Urkullu y Sánchez reconducen su relación con un acuerdo 'in extremis' sobre el déficit vasco
Urkullu ha defendido ante la Conferencia de Presidentes que el acceso a los fondos europeos «requerirá de una estrategia clara de adaptación a los nuevos retos»
Iñigo Urkullu y Pedro Sánchez dieron este viernes una nueva vuelta de tuerca a esa querencia de muchos políticos por los acuerdos de última hora. Su pacto para fijar el límite de déficit para Euskadi en el 2,6% de su PIB no es que se produjera sobre la bocina, es que resultó milagroso que el lehendakari en funciones se presentara a las 9.30 horas en la Conferencia de Presidentes que se celebró en San Millán de la Cogolla como si nada hubiera pasado. La víspera la suerte parecía echada y todo el mundo daba por hecho que Urkullu secundaría al catalán Quim Torra en su portazo a Sánchez, pero la sofocante noche de insomnio del jueves provocó un giro inesperado en los acontecimientos: el lehendakari logró al fin que Sánchez accediera a acordar el límite de déficit y la capacidad de deuda de Euskadi (fijada en el 15,9%) y la causa del desencuentro se desvaneció. Al amanecer, Urkullu se subió al coche oficial y se plantó en dos horas en el monasterio de Yuso.
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El resto de los líderes autonómicos vieron llegar al lehendakari con sorpresa, porque el acuerdo entre los gobiernos central y vasco se anunció minutos antes de las 9.00 y, a esas horas, todos habían desayunado con el desencuentro de la víspera. Pero lo que al principio eran sonrisas y saludos con el codo empezaron a tornarse en suspicacias cuando trascendió que la presencia de Urkullu se debía a un pacto bilateral con Sánchez para incrementar el objetivo del déficit desde el 0% previsto para este año hasta el 2,6%, lo que se traducirá en algo más de 1.200 millones de oxígeno extra para las arcas vascas. Un montante que, a juicio del Gobierno Vasco, permitirá evitar los recortes del gasto en el presente ejercicio, pese a la dura caída de la recaudación que se prevé. Euskadi logra tres décimas más de déficit que lo pactado este jueves por el Gobierno de Navarra -la socialista María Chivite se tuvo que conformar con un 2,3%-, y la cifra puso los dientes largos al resto de los líderes autonómicos, muchos de los cuales denunciaron el «agravio» que suponía con respecto a las comunidades de régimen común.
En la rueda de prensa que ofreció tras la cumbre de presidentes, Urkullu negó que Euskadi se haya beneficiado de una «negociación a la carta» para acordar con el Gobierno central su objetivo de déficit, y reivindicó que el pacto que le llevó a reconsiderar su negativa a asistir a la Conferencia se sustancia en la «singularidad» de Euskadi. «Porque las instituciones vascas se financian a sí mismas y no vía Gobierno de España», explicó. Por tanto, rechazó de plano que se haya producido «ningún agravio».
El lehendakari en funciones detalló que, al quedar fuera del «tramo de 5.000 millones de euros de los fondos autonómicos para compensar la caída de la recaudación», Euskadi necesita marcar «una senda de déficit» propia para hacer frente a esa caída de ingresos. Por tanto, aseguró que «no hay ningún agravio» sino «el respeto a lo que es nuestra singularidad y el ejercicio de una manera de gestionar responsable por nuestra parte».
Durante el desarrollo de la conferencia, el lehendakari señaló ante el resto de los líderes autonómicos que «valora y agradece el esfuerzo realizado» por el Gobierno de Sánchez para «avanzar en un acuerdo y convocar la comisión mixta del Concierto», que finalmente se celebrará en la primera quincena de septiembre, y reconoció que «el cumplimiento de este compromiso, previamente pactado, ha hecho posible» su participación en la cumbre autonómica.
No obstante, Urkullu recordó que había tomado parte en las catorce conferencias telemáticas convocadas por Sánchez desde que estalló la pandemia, lo que a su juicio demuestra que aboga «por una relación multilateral y un modelo de cogobernanza». Ahora bien, defendió que «la gobernanza colaborativa requiere respeto a cada institución y a las obligaciones bilaterales». Y se congratuló de haber asistido al final en un lugar «especial para los vascos» como el monasterio de Yuso, ya que «aquí se encuentran las primeras anotaciones en euskera moderno, datadas hace mil años».
Recado del PSE
El pacto entre Urkullu y Sánchez también tuvo repercusión en los partidos vascos. La líder del PSE, Idoia Mendia, socia del PNV en el Gobierno Vasco, se felicitó de que Urkullu reconsiderase su negativa a acudir a la cumbre «después de una semana de sobreactuaciones y órdagos innecesarios». EH Bildu advirtió de que el déficit acordado «no será suficiente para evitar los recortes». Y el PP vasco calificó de «pura escenificación» lo vivido esta semana entre Sánchez y Urkullu.