias, las personas y los sectores más vulnerables», defendió Urkullu, justo antes de detallar las 'Medidas del Gobierno Vasco para hacer frente a la crisis de Ucrania', como ha bautizado a su plan anticrisis, y que se encuadra en tres apartados: las 'medidas complementarias', es decir, las que se anunciaron ayer una vez analizada la evolución de la situación y estudiado las propuestas de los grupos tras la ronda de contactos; las 'medidas inmediatas', que son las que el Gobierno Vasco activó nada más producirse la invasión en Ucrania; y las 'medidas transformadoras', puestas en marcha a través de los planes estratégicos de inversión aprobados.

«Vamos a seguir evaluando la situación, analizando el grado de eficacia de las medidas adoptadas y, si fuera preciso, seguir ampliándolas. Contamos con recursos para poder hacerlo», aseguró. Y es que, ante la demanda de la oposición para que el Gobierno eche mano de los 1.877 millones de euros de remanente, Urkullu defendió que «no es prudente gastar todo el ahorro». «Gestionemos los remanentes de forma responsable», pidió a los grupos, aunque tampoco descartó emplear parte de esa hucha financiera para ampliar futuras medidas en caso de que fuera necesario.

En este contexto, el lehendakari quiso insuflar ánimo, desde la prudencia, apelando a las «bases sólidas» de Euskadi para afrontar el envite de la guerra. «Hemos superado las crisis anteriores y vamos a superar esta. No con recetas mágicas ni con utopías de modelos-paraíso, sino con constancia y confianza en nuestro propio modelo», zanjó.