«El dolor de aquella infamia sigue en nuestros corazones»
El Ayuntamiento de Donostia recuerda con una placa al teniente coronel Lorenzo Motos, asesinado por ETA hace 44 años
«Este acto nos reconforta y alivia nuestro dolor, y como siempre decía nuestro padre, 'es de bien nacido ser agradecido'. Por eso le damos ... las gracias de verdad al Ayuntamiento de Donostia». Lorenzo Motos, hijo pequeño del teniente coronel del Ejército del mismo nombre, expresó estas palabras en el acto de recuerdo a su padre, justo en el lugar donde hace 44 años unos etarras acabaron con su vida, y donde este sábado se celebró en su memoria un emotivo tributo, que reunió a gran parte de su numerosa familia, muy arraigada en San Sebastián y vinculada también desde hace años al deporte de la ciudad.
Cuando ETA lo asesinó, Lorenzo Motos Rodríguez, nacido en Valladolid, teniente coronel del Ejército y padre de siete hijos, tenía 61 años, y residía en Donostia desde hacía 28. En la mañana del 13 de octubre de 1980, Motos se dirigía en su vehículo desde su domicilio en el barrio de Amara a su lugar de trabajo en el cuartel de Loiola cuando, tras detenerse en un semáforo en rojo, tres individuos le dispararon hasta 18 tiros desde la acera colindante causándole la muerte. Los terroristas habían sometido a Motos a vigilancia y conocían el recorrido que habitualmente hacía.
Este sábado, sus siete hijos -algunos visiblemente emocionados- y muchos de sus nietos quisieron estar presentes en el homenaje. «Aunque ya han pasado muchos años de aquella infamia que unos etarras hicieron a mi padre y el dolor se haya apaciguado, el impacto sigue en nuestros corazones», confesó su hijo Lorenzo, que fue entrenador del Easo de baloncesto y a su vez padre de Mikel, baloncestista y jugador del GBC. Asimismo, es hermano de Teresa, jugadora de hockey hierba, que en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 logró una medalla de oro, y que a día de hoy sigue practicando su deporte en el equipo de veteranas del Atlético de San Sebastián.
Treinta placas
Lorenzo relató que su padre fue una persona «ecuánime y cariñosa, siempre muy atenta con todo el mundo». En los años cuarenta dejó su Valladolid natal para vivir en Navarra, en el valle del Baztan, donde conoció «a nuestra madre, el amor de su vida». Posteriormente, la pareja decidió instalarse definitivamente en San Sebastián «a pesar de la situación progresivamente amenazadora, que culminó en su asesinato... Pero su memoria sigue firme en todos nosotros».
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Fue a las puertas de su domicilio donde el teniente coronel fue tiroteado y donde este sábado el Ayuntamiento donostiarra colocó una placa en su memoria. Con ella ya son treinta las ubicadas en la ciudad dentro de la iniciativa municipal para dar visibilidad en el espacio público a las víctimas del terrorismo y la violencia política.
Música y flores
La música de la Banda de los Txistularis de Donostia recibió a una emocionada y numerosa familia Motos que, rodeada de amigos y representantes políticos, depositaron sus ramos de flores blancas en la calle Parque número 1 del barrio de Amara. Como en otras ocasiones, el acto consistió en un sencillo homenaje de reconocimiento en el que participaron Jagoba Álvarez, director de Derechos Humanos del Gobierno Vasco; el alcalde de Donostia, Eneko Goia, y representantes de todos los grupos municipales del Ayuntamiento, salvo EH Bildu que, sin embargo, sí estuvo presente en el Ayuntamiento en una celebración más íntima que tuvo lugar antes de la colocación de la placa.
«Mañana (por hoy) se cumplen 44 años del asesinato de Lorenzo y con esta placa queremos recordarle para siempre. Creo que es el mejor regalo que podemos hacer a esta familia», aseguró el alcalde donostiarra, unas palabras que sus hijos agradecieron «de corazón». Con las notas del 'Agur Jaunak', interpretado por los txistularis, se puso el punto y final al acto de recuerdo.
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