Tenso debate en el Parlamento Vasco sobre la ocupación de viviendas: «Al vulnerable, protección y al okupa, expulsión»

El Ministerio del Interior publicó hace unos días datos sobre «usurpaciones y allanamientos de morada». El pasado año se produjeron 422 episodios en Euskadi, número interpretado de forma muy distinta por las formaciones con representación en el Legislativo. De un lado, PP y Vox, que han destacado que las okupaciones han crecido un 50%, por encima del 7% nacional, y han acusado al Gobierno Vasco de «mirar a otro lado» y «crear un caldo de cultivo» que deja «abandonados» a los propietarios y que han exigido «mano dura y tolerancia cero contra todos aquellos que se apropian de lo ajeno». «No son colectivos vulnerables, convierten en vulnerables a personas que antes no lo eran», ha afirmado la popular Ana Morales.

De otro, PSE, Sumar y EH Bildu, que han incidido en que las usurpaciones afectaron el pasado año al «0,04%» del parque de viviendas de Euskadi (1,1 millones) y que en contadas ocasiones se trataba de «primeras viviendas». «Son pisos generalmente de bancos, que los tienen vacíos a la espera de maximizar sus beneficios y muchas veces sin pagar la comunidad de vecinos, siendo de los mayores morosos», ha asegurado el socialista Adrián Fernández.

En opinión de estas formaciones, el «discurso alarmista», que es «absolutamente irresponsable» y beneficia «a las empresas de alarmas» y a firmas «lideradas por neonazis que desalojan a familias», esconde que «el verdadero problema es que miles de familias no pueden acceder a una vivienda digna porque no pueden pagar el alquiler».

El PNV, que es muy crítico con la Ley de Vivienda aprobada por el Congreso en el 2023, ha destacado que «hay inquilinos que se valen de la protección para dejar de pagar, inquiokupas, pero también personas que tienen dificultades para hacer frente a los pagos y son vulnerables». Jonatan Moreno ha insistido en que «el escudo social es un problema para propietarios e inquilinos», ya que se trata de un «yo invito pero tú pagas» en el que los dueños «se sienten paganos de la ronda» y no arriendan a personas que «si se declaran vulnerables» no van a pagar.

Los okupas, ha dicho, «son jetas y delincuentes» a los que «hay que sacar al momento». «Vivimos en la hipérbole del alarmismo de la extrema derecha, que difunde miedo entre la sociedad, y la extrema izquierda, con una demagogia acomplejada que niega el problema o defiende la okupación», ha espetado. Las consecuencias, ha incidido, es que se «fomenta el emprendimiento skinhead». «Al vulnerable protección y al okupa expulsión», ha zanjado.