El PNV negocia contra reloj con el Gobierno el IMV y la inversión en el TAV
Los jeltzales mantienen encima de la mesa la posibilidad de presentar una enmienda a la totalidad al Presupuesto si Sánchez no hace gestos convincentes
Aún hay tiempo y la sensación general es que habrá acuerdo para sacar adelante los próximos Presupuestos Generales del Estado, aunque tendrá que llegar sobre ... la bocina. Será una negociación a contrarreloj en la que socios del Gobierno como el PNV o ERC aún no han decidido si presentarán una enmienda a la totalidad a las Cuentas. Y el plazo para registrarlas acaba mañana, por lo que Pedro Sánchez se arriesga a un serio toque de atención por parte de dos de sus socios preferentes si no hace gestos de última hora para evitarlo. En el caso del PNV, las reivindicaciones están claras y el Gobierno negocia en las últimas horas para contentar a los jeltzales: la transferencia integral del Ingreso Mínimo Vital (IMV) y un compromiso claro para impulsar las obras del tren de alta velocidad en Bizkaia y Araba, además de las estaciones soterradas proyectadas para Bilbao y Vitoria.
«Así negocia el PSOE de Pedro Sánchez», se lamentaban ayer el PNV y Esquerra, que se quejan abiertamente de la falta de contactos serios con el Ejecutivo en los últimos días, al menos que impliquen un intercambio de documentos. Y advierten de que su voto del próximo jueves en el pleno de totalidad de los Presupuestos no está asegurado, más allá de que finalmente presenten o no una enmienda. El PNV deshoja en estos momentos la margarita, con voces dentro del EBB que se inclinan por enmendar a la totalidad las Cuentas para dar un tirón de orejas a Sánchez y otras que optan por la paciencia al confiar en que el presidente cumpla parte de sus compromisos antes de que venza el plazo de mañana.
Las dudas expresadas en público por el PNV –este mismo martes, Itxaso Atutxa reconocía que la enmienda a la totalidad era una opción que está sobre la mesa– son un síntoma de que los contactos no van bien y de que la paciencia del partido liderado por Andoni Ortuzar se agota. Sánchez tendrá que hacer algún movimiento con el IMV o las inversiones del TAV si quiere recuperar la sintonía con sus socios jeltzales.
El plazo para registrar las enmiendas a la totalidad finaliza mañana y se votarán el 4 de noviembre en el pleno del Congreso
Aunque se han mantenido algunos encuentros, de momento no hay acuerdo porque, según reconocen fuentes parlamentarias del PNV, todavía hay cuestiones previas sin resolver derivadas del pacto presupuestario del año pasado, unos «incumplimientos que deben encauzarse» antes de afrontar la negociación de las Cuentas de 2022.
Por su parte, en Esquerra preocupa, y mucho, la «tranquilidad» con la que el Ejecutivo encara las negociaciones. Su portavoz parlamentario, Gabriel Rufián, ha manifestado en varias ocasiones que mantienen «posiciones alejadas» y que siguen en el 'no', aunque aceptan que no tienen mucho margen de negociación ya que si tumban los Presupuestos enterrarán la mesa de diálogo sobre el conflicto catalán, el proyecto insignia de Pere Aragonès.
Los republicanos exigen que haya un compromiso previo de cumplimiento de las inversiones presupuestadas en las Cuentas del año pasado y que haya un blindaje del catalán en la nueva ley del audiovisual, que regulará plataformas como Netflix.
Los votos de EH Bildu
Con Ciudadanos fuera de la ecuación presupuestaria, el Gobierno también necesita recabar el apoyo de EH Bildu para que el proyecto presupuestario vea la luz. La coalición soberanista no ha amenazado directamente con una enmienda a la totalidad, aunque reivindica –más allá de temas económicos– cuestiones como la derogación de la reforma laboral, de la 'ley mordaza' y de la de secretos oficiales.
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