La precariedad de Sánchez tuerce la hoja de ruta del autogobierno vasco
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La fragilidad de la legislatura convierte al modelo de la plurinacionalidad en la última baza del presidente para conservar el apoyo de PNV y EH BilduLa sensación de final de ciclo se ha apoderado de la política española a la espera de que Pedro Sánchez encuentre y apriete una tecla ... que despeje el futuro de la legislatura. Nadie sabe cuántos meses puede durar esta situación marcada por una enorme incertidumbre, pero cada vez son menos las voces que abogan por agotarla hasta 2027. En la 'periferia' territorial, en la misma en la que la debilidad política de Sánchez había abierto una oportunidad única para conquistar determinadas aspiraciones territoriales, han aflorado serias dudas mientras el socialismo vive un calvario sin saber exactamente cuál puede ser el desenlace y bajo cierta paranoia fruto de que se ha roto por completo el circuito interno de la confidencialidad.
En los últimos días, Sánchez ha contactado con numerosas personas –compañeros o no– que le han trasladado sus reflexiones sobre la manera de superar el atasco y a la vez no tirar la toalla. La cuestión de fondo, apuntan fuentes del Partido Socialista, es salir con dignidad del laberinto, no abrasados. «Lo tenemos muy difícil, se trata de salir con la cabeza alta, no derrotados de entrada, sino vivos, aunque conscientes de las dificultades, de que la corrupción es un problema gravísimo, que han fallado mecanismos de detección y control, pero que también hay sectores del Estado que quieren debilitarnos porque Sánchez y sus alianzas suponen una amenaza para sus intereses». Esta reflexión, la del 'lawfare' circula en privado en el PSOE. Algunos nacionalistas comparten la tesis y admiten su sorpresa por la caída de Cerdán, con el que tenían una fluida relación.
En menos de 15 días el paisaje ha cambiado por completo y ha alterado sustancialmente la hoja de ruta. El Cerdán cuyo padre había sido chófer del servicio de autobuses a Pamplona durante muchos años, y compañero de trabajo del padre del exlíder de UPN Javier Esparza, se ha convertido en uno de los iconos de la tormenta política más virulenta de los últimos años, en la que caen cada vez más rayos y relámpagos.
«Hay tensión pero también voluntad de seguir, salvo que Sánchez salga en los papeles», dice un diputado de Bildu
La inestabilidad de la política española aprieta de forma sensible a sus aliados cada vez más y proyecta sus sombras sobre el futuro del autogobierno del País Vasco, tanto en lo relacionado con las transferencias pendientes del Estatuto como en torno al debate del nuevo estatus, además de torpedear la discusión de la plurinacionalidad que se ha abierto en los últimos meses para buscar un nuevo encaje jurídico de Euskadi en España que también podría afectar a Cataluña. No obstante, la relación PNV-PSE en las instituciones vascas parece blindada, con independencia de la evolución de los acontecimientos.
El informe de la UCO de la Guardia Civil sobre el caso Ábalos-Koldo, que se HA llevado por delante al secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, amenaza como un 'cisne negro' a Sánchez y podría colapsar la legislatura si se confirman con pruebas algunos de los indicios. Sobre todo si se demuestra la supuesta participación societaria de Cerdán en la empresa adjudicataria de obras públicas ubicada en Navarra, un extremo que esta entidad niega.
Los socios de la investidura cruzan los dedos a la espera de saber si nuevas revelaciones de la investigación apuntan más alto. Si los audios o los papeles incautados a Koldo García implican al Gobierno o al presidente Sánchez, este caería fulminado. Si no es así, y el asunto de circunscribe al ámbito de Ábalos y Cerdán, la legislatura entraría en un proceso diferente, muy debilitada por el escándalo, pero con una estrecha capacidad de maniobra antes de dar por finiquitado el mandato.
La legislatura ha entrado en un punto muerto, a la espera de que Sánchez concrete sus medidas para retomar el curso y recuperar la confianza perdida de los socios. El desmarque de Podemos –que considera abiertamente que la legislatura de Sánchez está agotada y que el presidente forma ya más parte del problema que de la solución– es visto con malestar desde el PNV y EH Bildu. Pero los nacionalistas vascos se han sentido decepcionados con el PSOE y reclaman más transparencia y más ejemplaridad. Más allá de las declaraciones oficiales al uso, y a la espera de que «Sánchez no salga en los papeles», un diputado de EH Bildu resume la escena: «el panorama está tensionado pero hay voluntad de seguir».
La creciente beligerancia del PP contra el discurso 'plurinacional', nueva variable en el convulso escenario político
Un final abrupto de la legislatura tendría efectos demoledores sobre el debate abierto sobre la ampliación del pacto estatutario, la culminación de las transferencias y la idea de la plurinacionalidad, convertida en una ventana de oportunidad para los nacionalistas vascos, que sienten que una eventual mayoría del PP-Vox abortaría por completo la discusión territorial.
El temor de PNV y EH Bildu es, en ese sentido, que si la legislaturas se fuera al traste, pudiera malograrse la expectativa del debate del estatus de autogobierno, que siempre ha ligado a la permanencia de Sánchez en el Gobierno, necesitado del apoyo de la periferia nacionalista para mantenerse en el poder.
Mutación constitucional
El PP también se opone a la concesión de algunas transferencias, que considera 'indelegables', en materia de Seguridad Social, Inmigración, Defensa, Exteriores y Administración de Justicia.
La posibilidad de un final anticipado de la legislatura supondría dejar fuera de juego la expectativa de explorar un nuevo pacto estatutario sobre la base del reconocimiento de la identidad nacional de Euskadi y la base de un nuevo modelo que refuerce la singularidad del autogobierno vasco, con un nuevo sistema de garantías que blindase las competencias vascas.
Luces de alarma
La sacudida al tablero ha sido particularmente intensa en Navarra, en donde los escándalos de corrupción están íntimamente asociadas a la renuncia de los presidentes socialistas Gabriel Urralburu y Javier Otano.
Los socios de María Chivite han pedido expresamente la máxima transparencia y rigor a la hora de examinar la adjudicación de las principales obras públicas, tanto en el Gobierno presidido por el PSNcomo en el anterior encabezado por Geroa Bai. La tensión política navarra originada por los últimos escándalos –con el foco puesto en las adjudicaciones de las obras públicas en la Comunidad foral– ha introducido una distorsión en la estrategia de distensión de bloques identitarios que había logrado abrirse paso en los últimos años.
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