Víctimas de los Grapo: «El terrorismo quiere silenciar sociedades, por eso debemos hablar»
El Memorial presenta una muestra con réplicas de bombas, maquetas y cartelería en el 50 aniversario del nacimiento de la banda
Jesús J. Hernández
Jueves, 2 de octubre 2025, 07:12
El Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo ha inaugurado este miércoles una exposición con motivo del 50 aniversario del nacimiento de los Grapo en ... un acto donde han participado seis víctimas de la banda. Lidia Ortega, hija del policía nacional Bernardino Ortega asesinado en Madrid el 4 de octubre de 1988, ha defendido que «el terrorismo quiere silenciar sociedades y por eso debemos hablar».
Ortega ha recordado su historia, «una infancia robada y un vacío imposible de llenar desde un día que mi padre se fue a trabajar y le mataron por cumplir con su deber». Ha hecho también una hermosa defensa de cómo «no guardo rencor porque decidí vivir sin odio, que no quiere decir que no duela o que se pueda olvidar». Y ha insistido en la necesidad de que «mis hijos y todos los jóvenes conozcan lo que pasó y que hablemos de ello porque, de lo que no se habla, no existe». En ese snetido, pidió «que se escuche alta y clara, nuestra voz». Y zanjó: gracias por darnos memoria.
En la exposición, comisariada por Carmen Ladrón de Guevara y presentada por el historiador del Memorial Raúl López Romo, pueden verse réplicas de bombas, maquetas de lugares que sufrieron atentados, los coches teledirigidos a los que adosaban bombas, objetos personales, fotografías de las investigaciones, pegatinas y cartelería bajo el título 'Cincuenta años de plomo. 1975-2025, la senda sangrienta de los Grapo'. «Fueron la organización de extrema izquierda que más víctimas causó en toda Europa», ha constatado López Romo, antes de advertir que «el Grapo sigue haciendo proselitismo y el llamado 'camarada Arenas' defendió hace pocos días en Portugalete que no tienen motivos para arrepentirse».
Autora de un libro sobre este tema y abogada de la AVT, Carmen Ladrón de Guevara, ha declarado que «con esta muestra quería contar la senda sangrienta de la banda y que esta exposición fuese un homenaje a sus víctimas». La experta ha recordado que «en 2006 fui por primera vez a un juicio de los Grapo y vi en mi casa que nadie sabía quiénes eran y qué habían hecho y quería saldar esa deuda».
Tercer grupo terrorista de Europa
Nacidos como «sección técnica» del Partido Comunista de España Reconstituido (PCE-r), de inspiración maoísta, los Grapo aspiraban a «subvertir el orden político y económico mediante acciones terroristas que incluían asesinatos, extorsiones, secuestros, atracos y atentados con explosivos, con el objetivo de implantar violentamente un régimen marxista-leninista», según destacan los expertos del Memorial. Entre 1975 y 2006 provocaron más de un millar de atentados, con 93 víctimas mortales y casi un centenar de heridos, siendo el tercer grupo terrorista en Europa con más asesinatos tras los grupos armados norirlandeses y ETA.
«Las acciones policiales y judiciales, culminadas con la disolución del PCE-r en 2006, condujeron al cese de la violencia, pero no del anuncio de disolución de los Grapo, que mantiene sus espacios de propaganda y proselitismo vinculados a su legado», añadieron.
También se podrán ver en la muestra, que estará abierta hasta el 11 de enero, dos dioramas que representan un atentado contra un vehículo blindado en Vigo en 2000 y una reproducción de la casa en las cercanías de Lyon (Francia) donde tuvieron secuestrado al empresario Publio Cordón en 1995.
Como víctimas de los Grapo, además de Lidia Ortega, han acudido María Pilar Sánchez, hija de Casimiro Sánchez, guardia civil asesinado en Madrid el 2 de agosto de 1975. Pedro Antonio Castelló Dosaigües, hijo de Antonio Castelló, vigilante de seguridad asesinado en Valencia el 26 de enero de 1979. Y Bernabé Martín, policía nacional herido por la explosión de una bomba en la sede de Barcelona del diario El Mundo, el 29 de septiembre de 2000. También Marcelina Ortiz, herida de bomba en Madrid el 7 de julio de 1984, y Eva María Torrebejano, hija del policía nacional Juan Torrebejano, que quedó tetrapléjico durante casi cuarenta años tras un atentado en Sevilla, el 9 de mayo de 1979.
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