Legislatura de infarto
ANÁLISIS ·
El polémico sí al decreto ilustra que la 'geometría variable' es un campo de minas para SánchezEl sí por la mínima al decreto-ley de la reforma laboral, rodeado de polémica por un voto que el PP considera un error telemático, ... deja secuelas, aunque no descarrile la legislatura de Pedro Sánchez. La controversia augura una ruidosa batalla jurídica, que va a tensar la confrontación entre el PP y Vox el Ejecutivo y va a reforzar a la coalición PSOE-Unidas Podemos. El lío elevará la temperatura y tendrá derivadas en Navarra, aún imprevisibles, una vez que los dos diputados de UPN han incumplido su compromiso, explicitado por la mañana, de apoyar la iniciativa.
La mayoría transversal de ayer refleja un episodio puntual, que no se va a repetir pero tampoco es inocua. La 'geometría variable' a la que Ciudadanos se ha sumado para sacar la cabeza en su agonía final es un campo minado, aunque Sánchez y el PSOE la hayan visto inicialmente complacidos para soltar lastre de sus aliados. No así Unidas Podemos, que se comen el sapo con una fotografía en la que se sienten incómodos pero en la que intuyen una carga de profundidad contra Yolanda Díaz.
El PNV revela cierta desubicación en la política española que contrasta con su habitual realismo
Por eso, los morados buscaron desesperadamente al PNV como el último compañero de viaje para compensar las repercusiones de esa imagen. Sin conseguirlo, pese a que a última hora del miércoles en Unidas Podemos se tenía la percepción de que había prácticamente un acuerdo entre el PNV y la vicepresidenta segunda alrededor del reconocimiento jurídico de la prevalencia autonómica de los convenios. ¿Qué pasó entre ese momento y la ocho de la mañana del ayer, cuando el propio Andoni Ortuzar comunicaba a Sánchez por teléfono que votarían 'no' en el Congreso? Pues unos mensajes de Watshap en los que, previsiblemente, el presidente del Gobierno insistiría en no mover «una sola coma» del proyecto, con la excusa de no provocar las iras de la CEOE para no forzar su salida del pacto social. En el seno de Unidas Podemos, en privado, se insinúa que Sánchez no ha sido tan proactivo para evitar un portazo jeltzale que no tiene precedentes. Algunos, incluso, hablan de «emboscada» desde Moncloa.
Otra derivada del pleno es el movimiento de distanciamiento del PNV, encastillado en una extraño enrocamiento que denota, cuando menos, cierta desubicación. Se podrá argumentar que ha aflorado el malestar jeltzale con el ninguneo al que le somete Sánchez, pero también operan otras razones políticas como el temor al despegue de EH Bildu en Euskadi y los celos a su protagonismo en Madrid. En el fondo, el PNV ha dejado de tener la posición tan determinante en la política española y esta es una de las causas de la contenida exhibición de mosqueo de ayer. Otro debate es el desencuentro con el mundo empresarial, que abre una brecha difícil de explicar pero que tendrá efectos.
El monumental lío que se avecina tras la votación de ayer refuerza al final a la coalición
Otra clave es la fractura que se libra en el seno de la izquierda y reproduce una dialéctica histórica que enfrenta a los pragmáticos con los más ideologizados. El PSOE, como gran partido socialdemócrata, está bastante acostumbrado a este marcaje. Pero Podemos –que nació hace seis años en la calle– no. Esquerra abandera este descuelgue, con un discurso de firmeza que sorprende con la flexibilidad que muestra en relación con la mesa de diálogo. Gabriel Rufián cumplió el papel, pero tampoco romperá el guion de la legislatura. A pesar de la retórica de los principios, de las alusiones al 'programa, programa, programa' de Julio Anguita, Esquerra sigue atravesada por los complejos de que le llamen 'botifler' o traidor. La encendida defensa por parte de Yolanda Díaz revela un momento eléctrico. En el equipo de la vicepresidenta, repleta de gente de Coruña, causa furor la canción de 'Tanxugueiras', que sorprendió el sábado entre los aspirantes a representar a España en Eurovisión. «Vienen para quedarse», cantan las gallegas. Una letra que algunos asocian irónicamente con la duración de la coalición PSOE-Unidas Podemos. El diluvio que viene va a ser antológico.
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